¡®Derbi¡¯ fraternal, identidades cruzadas
El Francia-Marruecos se vivi¨® como una fiesta en un pa¨ªs con centenares de miles de personas que comparten los v¨ªnculos con ambas naciones
Hay banderas de Marruecos y de Francia en este peque?o local en Saint-Denis, a cuatro pasos de la bas¨ªlica en la que est¨¢n sepultados los reyes de Francia y en el extrarradio multicultural y empobrecido de Par¨ªs. Se sirve vino y t¨¦. Este mi¨¦rcoles se han reunido para ver el partido una veintena de hombres y mujeres en la sede de esta asociaci¨®n marroqu¨ª. Algunos, con las banderas y camisetas rojas de su pa¨ªs o del de sus padres, otros son hinchas de les bleus. Otros van con ambos y estar¨¢n felices gane quien gane.
Saouad Chaouih, franco-marroqu¨ª de 63 a?os, delegada general de la Federaci¨®n de Asociaciones marroqu¨ªes en Francia, se levanta y dice: ¡°?Estamos en una democracia! ?Expresaos por unos o por otros!¡±. Se r¨ªen, bromean.
Esto es Saint-Denis; esto es Francia.
Un Francia-Marruecos es un derbi, pero un derbi particular. Sin la rivalidad que rodear¨ªa un Francia-Argelia, pa¨ªses con un pasado traum¨¢tico compartido, una historia no resuelta marcada por la colonizaci¨®n y sus cr¨ªmenes, y por una cruenta guerra de independencia.
¡°El f¨²tbol me da igual, pero voy con Marruecos¡±, dice en Saint-Denis Rim, una marroqu¨ª de 30 a?os. ¡°Es la esperanza que da a ?frica, al Tercer Mundo¡¡±. ¡°Yo, con Francia¡±, apunta Kenza, franco-argelina-tunecina de 18 a?os, la ¨²nica mujer con velo esta noche en la asociaci¨®n. ¡°Pero si gana Marruecos estar¨¦ contenta tambi¨¦n, son hermanos¡±.
Con Marruecos no hay tantas cuentas pendientes. Marruecos fue un protectorado y la independencia result¨® m¨¢s pl¨¢cida. Las ¨¦lites francesas y marroqu¨ªes mantienen desde entonces una colaboraci¨®n ¨ªntima. Con par¨¦ntesis: las sospechas de espionaje marroqu¨ª al presidente franc¨¦s, Emmanuel Macron, con Pegasus, y la reducci¨®n por parte de Francia de los visados a Marruecos han enfriado las relaciones.
Y, sin embargo, no hay en la memoria com¨²n franco-marroqu¨ª episodios como el del Francia-Argelia de 2001 en el Stade de France, cuando las gradas abuchearon La Marsellesa. Algunos franceses lo vivieron como una humillaci¨®n nacional, la prueba de que la escuela republicana criaba j¨®venes que odiaban a su pa¨ªs. Otros concluyeron que era un reflejo del fracaso de la integraci¨®n y de la end¨¦mica discriminaci¨®n.
En v¨ªsperas del Francia-Marruecos han resurgido algunos de estos fantasmas. Y existe el temor a que el buen ambiente acabe truncado por la violencia en las celebraciones. El Ministerio del Interior ha movilizado a 10.000 agentes en todo el pa¨ªs, la mitad en Par¨ªs.
Hay pol¨ªticos que llevan d¨ªas atizando la divisi¨®n. ¡°Me gustar¨ªa saber c¨®mo reaccionar¨ªa el rey de Marruecos si en Marrakech miles de franceses saliesen a festejar la victoria de Francia¡±, se quej¨® el ultra ?ric Zemmour. Alud¨ªa a las celebraciones en Par¨ªs a cada victoria marroqu¨ª, m¨¢s multitudinarias que cuando ha ganado Francia.
Argelinos y marroqu¨ªes forman las mayores comunidades de inmigrantes en Francia. Hay en este pa¨ªs unos 840.000 residentes nacidos en Marruecos. Una parte son binacionales. A ellos hay que sumar a los hijos y nietos de inmigrantes, millones que ten¨ªan el coraz¨®n partido. Forman parte indisociable de la identidad francesa del siglo XXI.
Hay, en la identificaci¨®n de muchos de estos franco-marroqu¨ªes con Marruecos, algo de afecto por las ra¨ªces de los mayores; de ilusi¨®n, compartida m¨¢s all¨¢ de las fronteras marroqu¨ªes, por la ¨¦pica del David contra Goliat. Hay m¨¢s. Seg¨²n Chaouih, la responsable de la asociaci¨®n en Saint-Denis, el apoyo de los j¨®venes de la banlieue a los rojos es un mensaje a Francia. ¡°Es un desaf¨ªo a la Rep¨²blica¡±, dice. ¡°Son los hijos ileg¨ªtimos ante el padre que no los reconoce ni les da su lugar¡±.
Despu¨¦s del partido, miles de personas llenaron los Campos El¨ªseos de Par¨ªs con banderas de Francia, Marruecos, Argelia. El Francia-Marruecos en Qatar fue un derbi, pero un derbi fraternal.
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