La progresiva extinci¨®n del rev¨¦s a una mano, el golpe m¨¢s rom¨¢ntico

Aunque no est¨¦ todo perdido, suspiran y lamentan los rom¨¢nticos del tenis, que observan en perspectiva, analizan y, ante lo que sucede hoy y, sobre todo, ante lo que se avecina ma?ana, reclaman a la tropa: ?Resistid, resistid como sea! Piden a ese reducido grupo de intr¨¦pidos e intr¨¦pidas que no pierdan la fe, que crean, que peleen contra los elementos y contra la vertiginosa realidad actual, porque ellos y ellas son la ¨²ltima bandera de lo esteta, de la sofisticaci¨®n. De la belleza. Larga vida al rev¨¦s a una mano, desean los nost¨¢lgicos. Pero la realidad es muy diferente. Hoy por hoy, el golpe que sublimaron los Federer, Graf, Edberg, Navratilova, McEnroe o Sabatini no solo est¨¢ en desuso, sino que tiene los d¨ªas contados, seg¨²n consens¨²an los especialistas. Corrobora el presente: el griego Stefanos Tsitsipas desaparece del top-10 y, por primera vez desde 1973, fecha oficial de la creaci¨®n del ranking de la ATP, ninguno de los 10 mejores jugadores del momento le pega a la bola a una mano, circunstancia que viene de todav¨ªa m¨¢s lejos en el circuito femenino.

¡°En el cuadro femenino ya se hab¨ªa perdido hace much¨ªsimo. Cuando yo jugaba, en el top-100 hab¨ªa como mucho cuatro o cinco reveses a una mano, y en los ¨²ltimos tiempos ha seguido perdi¨¦ndose. En las nuevas generaciones del masculino todav¨ªa hay algunos, pero creo que terminar¨¢ sucediendo lo mismo. Creo que de aqu¨ª en adelante nos costar¨¢ ver a chicos peg¨¢ndole a una mano por debajo de la generaci¨®n de Alcaraz [2003]¡±, introduce Carla Su¨¢rez, uno de los ¨²ltimos exponentes de una maniobra tan hermosa como compleja, que precisa de una perfecci¨®n y unos peajes a los que muy pocos y pocos se quieren exponer hoy d¨ªa. Sin ir m¨¢s lejos, el propio Carlos Alcaraz, prodigio t¨¦cnico, rehus¨® implementarla en su juego cuando era todav¨ªa m¨¢s joven y devoraba v¨ªdeos y m¨¢s v¨ªdeos sobre la fantas¨ªa de Roger Federer. ¡°Entonces me encantaba probar cosas nuevas, hacer diferentes tiros y cosas en la pista. Probablemente el rev¨¦s a una mano sea una de las cosas que intent¨¦ solo un d¨ªa¡­¡±, reconoc¨ªa el curso pasado el murciano.

Pese a que sobreviva un peque?o pu?ado de estilistas, ya se han convertido en una absoluta excepci¨®n que rema a contracorriente. Ah¨ª est¨¢n los Dimitrov, Tsitsipas, Musetti o Thiem, o los rastros mucho m¨¢s residuales de Tatjana Maria, Margarita Gasparyan o Viktoria Golubic ¡ªninguna entre el top-50¡ª entre las mujeres, pero el registro impuesto por la modernidad apunta a terminar con el golpe. ¡°Todo va enfocado al estilo de juego, hacia donde ha ido avanzando el tenis, que desde hace tiempo mira a la potencia y a lo f¨ªsico. Antiguamente, como se jugaba m¨¢s despacio, ten¨ªas m¨¢s tiempo para pensar y preparar bien el golpe; no requer¨ªa tanto apoyo de esa mano izquierda [en el caso de los diestros; para los zurdos, a la inversa], pero de repente todo deriv¨® hacia la velocidad y eso lo ha cambiado todo¡±, prosigue Su¨¢rez. Y coincide Jordi Arrese, otro espa?ol que se desenvolv¨ªa de la misma forma. ¡°Conlleva una serie de riesgos que no muchos est¨¢n dispuestos a asumir, porque t¨¦cnicamente hay que ser muy bueno; si no lo eres, como Tsitsipas, termina penalizando¡±, se?ala el barcelon¨¦s, que adem¨¢s del factor fuerza-velocidad, ¨ªndice en el aspecto formativo.

¡°Est¨¢ desapareciendo porque se quiere que los ni?os y ni?as sean buenos muy r¨¢pido, y eso exige ir r¨¢pido y a lo seguro. Para aprender a jugar a una mano se necesita m¨¢s y tiempo y paciencia, y los j¨®venes de ahora no pasan por ah¨ª. Los entrenadores prefieren que jueguen a dos manos, pero yo creo que tiene muchas ventajas¡±, contin¨²a el subcampe¨®n de Barcelona 92; ¡°a dos manos tienes m¨¢s anticipaci¨®n, pero a una te permite hacer mejores cambios de ritmo, ¨¢ngulos y alturas, adem¨¢s de la influencia que tiene en los cortados. Pero como en el juego de hoy est¨¢ perdi¨¦ndose la t¨¢ctica, nadie piensa, por decirlo de alguna forma, de modo que no se necesitan tanto esos cambios de ritmo que hab¨ªa antes. Defensivamente aporta m¨¢s solidez el rev¨¦s a dos manos, pero si se interioriza desde que uno es peque?o puede aportar muchas opciones estrat¨¦gicas. Lo que ocurre es que ahora hay muy pocos torneos sobre tierra batida, y como en cemento [la superficie dominadora] es distinto, se est¨¢ renunciando a este golpeo¡±.

Formaci¨®n, agujeros, Federer

B¨¢sicamente, todo se reduce a la fuerza y a los intercambios m¨ªnimos. A los palos, que se dice en el argot. No es lo mismo sostener el escudo a dos manos frente a un saque a 220 km/h que a una, o repeler los latigazos de Alcaraz (20 a?os), Rune (20), Sinner (22) y otros j¨®venes que asoman con bazuca con un mayor o menor refuerzo. ¡°Estoy aqu¨ª para que no muera. Me encantaba Sampras y si juego as¨ª es por Federer¡±, dijo en su d¨ªa Tsitsipas (24), integrante de esa escuela de supervivientes que forma junto con los veteranos Lajovic (33), Evans (33), Gasquet (37) o Wawrinka (38), paradigma este ¨²ltimo (tres grandes en el expediente) del poder ofensivo del rev¨¦s a una mano. ¡°?l es un claro ejemplo. Y ah¨ª est¨¢ Federer, claro. T¨¢cticamente era muy flojo al principio, pero si hubiera seguido con Edberg [en el banquillo del suizo durante un a?o, entre 2014 y 2015], creo que hubiera ganado 40 grandes¡­ Despu¨¦s cambi¨®, y la cosa [con Ljubicic] fue diferente: bloque¨® la mu?eca, subi¨® la cabeza de la raqueta y pegaba m¨¢s plano¡±, precisa Arrese. Gracias a la modificaci¨®n, el genio de Basilea pas¨® al ataque y rindi¨® a Rafael Nadal en los cinco duelos sobre r¨¢pida que disputaron ambos desde que la introdujera, en el Open de Australia de 2017.

¡°Para poder ejecutarlo a una mano necesitas de una muy buena t¨¦cnica que te la hayan ense?ado desde peque?a, y sobre todo de tener mucha fuerza y mucha estabilidad, porque la estabilidad que te da la mano de apoyo en el rev¨¦s a dos manos no la tienes a una. Entonces, la gente ha visto que el tenis iba a seguir evolucionando por ah¨ª, en cuanto a rapidez de bola, y han preferido ponerle las cosas m¨¢s f¨¢ciles a los chicos y chicas que empiezan a jugar al tenis, porque cuando eres peque?ito no tienes tanta fuerza y adem¨¢s tambi¨¦n exige tener una buena t¨¢ctica, y creo que por eso ha ido desapareciendo. Es m¨¢s complicado. De la otra forma, a dos manos, se evita que el ni?o o la ni?a pueda tener un agujero en ese lado¡±, abunda Su¨¢rez desde el feliz retiro, mientras el tenis espa?ol recuerda a los Santana, Gimeno, Orantes, Emilio S¨¢nchez Vicario, Berasategui, Almagro y, por supuesto, el reverso de Conchita Mart¨ªnez. Internacionalmente, atr¨¢s quedan tambi¨¦n las pinceladas a una mano de Guillermo Vilas o los zarpazos de Ivan Lendl.

Frente a la aridez actual en el top-10, un dato demoledor: nueve de los diez que formaban en 1973 compet¨ªan con el rev¨¦s a una mano: Ilie Nastase, Manuel Orantes, Stan Smith, Arthur Ashe, Rod Laver, Ken Rosewall, John Newcombe, Adriano Panatta y Tom Okker. Tan solo el estadounidense Jimmy Connors cargaba contra la bola con las dos.

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