Mar¨ªa P¨¦rez: ¡°Marchando soy un soldado¡±
La atleta granadina, de 27 a?os, doble campeona del mundo en 20 y 35 kil¨®metros marcha y r¨¦cord mundial de los 35, afronta con disciplina el reto de superarse o ser superada: ¡°Los r¨¦cords est¨¢n para batirse y avanzar¡±, afirma.
La llamo a su m¨®vil, sin intermediarios. Lo coge a la primera. Dice que s¨ª a la entrevista. No hace falta ir a Granada, donde vive con su esposa, Noe. Viene ella a Madrid a otro asunto y aprovechamos. Se hospeda en casa de un amigo y llega en Metro a la cita en el mism¨ªsimo cogollo de la ciudad, frente a la tienda de zapatillas que la patrocina. Menuda y concisa, pero con un punto de dulzura asom¨¢ndole siempre a los ojos, comenta que se ha pasado de parada y ha desandado 300 metros en el tiempo que otros tardamos en cruzar la infernal confluencia de la calle Alcal¨¢ con Gran v¨ªa. As¨ª es, o as¨ª parece, Mar¨ªa P¨¦rez. La ant¨ªtesis de una estrella deportiva, siendo, como es, la mujer que m¨¢s r¨¢pido marcha del planeta.
Fue doble campeona mundial el d¨ªa que lo fueron las futbolistas espa?olas y no le hemos hecho mucho caso ?C¨®mo lo lleva?
Al final, el f¨²tbol es lo que mueve Espa?a. Hubiera pasado lo mismo si hubiera ganado el Madrid o el Bar?a la Champions. El caso es que ese d¨ªa tuvimos 24 campeonas del mundo. Las 23 futbolistas y yo. Y ni ellas ni yo lo pudimos disfrutar por un hombre, no voy a decir ni su nombre, que no tiene respeto, educaci¨®n ni modales para ser portada de ning¨²n medio.
?Se considera afectada por la conducta de Luis Rubiales?
Faltada al respeto, como millones de mujeres. Pienso qu¨¦ hubiese pasado si mi entrenador, con la euforia de las medallas, me hubiera dado un morreo. Son actos que han de acarrear consecuencias.
Hablemos de usted.
Vale, pero que quede claro mi apoyo a las mujeres del f¨²tbol.
Clar¨ªsimo. ?Se ha resignado a que sus gestas no tengan eco?
Creo que todos merecemos la misma recompensa, pero no compito ni por la gloria ni por dinero, sino porque me gusta. Tengo la suerte que de mi pasi¨®n hago mi trabajo. Soy feliz y hago feliz a la gente.
?Puede usted vivir de esto?
Vivo en base de mi resultado deportivo. Las becas de la Federaci¨®n son p¨²blicas, y no voy a decir que no est¨¢n bien. Y luego est¨¢n las becas ADO que, ahora, con el premio, son 60.000 euros. Da para vivir bien si se tiene alguien con quien compartir los gastos. Pero la inmensa mayor¨ªa no llega.
?C¨®mo empez¨® a competir?
De casualidad. En una excursi¨®n escolar a Huesca conoc¨ª al gran Paquillo Fern¨¢ndez, que estaba prepar¨¢ndose para Pek¨ªn, 2008. Yo era buena en deporte y aquello me gust¨®. Lo primero que march¨¦ fue el puente de hierro de mi pueblo, Orce, de 200 metros...
?Y sigui¨® corriendo, como Tom Hanks, en ¡®Forrest Gump¡¯?
Ni corro, ni ando: marcho. Lo que hacemos es eso: marchar. Fui perfeccion¨¢ndome y encontr¨¦ lo m¨ªo.
?En qu¨¦ piensa al marchar?
En nada. Me quedo en blanco y solo me oigo la respiraci¨®n y el coraz¨®n latiendo. Pensar me quita tiempo y energ¨ªa. Ahora, ver, veo perfectamente. S¨¦ d¨®nde est¨¢ cada persona que me interesa.
?Marchando es usted misma?
S¨ª. Todo lo que he vivido, y aprendido se refleja en la marcha. Marchando soy yo en esencia.
?Y qu¨¦ es usted? Def¨ªnase.
Marchando soy un soldado. Me gusta cumplir, ser puntual, la rutina, que me aprieten las tuercas, que me busquen los l¨ªmites.
?Y obedecer al que manda?
S¨ª, pero depende de si respeto al jefe. Entonces, lo respeto mucho m¨¢s que a mi padre.
?Cu¨¢nto sufre en la carrera?
No te puede gustar la marcha si no eres masoquista, porque se sufre. Trabajas 365 d¨ªas al a?o, 24 horas al d¨ªa, haga fr¨ªo o calor. Cuando te pones al l¨ªmite, sufres, y si sufres es porque piensas que puedes superarte. Yo tengo el r¨¦cord del mundo, pero estoy deseando batirlo, o que lo batan, para ver que se puede. Los r¨¦cords est¨¢n para batirse y avanzar.
?Qu¨¦ es lo peor?
Depende: el fr¨ªo, el calor, el dolor. A los 15 o 16 a?os, en Sierra Nevada, cuando hice mi primer entrenamiento largo en monta?a, se me helaron hasta las pesta?as. Me tir¨¦ bajo la ducha caliente m¨¢s de una hora. No estamos hechos de otra pasta, pero tenemos esa capacidad de sufrimiento porque entrenar es dolor. Empiezas la temporada sin dolores, pero antes de la mitad, ya convives siempre con ¨¦l.
?Y c¨®mo lleva un dolor de cabeza?
Tiene que dolerme mucho algo para tomarme una pastilla, pero en atletismo aguanto el doble. Cualquier atleta te dir¨¢ lo mismo. Lo que pasa es que lo llevamos bien. Si la familia nos ve sufrir, sufre m¨¢s que nosotros.
O sea, que les miente.
Mucho. En el Mundial de Budapest dije que estaba bien y estaba mal. Despu¨¦s de terminar los 20 kil¨®metros no pod¨ªa ni caminar, pero sab¨ªa que me iba a recuperar y no dije nada. ?Para qu¨¦ preocupar a nadie? Mi dolor me lo como yo sola.
Nunca ha dicho nunca m¨¢s.
S¨ª, pero a la hora de la verdad, vuelvo. Es una especie de adicci¨®n. La adrenalina es un chutazo. Ese momento de escucha a tu coraz¨®n en la l¨ªnea de salida, antes del disparo... Es una droga.
?Y vencer, un orgasmo?
S¨ª. En Budapest lo tuve m¨¢s fuerte en los 20 kil¨®metros que en los 35. La medalla tiene m¨¦rito, pero lo tiene m¨¢s por todo lo que hice para conseguirla, me lo puse como objetivo porque me lo merec¨ªa. Pero yo era la ¨²ltima que me lo merec¨ªa. Se lo merec¨ªa mi familia, los m¨ªos, los que me apoyaron.
?De d¨®nde le viene ese tes¨®n?
Somos lo que hemos vivido de peque?os. Yo me forj¨¦ ayudando a mi padre en el campo y trabajando en bares y discotecas del pueblo desde los 15 a?os para ayudar en casa. No me siento ni m¨¢s ni menos que nadie, pero he aprendido a valorar lo que es ganar dinero. Los ni?os de hoy lo tienen todo, no saben lo que es conseguir las cosas. Ojal¨¢ me equivoque, pero creo que en el futuro habr¨¢ pocos deportistas como Nadal, por ejemplo, porque los ni?os tienen cada vez menos ganas de sufrir, de sacrificarse, de perseverar. Esto es muy duro.
?No ha tenido bajonazos?
S¨ª, tuve un baj¨®n chungo cuando a mi mujer le detectaron un c¨¢ncer de ¨²tero, me volqu¨¦ con ella, me olvid¨¦ de m¨ª, de mi cuerpo, y lo pas¨¦ mal. Fue entonces cuando decid¨ª empezar a trabajar con una psic¨®loga, porque antes tuve una lucha interna, quer¨ªa lograr salir de ah¨ª por m¨ª misma y no pude. Ya no tengo miedo a pedir ayuda.
?Nunca ha estado en el armario?
Jam¨¢s. He estado con hombres y con mujeres y estoy casada con una mujer. Nunca me he escondido. He hecho siempre vida normal. Normalizo las cosas haci¨¦ndolas de una manera natural.
Se llama Mar¨ªa P¨¦rez Garc¨ªa, un nombre y unos apellidos muy comunes, pero es usted una supermujer.
No, soy una persona humilde y trabajadora. Cuando me dicen que tengo un don, yo no lo creo, lo que soy es muy trabajadora. Y que tengo unos valores. Nunca aceptar¨ªa el patrocinio de casas de apuestas, por ejemplo. Creo que tenemos que ser un referente para las nuevas generaciones.
La marcha es la disciplina que m¨¢s medallas le da al atletismo espa?ol. ?Se siente reconocida?
Somos los reyes, porque antes lo fueron otros, pero no nos tratan como reyes. Venimos de una disciplina que siempre ha dado buenos resultados y a la que siempre se les ha exigido, pero luego no ha tenido la misma repercusi¨®n que puede tener un velocista, por ejemplo. En cierta forma, creo que hemos malacostumbrado a ganar siempre. Ojal¨¢ estemos as¨ª siempre, pero es muy dif¨ªcil.
?Tiene plan B para la retirada?
Cuando mi mujer estuvo con el c¨¢ncer, tuve la oportunidad de ayudarla en la rehabilitaci¨®n de su cicatriz y su cuerpo y me interes¨® mucho la fisioterapia oncol¨®gica. Como los ni?os son mi pasi¨®n, me encantar¨ªa dedicarme a los ni?os con c¨¢ncer.
?Para cu¨¢ndo ser¨¢ eso?
Tengo claro que esto m¨ªo tiene un principio y un final. Y ese ser¨¢ cuando tenga hijos o cuando no disfrute marchando. Mi primer plan B es disfrutar de mi familia. Tengo un sobrino de tres a?os al que nunca he llevado al colegio y no voy a estar siempre sin hacerlo. O estar en las fiestas de mi pueblo en agosto. O coger ma?ana a mi mujer de sorpresa e irnos una semana a Venecia. Todo eso que no puedo hacer lo har¨¦ cuando lo deje.
REINA DE LA MARCHA
De cerca, María Pérez García (Orce, Granada, 27 años) parece tan menuda y reservada como tenaz y apasionada. Casi se puede ver su aura de determinación coronando su cabeza de pelo cortísimo -"así no pierdo tiempo en secarlo después de la ducha"- sobre un cuerpo fibroso vestido con unos vaqueros y una sudadera de la marca de deportivas que la patrocina. Es luego, en la conversación, cuando mira a los ojos y se revela, además de como una atleta de hierro, como una mujer hipersensible. Habla de todo y de todos sin más pelos en la lengua que el respeto propio y ajeno. Nacida y criada en el campo granadino, la doble campeona mundial de marcha atlética sabe lo que es luchar por ganárselo en la pista y en la vida.
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