Alcaraz salva un d¨ªa de claroscuros contra Sonego
El espa?ol accede a la tercera ronda de Melbourne tras resistir al desaf¨ªo del italiano: 6-4, 6-7(3), 6-3 y 7-6(3). Se enfrentar¨¢ el s¨¢bado al chino Shang
Es uno de esos d¨ªas raros en Melbourne, lo que los lugare?os llaman Cuatro Estaciones en un D¨ªa (Four Seasons in One Day). Hace calor, y luego fr¨ªo, y despu¨¦s llueve, y m¨¢s tarde hay nubes y cuando parece que va a asomarse otra vez el sol, se encapota de nuevo el cielo y sopla un vientecillo traicionero, de esos que terminan col¨¢ndose en el cuerpo y cuestan enfriamientos. Snif, snif, snif, suenan las naricillas en las tribunas al absorber. As¨ª que el partido empieza de la mano, raro tambi¨¦n, y las ca?as se repiten y Alcaraz, sin mangas, veraniego, se encuentra con un Lorenzo Sonego osado y respond¨®n, de piernas largu¨ªsimas y golpe profundo, que propone con sus tiros planos y que le tutea hasta que, por fin, termina cediendo. La goma se rompe (6-4, 6-7(3), 6-3 y 7-6(3), tras en 3h 25m) y el espa?ol, pues, comparecer¨¢ en la tercera ronda de Australia. Eso s¨ª, est¨¢ cabreado, golpea la red; pocas musas en esta ocasi¨®n. Se medir¨¢ el s¨¢bado con el chino Shang Juncheng, el 140? del mundo y superior al indio Sumit Nagal (2-6, 6-3, 7-5 y 6-4).
El d¨ªa, lo dicho, va describiendo curvas desde primera hora. La n¨²mero uno, la polaca Iga Swiatek, sufre lo indecible para rendir a la estadounidense Danielle Collins, 4-1 y saque por encima en el tercero, al final derrotada; tambi¨¦n lo hace el alem¨¢n Alexander Zverev, que resiste a la inesperada tormenta que le plantea Lukas Klein, a todo o nada el eslovaco: 80 ganadores y 83 errores no forzados, casi nada; el noruego Casper Ruud emplea otros cinco sets para seguir adelante ante Max Purcell, de modo que lo que parec¨ªa criba queda en poca cosa, mero amago, sustos varios, y el te¨®rico trazado del espa?ol sigue salpicado de los obst¨¢culos propuestos por el sorteo. En cualquier caso, sigue Alcaraz desprendiendo esa sensaci¨®n de que lo que vaya ocurriendo est¨¢ fundamentalmente en su mano, para bien o para mal, y este jueves la historia va por ah¨ª otra vez.
Sonego, de 28 a?os y 46? en el listado, aprieta, insiste y se revuelve, lo negocia todo; pega con intenci¨®n y decisi¨®n, pero el desarrollo depende sobre todo de su mayor o menor inspiraci¨®n puntual. Va Alcaraz a tirones, a veces un tanto perezoso, como si supiera que llegado el fuego, podr¨¢ subir de pi?¨®n y el talento desbordante que tiene en la raqueta le salvar¨¢ de un modo u otro. As¨ª sucede. No tiene ritmo el duelo, se deciden los puntos en pocos golpes ¡ªsolo 10 intercambios por encima de los nueve¡ª y el rival, por eso de seguir el guion de lo raro, intenta una genialidad por el costado de la red, tipo Roger Federer; el suizo sorte¨® la malla magistralmente en Nueva York, hace seis a?os ya, por el exterior, pero la trayectoria choca esta vez con el poste. El genio y los dem¨¢s, ligas diferentes. El p¨²blico aussie agradece el intento, en todo caso; cualquier d¨ªa es bueno para evocarle.
El turin¨¦s no es un mero asistente y su apuesta encuentra premio en el segundo parcial, cuando las idas y venidas del espa?ol la hacen resbalar en el tie-break. Convierte Sonego, se gira retador y mira a su banquillo, jugador ya bregado y con experiencia. Orgulloso guerrillero. No convienen los despistes. As¨ª que, azuzado por los miembros del banquillo, se enmienda enseguida Alcaraz, ahora s¨ª, incrementando la marcha y sacando el pu?o, luciendo esas piernas de canguro que le permiten llegar a todo y que no tienen comparaci¨®n hoy por hoy. No est¨¢ demasiado fino en el toque ni en la volea, se equivoca varias veces en la interpretaci¨®n, obligado adem¨¢s a correr y correr, boquea todo el rato. Pero tiene el control. Suficiente. Le basta con equilibrar: 43 tiros definitivos (12 aces) y 34 errores, por los 37 y 48 del adversario. Le aplaude y le choca la mano cuando se inventa una virguer¨ªa en la volea. Mejora respecto al estreno del martes en t¨¦rminos de mordiente, al convertir al cuarto intento ¡ªnueve necesit¨® ante Richard Gasquet¡ª el primer break. Y progresa, que a fin de cuentas esto es un grande y el ¨¦xito final exige pasar por todas las estaciones, al igual que la ciudad.
¡°Aqu¨ª es un poco complicado, la verdad¡±, dice. ¡°Todos los d¨ªas pr¨¢cticamente ha hecho viento, cambios de temperatura, algunos much¨ªsimo calor, otros no tanto por la humedad, a veces fr¨ªo... Es un poco complicado acostumbrarte a las sensaciones de aqu¨ª, pero al final gana el que mejor se adapte a lo que haya en ese d¨ªa. No hay secreto. Quien mejor se adapte a las condiciones, es quien mejor resultado va a hacer. As¨ª que nosotros¡±, prosigue en plural mayest¨¢tico, ¡°intentamos darnos cuenta de lo que hay, y a partir de ah¨ª ir hacia delante. Yo creo que ¨²ltimamente lo he estado haciendo bien e intentamos estar duros y dar nuestra mejor versi¨®n, pase lo que pase¡±.
Es un d¨ªa raro en Melbourne, donde los periodistas ingleses y los allegados internacionales caminan cabizbajos tras haber perdido repentinamente a su colega Mike Dickson, pelirrojo, corbatas y manos en los bolsillos, muy british. Un cl¨¢sico. 59 a?os, 38 de ellos contando el deporte. Las nubes hacen trastadas, va y viene la luz, va y viene la inspiraci¨®n. Contagiado, Alcaraz resiste al desaf¨ªo y cierra positivamente un jueves de momentos.
BORGES SORPRENDE A DAVIDOVICH
No venía Alejandro Davidovich con las mejores sensaciones. Pese a ganar, el primer día se expresaba disconforme y decía que no había disfrutado ante Constante Lestienne. Sucedió otra vez este jueves. El malagueño, de 24 años y 23º favorito del torneo, cedió contra el portugués Nuno Borges (7-6 (7), 6-3 y 6-3, tras 2h18) y se despidió así temprano de Australia. Un jarro de agua fría para un tenista que busca con insistencia dar un salto de nivel que por ahora se le niega.
De haber vencido, el andaluz hubiera celebrado su triunfo 100, pero acusó el golpe anímico del primer set. No acertó, desperdició una rotura de ventaja primero y un 5-2 en el desempate posterior, y a partir de ahí se torció. Contrariado, fue perdiendo fuelle y finalmente se inclinó, por lo que el tenis español solo cuenta ahora con dos representantes: Alcaraz y Paula Badosa, que este viernes se enfrentará a Amanda Anisimova a las 11.00 hora local, la 1.00 en la España peninsular.
Por otra parte, la jornada ofreció un desenlace para recordar en el pulso entre Elina Rybakina, finalista hace un año, y Anna Blinkova. Esta última se adjudicó el desempate final por 22-20, después de 31 minutos; una duración insólita. Además, la quinta mejor del mundo, Jessica Pegula, cedió contra Clara Burel (6-4 y 6-2) y el francés Arthur Cazaux eliminó al danés Holger Rune, número ocho y potencial rival de Alcaraz (7-6(4), 6-4, 4-6 y 6-3).
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