El peligro en la ascensi¨®n al Mont Blanc visto por la ciencia
Por vez primera, un estudio de la Universidad de Saboya Mont Blanc mide la ca¨ªda de rocas y de masas de hielo en las dos v¨ªas m¨¢s frecuentadas hacia el techo de Europa, acotando as¨ª sus principales riesgos objetivos en sendos puntos negros
Antoine Rattin luc¨ªa el verano pasado un brazo roto en cabestrillo y una fea herida en la cara, cerca de la sien. Todos se preguntaban qu¨¦ le hab¨ªa ocurrido al guarda del refugio de Go?ter, paso casi obligado en el camino a la cima del Mont Blanc (4.808 metros), y a nadie extra?aba su respuesta: ¡°Fue en el Grand Couloir ¡¡±. En realidad, hab¨ªa vuelto a nacer. Los gu¨ªas de monta?a y la mayor¨ªa de los alpinistas espa?oles conocen este lugar como ¡°la bolera¡±, un paso horizontal de apenas 100 metros de recorrido que constituye uno de los puntos negros del macizo. Cruzar dicho corredor implica exponerse a un juego un tanto desquiciante en el que hay que evitar que las rocas que ruedan ladera abajo le arrastren a uno o lo maten. Impactado por un bloque mediano, Antoine Rattin fue despedido a unos 15 metros de distancia ladera abajo pero pudo detenerse. Los menos afortunados son recogidos por el helic¨®ptero cientos de metros m¨¢s lejos, y conducidos a la morgue. Entre el 15 de junio y el 15 de septiembre, en plena temporada, un promedio de 21.350 personas cruza dicho punto desde 2017, arrojando una media anual de 3,7 accidentes mortales. Antoine Rattin pasa muchas veces cada verano por el fat¨ªdico lugar, al igual que muchos gu¨ªas de alta monta?a, quienes encuerdan en corto a sus clientes e invierten unos pocos segundos en cruzar de una zona segura a otra. Son los segundos m¨¢s tensos de toda la jornada, tensi¨®n que se repetir¨¢ a su regreso desde la cima.
Todos estos datos proceden de un estudio de la Universidad de Saboya Mont Blanc que permite por vez primera no solo elaborar un an¨¢lisis de los riesgos que asumen los alpinistas en las dos v¨ªas m¨¢s frecuentadas, sino cuantificarlos. En monta?a existen dos grandes tipos de peligros: los objetivos y los subjetivos. Estos ¨²ltimos tienen su desencadenante en las acciones y decisiones de los monta?eros, as¨ª como en todos los errores (log¨ªsticos, de conocimiento, preparaci¨®n f¨ªsica, sobre estimaci¨®n de su capacidad, equipamiento deficiente, etc) que puedan cometer. Los peligros objetivos remiten al terreno y, aunque es posible prevenir hasta cierto punto su impacto, es un riesgo a asumir cuando se practica cualquier tipo de actividad en la monta?a: desprendimiento de rocas, aludes de nieve, tormentas, rayos, grietas en los glaciares¡ De forma in¨¦dita, los investigadores franceses han acotado de la manera m¨¢s precisa posible una pregunta clave: ?de qu¨¦ hablamos exactamente cuando hablamos de peligros objetivos en las v¨ªas normales del Mont Blanc?
La v¨ªa m¨¢s frecuentada para coronar el Mont Blanc es la Voie Royale, la que pasa por el refugio de Go?ter. La segunda, conocida como la de los Trois Monts, surca las laderas del Mont Blanc du Tacul y del Mont Maudit antes de alcanzar el techo de los Alpes. Los peligros objetivos que acechan a los alpinistas en ambas rutas son de ¨ªndole bien distinta. Las condiciones t¨¦rmicas influyen directamente en la frecuencia y cantidad de los desprendimientos de roca de la bolera mientras que no afectan en absoluto a la ca¨ªda de seracs (masas de hielo) que amenazan a los que pasan por la vertiente nornoroeste del Mont Blanc de Tacul. En este ¨²ltimo escenario, los seracs pueden caer en cualquier momento, mientras que en la bolera se pueden se?alar franjas horarias menos peligrosas: entre las 2 de la ma?ana y las 12 del mediod¨ªa, se da la menor ca¨ªda de rocas, y especialmente entre las 9 y las 10. La actividad aumenta despu¨¦s, y es cr¨ªtica entre las 18 y las 19 horas de la tarde. Esta informaci¨®n es crucial para permitir a los escaladores reducir la exposici¨®n al riesgo. No es el caso de la ladera nornoroeste del Tacul, donde es muy dif¨ªcil anticipar la ca¨ªda de un serac y solo una lectura minuciosa del terreno que permitiese descubrir masas de hielo muy fracturadas o peque?as ca¨ªdas de hielo podr¨ªan conceder pistas a la hora de escoger el itinerario a seguir.
En las laderas de Tacul, la media de accidentes mortales por a?o es de 0,6, y el riesgo es dos veces menos elevado que en la Voie Royale. Sin embargo, los aspirantes a coronar el techo de Europa pasan mucho m¨¢s tiempo expuestos al peligro potencial del Tacul (algunos, incluso horas), mientras que en la ruta que pasa por Go?ter el paso por la peligrosa bolera se lleva a cabo en apenas medio minuto (para una cordada r¨¢pida). Ocurre, sin embargo, que pasan muchos m¨¢s alpinistas por este ¨²ltimo punto, donde, adem¨¢s, la frecuencia de ca¨ªda de rocas es mucho mayor. Los cient¨ªficos que han elaborado el estudio se?alan la bolera como el punto m¨¢s peligroso de los Alpes y, seguramente, del planeta.
Para conocer la frecuencia de las ca¨ªdas de piedra en dicho punto, se instal¨® en 2019 un dispositivo s¨ªsmico y un sensor que recogi¨® la afluencia de monta?eros. Entre 2016 y 2020, c¨¢maras fijas fotogr¨¢ficas recogieron todas las ca¨ªdas de seracs en el Tacul as¨ª como el tr¨¢fico de alpinistas. En el caso de la bolera se registr¨® un dato revelador: cada 37 minutos se daba una ca¨ªda de rocas importante, y su tama?o creci¨® hacia el final de la temporada estival. Los cient¨ªficos que han elaborado el trabajo recuerdan que existe una clasificaci¨®n de los riesgos: aquellos que la sociedad tolera son definidos como ¡°riesgos aceptables¡± y no merece la pena invertir para reducirlos. En cambio, el ¡°riesgo tolerable¡± es aquel con el que la sociedad puede convivir y extraer un cierto beneficio mientras intenta rebajar su amenaza (conducir, o practicar monta?ismo, por ejemplo). La peligrosidad de la bolera es tres veces mayor que la mortalidad en carretera en Francia, lo que significa que un alpinista medio tiene tantas posibilidades de morir en un solo paso como de hacerlo conduciendo su coche de forma normal durante tres a?os. Con todo, para un franc¨¦s de 45 a?os, pasar por la bolera supondr¨ªa una probabilidad de morir diez veces menor que su probabilidad normal de fallecer. En cambio, si un ni?o de 15 a?os pasase por la bolera duplicar¨ªa sus posibilidades de morir, tanto como un alpinista profesional o un gu¨ªa de alta monta?a de 45 a?os que pase por el mismo lugar diez veces al a?o.
Los cient¨ªficos recuerdan que las condiciones y la peligrosidad de ambos escenarios en el Mont Blanc van a deteriorarse en el futuro: el permafrost (capa del suelo permanentemente congelada) de la cara oeste de la Aguja de Go?ter es m¨¢s d¨¦bil cada a?o y su degradaci¨®n va a acelerarse. El calentamiento del hielo del Tacul podr¨ªa acelerar, por su parte, su agrietamiento y la ca¨ªda de masas de hielo. Y entonces ser¨¢ preciso revisar la realidad de sus peligros objetivos.
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