Hansi Flick: ¡°El ¨¦xito se logra haciendo que otros tengan ¨¦xito¡±
El seleccionador de Alemania, rival de Espa?a en el Mundial, explica su concepci¨®n de la presi¨®n adelantada, un modelo que llev¨® al extremo en el Bayern y que ahora pretende activar en Qatar
¡±Estoy convencido de que el coraje acaba siendo recompensado¡±, dice Hansi Flick, el seleccionador de Alemania, rival de Espa?a el pr¨®ximo domingo en el Mundial de Qatar. Sentado frente a su ordenador, hace un par de semanas, el t¨¦cnico, de 57 a?os, respondi¨® por escrito a las preguntas de EL PA?S para explicar c¨®mo concibi¨® el sistema de presi¨®n m¨¢s osado que se ha puesto en pr¨¢ctica jam¨¢s. ¡°El juego activo triunfa sobre la pasividad¡±, insiste. ¡°Por eso animamos a nuestros jugadores a ser audaces y activos. Eso significa asumir mayores riesgos, por supuesto. Pero estamos convencidos¡±.
¡°El juego activo triunfa sobre la pasividad. Por eso animamos a nuestros jugadores a ser audaces y activos. Eso significa asumir mayores riesgos, por supuesto. Pero estamos convencidos¡±.
Flick fue un centrocampista con oficio. Uno m¨¢s en el Bayern de los a?os ochenta, en la edad de oro de los centrocampistas alemanes. Cuando dej¨® el f¨²tbol profesional en 1993 regres¨® a Bammental, su pueblo, un reducto somnoliento de 6.000 habitantes entregados al cultivo del centeno en las colinas de Baden-Wurttemberg. All¨ª puso una tienda de art¨ªculos de deporte, Hansi Flick Sport & Freizeit, mientras mataba la nostalgia jugando y entrenando al Victoria Bammental, del grupo VII de la liga regional. Nadie habr¨ªa imaginado entonces que en 2014 ganar¨ªa la Copa del Mundo como segundo entrenador de Joachim L?w, ni que en 2020 conquistar¨ªa el sextete con un Bayern que no super¨® al de Guardiola en sofisticaci¨®n pero s¨ª en audacia y en t¨ªtulos.
¡°El coraje tiene recompensa. El juego activo triunfa sobre la pasividad. Por eso animamos a nuestros jugadores a ser audaces. Eso significa asumir mayores riesgos, por supuesto. Pero estamos convencidos
Hasta el Bayern de Flick los equipos m¨¢s osados que enfrentaban a defensas de cuatro hac¨ªan la presi¨®n adelantada con los tres atacantes, liberando siempre a un zaguero rival. Flick comenz¨® a utilizar un lateral para presionar al lateral adversario y as¨ª emparej¨® a volantes con volantes y defensores con atacantes, de modo que libr¨® la suerte de los partidos al duelo individual. Fue un acto revolucionario. Algo que hasta entonces se hab¨ªa considerado ¡°suicida¡±, en palabras de muchos t¨¦cnicos, y que a ¨¦l le llev¨® a ganar todos los trofeos en disputa. Dos a?os despu¨¦s el Liverpool, el Barcelona, el Sevilla, el N¨¢poles, el City o el Bayern de Nagelsmann, siguen sus pasos.
¡°Para coordinar una presi¨®n al hombre¡±, dice, ¡°todos los jugadores deben tener un objetivo com¨²n y la convicci¨®n de que pueden lograrlo exactamente de esta manera, exactamente a trav¨¦s de este sistema, aportando sus fortalezas individuales al colectivo. Es trabajo del cuerpo t¨¦cnico transmitir esa convicci¨®n¡±.
Flick no se da importancia cuando le recuerdan que su f¨®rmula requiere la concatenaci¨®n de tantos factores que el fallo de un solo pe¨®n provocar¨ªa el desastre. Tampoco presume cuando le sugieren que aquel ingenio le permiti¨® arrasar sin tener en la plantilla a un Messi o a un Neymar. ¡°Tambi¨¦n tuvimos una enorme calidad individual¡±, objeta, ¡°jugadores como Lewandowski, Thiago, Alaba, Kimmich, Coutinho, Perisic,.. Sin embargo, la disciplina es fundamental. Cada jugador debe conocer su rol y ponerse al servicio del equipo. El requisito previo para presionar al hombre es una clara direcci¨®n y comunicaci¨®n de este papel por parte del t¨¦cnico. Y, por supuesto, tienes que tener una buena forma f¨ªsica¡±.
Alemania siempre tuvo en sus filas a algunos de los futbolistas m¨¢s desequilibrantes del mundo. En el 74 a M¨¹ller y Overtah, en el 90 a Matth?us y Littbarsky, y en el 14 a ?zil. Ahora, ante la ausencia de un l¨ªder capaz de marcar las diferencias en el ¨²ltimo tercio, surge la cuesti¨®n de si el sistema basta para compensar la falta de talento. ¡°La selecci¨®n alemana siempre ha sacado su fuerza de la unidad del equipo¡±, reflexiona Flick. ¡°Incluso cuando hab¨ªa personas destacadas en el campo, siempre se pusieron al servicio del desempe?o colectivo. Esto tambi¨¦n distingui¨® al campe¨®n de 2014¡å.
¡°Los aficionados no solo se entusiasman con el brillo individual¡±, explica, cuando le se?alan la aparente falta de vocaci¨®n exhibicionista que muestran los alemanes. ¡°Las actuaciones colectivas entusiasman tambi¨¦n. A nuestros jugadores les ense?amos desde muy j¨®venes que solo pueden tener ¨¦xito juntos. Como equipo, como unidad, en la que nadie se sienta superior. Todos necesitan del otro para lograr sus objetivos, todos se benefician del otro. Esto nos dio los grandes ¨¦xitos del pasado, comenzando por la Copa del Mundo en 1954 cuando el capit¨¢n Fritz Walter fue el ejemplo perfecto de esta actitud. Fritz Walter fue el espejo en el que se miraron las generaciones posteriores¡±.
Nuestro equipo es sobresaliente precisamente en el centro del campo. Tanto jugador talentoso no me facilita el trabajo de selecci¨®n. Musiala es un talento excepcional
¡°Es normal que haya diferencias entre generaciones de jugadores¡±, indica, cuando le preguntan si no cree que Kimmich, G¨¹ndogan y Gortezka en conjunto pesan menos que Schweinsteiger, Kroos y Lham. ¡°A mi juicio, nuestro equipo es sobresaliente precisamente en el centro del campo. Es tan sobresaliente que tanto jugador talentoso no me facilita el trabajo¡±.
Flick intenta que Alemania ataque con muchos hombres meti¨¦ndose en zonas apretadas incluso cuando futbolistas como M¨¹ller, San¨¦, Hofmann o Gnabry no se cuenten entre los m¨¢s h¨¢biles cuando carecen de tiempo. ¡°Un equipo necesita jugadores que muestren sus virtudes en el ¨²ltimo tercio, donde los espacios se achican¡±, dice. ¡°Veo esta cualidad en Jamal Musiala y Marco Reus, dos talentos excepcionales, pero tambi¨¦n en muchos otros. Mi cuerpo t¨¦cnico y yo los animamos a tomar riesgos, sobre todo en esa zona, sin miedo a equivocarse¡±.
El seleccionador solo admite un d¨¦ficit en su plantilla. Le falta un ¡®nueve¡¯ de categor¨ªa, por m¨¢s que haya convocado al pesado Niclas F¨¹llkrug, del Werder Bremen. No tiene el distintivo que marc¨® a tantos equipos alemanes en la Copa del Mundo. ¡°Es innegable que actualmente no tenemos en el centro del ataque la calidad que ha distinguido a la selecci¨®n alemana¡±, reconoce. ¡°Este desaf¨ªo ha sido reconocido y estamos tratando de reajustar la formaci¨®n de jugadores j¨®venes. Necesitamos m¨¢s especialistas y menos jugadores polivalentes. No obstante, estoy convencido de que tenemos suficiente calidad en el equipo, delantera incluida¡±.
Como sucede en Espa?a con Carlo Ancelotti o Vicente del Bosque, en Alemania es proverbial la falta de ego de Hansi Flick. Inquirido sobre su modestia por el periodista lejano, el tendero de Bammental reflexiona brevemente, hace una pausa en forma de punto y seguido, y sentencia: ¡°El ¨¦xito se logra haciendo que otros tengan ¨¦xito¡±.
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