Nadie volver¨¢ de la final del siglo
Messi termin¨® en Qatar una discusi¨®n hist¨®rica que ten¨ªa que ver con una divinidad, Maradona. ¡°?T¨² sabes qu¨¦ jugador habr¨ªa sido yo si no hubiese tomado coca¨ªna?¡±, le dijo Diego a Kusturica. Leo le respondi¨® este domingo
Hay jugadores que no van a volver de este partido. Se van a quedar ah¨ª, en la final del siglo. Nombres que seguir¨¢n su carrera, ganar¨¢n t¨ªtulos, vivir¨¢n emociones extraordinarias, pero nada, nunca, comparado a lo que pasaron en un campo de f¨²tbol durante m¨¢s de dos horas en Doha, Qatar, el 18 de diciembre de 2022. Ser¨¢ el partido de sus vidas, el momento al que se remitir¨¢n cuando miren atr¨¢s: yo jugu¨¦ el Argentina-Francia del 22. ¡°Yo tir¨¦ un penalti¡±. ¡°Yo fui el que sac¨® de dentro el gol de Messi¡±. ¡°Yo sal¨ª en la segunda parte¡±. Habr¨¢ quien, cuando tenga 80 a?os, no tenga necesidad de presentarse. Habr¨¢ un anciano, en un bar de Buenos Aires, que no tenga la necesidad de decir: ¡°Yo par¨¦ un gol en el ¨²ltimo minuto, y luego un penalti, y casi atajo el resto¡±. Un viejito, en una terraza de Par¨ªs, al que no le haga falta decir, para presentarse, una frase impresionante: ¡°Yo marqu¨¦ tres goles en aquella final, y un penalti en la tanda, y perd¨ª¡±. Y a¨²n uno m¨¢s, en Rosario, que no tenga que soltar al llegar a un sitio: ¡°De m¨ª dicen que soy m¨¢s grande que Diego Maradona¡±. Les pondr¨¢n la misma cara, si lo dicen, que el ni?o de la pel¨ªcula de Sorrentino al que Maradona le aclara que es zurdo: ¡°?Todo el planeta sabe que eres zurdo!¡±.
Qatar, el Mundial de la verg¨¹enza conseguido con sobornos y corrupci¨®n por parte de un r¨¦gimen que aplasta derechos humanos y esclaviz¨® a trabajadores, miles de ellos muertos, para construir los estadios, dej¨® un partido de ensue?o, una final imposible, la mejor de la historia de la Copa. Y esto es, en resumidas cuentas, el f¨²tbol. No tiene sentimientos, y los provoca todos. De forma tan salvaje que la primera parte de Angelito Di Mar¨ªa, sorpresa de Scaloni en el once para deshacer a Kound¨¦ y fundir a Francia, parece que fue hace quince d¨ªas. H¨¦roe desequilibrante del partido, rabo de lagartija, fin¨ªsimo en el amague y el desborde, al final del partido nadie recordaba si hab¨ªa jugado Di Mar¨ªa, ?qui¨¦n era Di Mar¨ªa?, ?existe alguien llamado as¨ª?, ?y qui¨¦n es esta se?ora que me llama ¡°hijo¡±?
Todo por culpa de un jugador fuera de sus casillas, desquiciado y arrebatador que, en tres minutos, empat¨® una final que no ten¨ªa m¨¢s historia. Ya hab¨ªa marcado Messi, ya se hab¨ªa producido la t¨ªpica jugada bell¨ªsima, un contragolpe ejecutado con la rapidez y la frialdad de un asesinato, ya estaba el domingo programado, 10 minutos m¨¢s y a dar un paseo antes de meterte en el cine a ver una pel¨ªcula con tu pareja, luego tendr¨¦is que tener una conversaci¨®n, las cosas no est¨¢n bien en los ¨²ltimos tiempos, quiz¨¢ haya que separarse un tiempo. Dos minutos, dos goles, el ¨²ltimo antol¨®gico, el disparo de la bestia. Una pr¨®rroga. Otro gol de Messi, ahora ya s¨ª, vamos visti¨¦ndonos que llegamos al cine, faltan dos minutos para que acabe. Otro gol de Mbapp¨¦, espera, mejor nos quedamos, podemos pedir a un chino y ver algo en Filmin, cada d¨ªa estoy m¨¢s enamorado de ti, lo eres todo para m¨ª, deber¨ªamos tener un hijo, el tercero, y llamarlo Lionel, ?no te parece original?
Argentina ya tiene su tercera Copa del Mundo. Merecida, qui¨¦n lo dir¨ªa hace dos semanas. Se ech¨® Messi a su selecci¨®n a la espalda cuando mor¨ªa a c¨¢mara lenta desmayada en fase de grupos ante M¨¦xico, y luego ya marc¨® en octavos, en cuartos, en semifinales, e hizo un doblete en la final. Messi termin¨® en Qatar una discusi¨®n hist¨®rica que se prolongaba durante a?os y que ten¨ªa que ver con una divinidad, Maradona. Fue, en realidad, una respuesta. Una respuesta que reson¨® en todo el mundo cuando Messi supo cu¨¢nto pesaba la Copa del Mundo, como ordenaba el Diego, y cuyo origen se remonta a la pregunta ret¨®rica que Maradona se hizo a s¨ª mismo delante de Emir Kusturica: ¡°?T¨² sabes qu¨¦ jugador habr¨ªa sido yo si no hubiese tomado coca¨ªna?, ?qu¨¦ jugador! ?Qu¨¦ jugador perdimos!¡±. Messi le contest¨® a la leyenda del f¨²tbol mundial. Con la camiseta argentina y con el 10, con su zurda, con la misma Copa que Maradona levant¨® en otro Mundial irrepetible gracias a ¨¦l, M¨¦xico 86.
No, nadie olvidar¨¢ este partido. Es una pisada de gigante en la historia del f¨²tbol. Enfrent¨® estilos, jugadores de ¨¦poca separados por 12 a?os, Messi y Mbapp¨¦, y dio, en varias ocasiones, una lecci¨®n que es el motor de la historia: nunca est¨¢n las cosas del todo bien, todo se puede torcer en cualquier momento, que se tuerza tampoco tiene por qu¨¦ ser malo, pero and¨¢ por la vida, bobo, con un buen portero.
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