Los servicios de rescate buscan a los alpinistas Hiraide y Nakajima, desaparecidos en la cara oeste del K2
Los japoneses, dos de los mejores escaladores del presente siglo, habr¨ªan sufrido una ca¨ªda a unos 7.500 metros de altitud. Los helic¨®pteros han localizado el paradero de dos cuerpos, pero no pueden llegar a ellos
Dos puntos coloridos en la inmensidad de la cara oeste del K2, un muro intimidante que se eleva 3.000 metros desde el campo base. Dos puntos que se distinguen bien sobre la nieve, pero que no se mueven, que no hacen nada por acercarse el uno al otro, por llenar de vida un hueco sombr¨ªo. Los dos puntos, se presume, se teme, son los restos de los alpinistas japoneses Kazuya Hiraide y Kenro Nakajima. Seg¨²n las autoridades de Pakist¨¢n, la pareja habr¨ªa sufrido una ca¨ªda cuando se hallaban a unos 7.500 metros de altitud. Los pesados helic¨®pteros del ej¨¦rcito local han localizado su paradero, pero no est¨¢n preparados para realizar complejas tareas de rescate: se especula con la posibilidad, remota, de que un equipo se acerque a la vertiente oeste y trate de alcanzar a pie el lugar donde se hallan a los accidentados. ¡°No est¨¢ claro si viven o no¡±, declar¨® este domingo un portavoz de Ishii Sports, donde trabajaba Hiraide.
Todo parece indicar que cualquier intento de rescate ser¨¢ en vano. La temporada de ascensos en el K 2, as¨ª como en los ochomiles vecinos (Broad Peak, Gasherbrum I y II) ha sido nefasta: el viento y las nevadas han impedido avances en las monta?as durante semanas. A ¨²ltima hora, una ventana de buen tiempo prevista entre el 25 y el 28 de julio puso en alerta a todas las expediciones, que despertaron a la carrera de su letargo. El pasado 24, Hiraide y Nakajima anunciaron que sal¨ªan al encuentro de la cara oeste del K 2. Bajo la lluvia. Apenas tres d¨ªas despu¨¦s, un miembro del equipo de filmaci¨®n del alpinista franc¨¦s Benjamin V¨¦drines (presente en la ruta cl¨¢sica de la monta?a para intentar un r¨¦cord de velocidad en ascenso con posterior descenso en parapente), lanz¨® la alarma: el ej¨¦rcito pakistan¨ª buscaba desde el aire el paradero de la pareja japonesa.
¡°Estoy preparando la expedici¨®n m¨¢s importante de mi carrera; quiz¨¢ despu¨¦s pueda retirarme, pasar m¨¢s tiempo con mi familia¡±, aventuraba hace apenas unos meses el alpinista japon¨¦s Kazuya Hiraide durante una visita al Pa¨ªs Vasco organizada por su patrocinador, Ternua. No hubo rastro de ligereza en su prop¨®sito: dejar atr¨¢s el alpinismo de ¨¦lite, descansar, abandonar una vida de peligros, de exploraci¨®n, la asunci¨®n de una existencia salvaje en las monta?as, descubrir quiz¨¢ c¨®mo es vivir sin el motor de la pasi¨®n que le ha convertido en uno de los himalayistas m¨¢s importantes y discretos del siglo. Aquel d¨ªa, Hiraide corri¨® en ayunas varios kil¨®metros antes del amanecer, con sus pies mutilados, varios dedos congelados y amputados. ¡°Tengo ya 44 a?os, no soy viejo pero empiezo a serlo¡±, sonri¨®, ¡°y empiezo a mirar con cierto temor a las monta?as. El miedo est¨¢ ah¨ª, pero cuando yo lo deje Kenro Nakajima (34 a?os) tomar¨¢ mi relevo¡±, asegur¨® con una sonrisa orgullosa.
Juntos, Hiraide, el mentor, y Nakajima, el alumno fiel, hab¨ªan merecido dos piolets de oro tras sendas aperturas en el Shispare (2017) y en el Rakaposhi (2019), pero tambi¨¦n hab¨ªan triunfado en el Karun Roh (2022) o en la norte del Tirich Mir (2023). Antes, en 2009, Hiraide y su compa?era Kei Taniguchi se llevaron un Piolet de Oro tras abrir una nueva ruta en el Kamet. Nunca una mujer hab¨ªa ganado antes el galard¨®n que premia a los mejores alpinistas del planeta. Taniguchi falleci¨® en 2015 tras sufrir un accidente en el Monte Kurodake. La p¨¦rdida estuvo cerca de zanjar para siempre la vida de alpinista de Hiraide: sin ganas de seguir y sin compa?ero con quien hacerlo hasta que el azar le permiti¨® encontrar en Nakajima un compa?ero s¨®lido. En 19 expediciones al Himalaya, Hiraide ha sido capaz de abrir 12 v¨ªas nuevas, siempre en monta?as t¨¦cnicas y remotas.
La cara oeste del K2 es un monstruo conquistado una sola vez, en 2007, a instancias de un grupo ruso de ¨¦lite compuesto por 23 alpinistas a las ¨®rdenes del visionario Pavel Shabalin. El equipo permaneci¨® entonces en la monta?a entre el 7 de junio y el 22 de agosto, apurando hasta el l¨ªmite de lo soportable sus opciones. Cuatro equipos de cuatro alpinistas se turnaron para trabajar en la monta?a, bajo unas condiciones terribles: no solo tuvieron que superar las enormes dificultades t¨¦cnicas de la ruta, sino que vientos de m¨¢s de 100 km/h amenazaron con arrancarles de la pared. Fijaron cuerda hasta la cima y colocaron en lo m¨¢s alto a once alpinistas, sin usar ox¨ªgeno embotellado ni porteadores y escogiendo la parte central de la pared compuesta por muros interminables y t¨¦cnicos de roca. Puede afirmarse que la suya es la ruta m¨¢s dura en la m¨¢s compleja de las monta?as. Diecisiete a?os despu¨¦s, Hiraide y Nakajima, quiz¨¢s animados por el ¨¦xito alucinante de un tr¨ªo estadounidense en la Norte del Jannu, el a?o pasado, anunciaron que se enfrentar¨ªan a la oeste del K2 en estilo alpino, algo as¨ª como pasear protegido por un paraguas en un barrio pobre sacudido por un terremoto. Pavel Shabalin declarar¨ªa a su regreso que el peso de la incertidumbre y de la responsabilidad en la oeste del K2 casi acaba con su entereza mental. No hubo ning¨²n purista, ning¨²n gur¨² del estilo alpino que se atreviese a poner un pero a la expedici¨®n rusa, pero todos se preguntaron si el ser humano ser¨ªa capaz, en alg¨²n momento, de escalar la oeste del K2 con una cuerdecita fina y una mochila de tama?o escolar por todo equipaje. Hiraide y Nakajima lo cre¨ªan posible.
Puedes seguir a EL PA?S Deportes en Facebook y X, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter. Tambi¨¦n, puedes incribirtirte aqu¨ª para recibir la newsletter diaria sobre los Juegos Ol¨ªmpicos de Par¨ªs.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.