Mikel Landa, un ciclista de los de antes
El l¨ªder del equipo Bahrain, cuarto en esta Volta, reconoce que le cuesta engancharse a la nueva forma de correr, tan cient¨ªfica y tecnol¨®gica
Los ciclistas no pierden de vista los vatios que gastan en la carretera y a los equipos no les queda otra que jugar a la t¨¢ctica del desgaste para jug¨¢rsela casi siempre en la ¨²ltima subida, en los kil¨®metros postreros o, con fortuna, dejar descolgado al rival de turno porque no pueden seguir el ritmo que destila su motor. Es el nuevo ciclismo, el de los j¨®venes sobradamente preparados, cient¨ªficos y deportistas, el que por ejemplo est¨¢n exhibiendo Evenepoel y Roglic en la Volta, casi anudados hasta que se vislumbra la l¨ªnea de meta. Poga?ar, animal como ninguno, juega a otra cosa porque las piernas le dan para todo. Pero es un verso libre. Y de esos quedan pocos. Aunque ninguno como Mikel Landa (Murgu¨ªa, ?lava; 33 a?os), que, sin quererlo, ha creado el Landismo, un movimiento extendido entre el aficionado porque es un ciclista a contracorriente, que prefiere la ¨¦pica a los laureles, que mira hacia arriba y no al potenci¨®metro, que no est¨¢ encorsetado a las t¨¢cticas sino que escucha a su cuerpo. Lo intent¨® en Lo Port, pero se encasquill¨® ante Roglic y Evenepoel, tambi¨¦n Almeida y Soler.
?l, que paladea cualquier conversaci¨®n de bar en las que se escuchan batallitas del ciclismo, como que Hinault pas¨® un d¨ªa por all¨ª y se hizo una foto con Pepito, no comulga con lo que llega al mundo de las dos ruedas y manillar. Para Landa el im¨¢n estaba en esas historias, en la ¨¦pica. ¡°Yo me considero un corredor m¨¢s, pero esto est¨¢ cambiando mucho y quiz¨¢ sea de los de antes, de la vieja escuela, de los que intentan sorprender desde lejos y de los que se fijan en la historia. Los que llegan ahora lo han perdido un poco¡±, acepta; ¡°no me gusta el nuevo ciclismo. Me cuesta engancharme. Son carreras espectaculares, pero lo que hay detr¨¢s es muy t¨¦cnico, hay mucha ciencia detr¨¢s, y a m¨ª me cuesta. Prefer¨ªa lo de antes, un pi?¨®n arriba o uno abajo y: ¡®Venga ¨¦chale huevos¡±. Pero el ciclismo se ha profesionalizado mucho y todo est¨¢ cortado por el mismo patr¨®n, donde los j¨®venes dan bocados de gazuza irremediable. ¡°Les ha llegado informaci¨®n que a nosotros nos llegaba cuando alcanz¨¢bamos la ¨¦lite. Llegan s¨²per preparados y explotan su juventud. Y juntas talento con profesionalizaci¨®n y ah¨ª est¨¢n los resultados¡±, admite. Pero le fastidia. ¡°Cuesta un poco. He estado mucho tiempo a la sombra de Purito, Valverde, Contador¡ Y ahora que no est¨¢n me tocaba asomar a m¨ª. Pero los j¨®venes han llegado para comerse el mundo y para ganarlo todo porque pr¨¢cticamente disputan todo el calendario. Cuesta un poco buscar el sitio y tener que estar desde la primera carrera estar preparado para, ya no ganar sino estar cerca de ellos¡±, a?ade.
De momento lo persigue y en ocasiones consigue, tercero en el ¨²ltimo Giro -tambi¨¦n lo fue en 2015- y cuarto por dos veces en el Tour (2017 y 2020), que ser¨¢ la gran carrera que tiene para este a?o porque, entre otras cosas, empieza en Bilbao y eso es algo que ¨¦l, rom¨¢ntico de la bici, no se quiere perder. Tampoco quer¨ªa dejar de plantar batalla en Lo Port. ¡°Era la mejor de todas las subidas para mi forma de correr porque soy m¨¢s fondista que explosivo. Quer¨ªa dinamitar la carrera¡±, esgrime. No pudo. ¡°Es una Volta dif¨ªcil con la participaci¨®n que hay y porque las bonificaciones siempre me penalizan¡±, sentencia.
Le quedan las ascensiones a Montju?c para, al menos, meterse en el podio, ahora a 48 segundos de Almeida (UAE). Pero pase lo que pase, Landa no cambiar¨¢ su forma de correr ni de ser. ¡°Me gustar¨ªa que me recordaran como un chico de Murgu¨ªa, uno de pueblo, que estuvo en las mejores carreras y alguna vez se peg¨® con Roglic, Poga?ar o Evenepoel¡±, explica para dar vuelo al Landismo. ¡°Yo no he buscado el movimiento, pero supongo que a la gente le ha gustado mi forma de correr o ha empatizado conmigo por las ca¨ªdas o la mala suerte que he tenido en alguna ocasi¨®n. Tambi¨¦n la he tenido buena, claro. No s¨¦, a veces me sorprende y abruma la pasi¨®n o la idea que la gente tiene de m¨ª¡±.
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