Croacia se consuela con el tercer puesto ante la dignidad de Marruecos
El cuadro balc¨¢nico vence en el duelo por el bronce ante la selecci¨®n africana, revelaci¨®n del campeonato
Como ocurri¨® en 1998, Croacia culmin¨® su participaci¨®n mundialista con una victoria que le ubica en la tercera posici¨®n, un escal¨®n por debajo que hace cuatro a?os, pero en definitiva un grato regusto que se hace extensivo a Marruecos, derrotada en sus dos ¨²ltimos duelos en Qatar, tambi¨¦n orgullosa de escuchar siete veces su himno nacional. Solo cuatro selecciones pueden presumir de ello en un campeonato inolvidable para dos pa¨ªses que litigaron por una medalla de bronce m¨¢s simb¨®lica que valiosa, una presea que hace un mes pocos aguardaban que tuviesen a su alcance.
La liturgia de un Mundial no es la misma que la de unos Juegos Ol¨ªmpicos y quiz¨¢s por ello, por el relativo valor que se otorga a la diferencia entre quedar tercero o cuarto, el partido fue m¨¢s abierto y menos tenso que citas anteriores. Algunas piezas de valor como Brozovic o Lovren en Croacia se quedaron en la reserva. En Marruecos, el emergente Ounahi se qued¨® guardado en el banquillo durante casi una hora. Marruecos, en realidad, lleg¨® con el dep¨®sito en la reserva, con lesionados y golpeados en todas sus l¨ªneas, plant¨® cara, siempre orgullosa y digna. Pero cedi¨® ante la solidez y la punter¨ªa croata.
El partido amaneci¨® con dos goles casi consecutivos en cada porter¨ªa, una pista m¨¢s que palmaria sobre el car¨¢cter de la cita, que comenz¨® abierta y si se trab¨® fue m¨¢s por el agotamiento de muchos futbolistas que por la prudencia que les guiaba. Croacia marc¨® en su primera llegada, una acci¨®n que resulta complicado imaginar que la fiereza defensiva de Marruecos hubiera permitido hace una semana: una falta frontal acab¨® con dos toques de cabeza de futbolistas croatas en el ¨¢rea defendida por Bono. El cotizado Gvardiol fue quien hizo diana, pero nada m¨¢s sacar de centro empat¨® otro central, Achraf Dari, tambi¨¦n por v¨ªa ¨¢rea.
El partido evolucion¨® entre lo grato y lo grueso. Aparecieron los astros. La jerarqu¨ªa de Amrabat, la clase de Ziyech, la pujanza de Achraf Hakimi, la sabidur¨ªa de Modric, que exigi¨® lo mejor de Bono. La punter¨ªa, en definitiva, de Orsic, un talento que suele mostrarse en el Dinamo de Zagreb y que, sin apenas minutos en la selecci¨®n, dej¨® su huella con una rosca que vali¨® el gol del triunfo para Croacia en los ¨²ltimos instantes de la primera parte.
El regreso del descanso tuvo un punto abrupto, de indefinici¨®n, hasta que la proximidad del final desat¨® a todos y abri¨® un ida y vuelta que pudo beneficiar a cualquiera. El trencilla catar¨ª y, lo que es peor, toda la tropa al frente del videoarbitraje, se merendaron un penalti de Amrabat a Gvardiol que pudo sentenciarlo todo antes de tiempo, antes de que Marruecos se lanzase mediante centros al ¨¢rea a por su ¨²ltima epopeya en Qatar, un apasionado arre¨®n que culmin¨® con un testarazo sobre la hora de En-Nesyri que se qued¨® a cent¨ªmetros de forzar una pr¨®rroga, pero que en definitiva fue el postrero retrato de un equipo inolvidable.
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