Haaland se cita con el Madrid
El Manchester City resiste al Bayern y arranca un empate que le mete en la semifinal
Pelea con orgullo hasta el final¡±, rezaba una pancarta desplegada en el fondo donde se acomodan los hinchas m¨¢s fervorosos del Bayern. Obligado a remontar los tres goles que le endos¨® el Manchester City en la ida, el duelo med¨ªa la her¨¢ldica y la ¨¦pica de un club que ha escrito parte de su leyenda en noches de partidos imposibles. Al volc¨¢nico partido que propuso Tuchel sobrevivi¨® el City. La resistencia no suele conjugar con los equipos de Guardiola, acostumbrados a difundir un f¨²tbol expansivo m¨¢s que retr¨¢ctil. Anoche se vio obligado por el ¨ªmpetu del Bayern. Sali¨® con un empate a uno de la caldera que fue el Allianz Arena y pudo levantar la mano para citarse con el campe¨®n en las semifinales con Haaland en la cabeza. El noruego le dio vidilla al Bayern fallando un penalti mediado el primer acto, pero despu¨¦s impuso el silencio en el segundo con el gol que enterr¨® cualquier posibilidad de que el voluntarioso Bayern gestara otra p¨¢gina para engordar su m¨ªstica. De nuevo se dar¨¢ un Real Madrid-Manchester City bajo el recuerdo del enfrentamiento del curso pasado. De nuevo, una final anticipada entre los dos clubes erigidos como los pr¨®ceres del f¨²tbol europeo.
Inflamado el grader¨ªo, la pelota larga con la que el Bayern arranc¨® defini¨® el tipo de partido que pretend¨ªa. Se trataba de llegar al ¨¢rea de Ederson lo antes posible. Desde los costados o tratando de sacar provecho de la ag¨®nica presi¨®n con la que pretendi¨® que su rival doblara la rodilla. Cada centro a la olla de Coman o de San¨¦ o cada saque de esquina era un motivo de explosi¨®n en las gradas. Tuvo el Bayern ese gol inicial que buscaba cuando una p¨¦rdida de Ruben D¨ªas en una conducci¨®n provoc¨® que Cancelo se pusiera a correr a campo abierto. Citado un tanto escorado con Sommer, su picada cruzada se le fue por un par de palmos.
No se encontraba c¨®modo el City. La persecuci¨®n de Musiala a Rodrigo le restaba salida limpia de pelota. Guardiola repiti¨® el once del Etihad, con Akanji y Ak¨¦ disfrazados de falsos laterales y Stones como ayudante de Rodrigo. Arriba, el p¨¦treo Haaland como ¨²nica referencia. Resulta extra?o ver a un equipo de Guardiola jugar con un nueve islote, esperando una pelota larga para ejercer de peluquero o que ataque los espacios en largo. No es que el City rehuyera de ir a buscar al Bayern a su ¨¢rea, pero la intensidad de su repliegue era inmediata en cuanto le superaban una l¨ªnea. Con todo, se encontr¨® con una brecha que le descubri¨® De Bruyne a Haaland. Un pase filtrado para que el noruego luciera zancada ante Upamecano. El franc¨¦s le reba?¨® la pelota en el cruce y le derrib¨®. El colegiado le mostr¨® una roja que se antojaba definitiva, pero el VAR se la levant¨®. Hab¨ªa partido. Como lo sigui¨® habiendo despu¨¦s de que Upamecano continuara con su nefasto protagonismo en la eliminatoria al interceptar con el codo un disparo de Grealish. Fue extra?a la acci¨®n porque primero escondi¨® sus extremidades detr¨¢s del cuerpo y cuando fue a tapar al extremo ingl¨¦s las abri¨®. Al punto de penalti acudi¨® Haaland para demostrar que tiene trazos humanos. Su fuerte golpeo a reventar la red se le fue alto. Era el primer penalti que fallaba de los ¨²ltimos diecis¨¦is que hab¨ªa lanzado. Al parecer, su frialdad esconde alguna peque?a grieta por la que la presi¨®n fluye y penetra. El error revivi¨® al Bayern. Fue uno de esos fallos propicios para seguir generando el caldo de cultivo para la gesta. Renaci¨® y volvi¨® inflamarse el coliseo muniqu¨¦s.
Esperanza al descanso
El empate al descanso manten¨ªa esa sensaci¨®n de que un gol del Bayern pod¨ªa ser el inicio de una noche hist¨®rica. Lo abort¨® Upamecano en una jugada que radiografi¨® a este Manchester City que tambi¨¦n se defiende con el otro f¨²tbol. Ederson tir¨® una pelota larga a Haaland y este la baj¨® para De Bruyne. El belga le lanz¨® para medirse con el franc¨¦s en la frontal del ¨¢rea. Upamecano resbal¨® y el noruego aprovech¨® para sentarle. Frente a Sommer esta vez no le temblaron las canillas. Lo liquid¨® con un disparo certero a media altura.
El empe?o pele¨®n del Bayern tuvo su recompensa con el tanto del empate de Kimmich. Un penalti decretado por el VAR a falta de apenas diez minutos. Un m¨ªnimo consuelo para un equipo que ech¨® en falta un goleador puro. Un elemento fundamental en el relato de su leyenda que ahora no tiene.
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