El tiempo vuela para ¡®Sascha¡¯ Zverev
El tenista alem¨¢n, algo inestable y con un car¨¢cter menos luchador que el de Alcaraz, sabe que las oportunidades se escurren sin compasi¨®n
En la tarde del viernes Carlos Alcaraz logr¨® clasificarse para disputar, en el d¨ªa de hoy, su primera final de Roland Garros. Con su victoria en la semifinal contra el actual n¨²mero uno del mundo, Jannik Sinner, consigui¨®, adem¨¢s, deshacer el empate que manten¨ªan ambos jugadores. Pese a la corta edad del uno y del otro, el de anteayer fue su noveno enfrentamiento, un dato que nos augura, si nada extra?o sucede, una rivalidad en los pr¨®ximos a?os que puede emular, si no sobrepasar, las vividas en las ¨²ltimas dos d¨¦cadas con el Big Three.
Sin duda, desde que se conoci¨® el sorteo, este era el partido m¨¢s esperado por los aficionados. En la mente de muchos rondaba la sensaci¨®n de que se trataba, casi, de una final anticipada. Las apuestas previas no mostraban un claro favorito y se presum¨ªa, como de hecho sucedi¨®, un encuentro de gran igualdad. El dilema estribaba en saber cu¨¢l de los dos tenistas ser¨ªa capaz de imponer su juego. El transalpino tiene como principales caracter¨ªsticas su consistencia y, sobre todo, la alt¨ªsima velocidad de crucero que es capaz de imprimir desde el fondo de pista. El espa?ol, por su parte, es algo menos consistente en el juego largo, pero cuenta con un abanico m¨¢s variado en los golpes, una mayor agresividad y, por encima de todo, con un demoledor golpe de derecha que le permite decidir el punto desde cualquier posici¨®n en la pista.
Si bien el resultado se auguraba incierto, la verdad es que, a mi entender, Carlos gozaba de una ligera ventaja. En superficie de tierra la velocidad de los golpes del italiano pierde algo de eficacia, lo que permite a nuestro jugador disponer de algo m¨¢s de tiempo para anticiparse y conectar su golpe ganador. El encuentro tuvo todos los ingredientes necesarios para reclamar la atenci¨®n del espectador y para no decepcionar a nadie. Se enfrentaron los dos mejores del circuito en un intercambio verdaderamente vibrante, de alt¨ªsima intensidad, con gran igualdad de puntos (147 a 145), alternancias en el marcador y emoci¨®n hasta el ¨²ltimo pelotazo.
Como suele suceder en los mejores casos, fueron peque?os detalles los que decidieron la suerte del ganador, que fue el que consigui¨® arriesgar un poco m¨¢s. Carlos cometi¨® m¨¢s errores que Jannik y, sin embargo, tuvo en su haber muchos m¨¢s golpes ganadores que su rival (65 a 39).
Este domingo, el jugador murciano tiene la oportunidad de levantar su tercer t¨ªtulo del Grand Slam y de coronarse por primera vez en Roland Garros. Pero, por mucho que haya conseguido dejar atr¨¢s a su principal escollo, nadie deber¨ªa dejarse llevar a enga?o y pensar que el de esta tarde ser¨¢ un partido f¨¢cil. Una final nunca lo es y, mucho menos, antes de empezarla. En esta nueva gran cita tendr¨¢ que verse las caras con Alexander Zverev, despu¨¦s de que este lograra desembarazarse de Casper Ruud en la segunda semifinal. En sus enfrentamientos previos contra ¨¦l, la balanza se decanta a favor del alem¨¢n por cinco victorias a cuatro. Este a?o se han enfrentado en dos ocasiones y el resultado ha favorecido una vez a cada uno.
Sascha tiene un poderoso servicio y probablemente el mejor rev¨¦s del circuito profesional. Posee un buen desplazamiento y una envergadura que le permite cubrir f¨¢cilmente toda la pista. De la misma manera, dificulta enormemente a sus rivales poder encontrar espacios libres para conectar sus golpes ganadores. El actual n¨²mero cuatro del mundo lleva mucho tiempo en el circuito profesional y tiene cierta costumbre a disputar partidos del m¨¢s alto nivel, pero sufre, tambi¨¦n, cierta inestabilidad, seguramente porque le cuesta competir cuando las cosas se tuercen o cuando no tiene las mejores sensaciones. Que sus cuatro derrotas contra Alcaraz se hayan producido sin apenas ofrecer resistencia, atestiguan que posee un car¨¢cter menos luchador que el de nuestro tenista.
Tiene, adem¨¢s, y por si fuera poco, la necesidad y la presi¨®n creciente de anotar en su casillero un torneo del Grand Slam. Sabe que el tiempo pasa r¨¢pido, que la suerte le ha sido esquiva hasta ahora y que las oportunidades se escurren sin compasi¨®n. Con todas las reservas que se deben tener en un encuentro de tal envergadura, creo que para gran alegr¨ªa de los aficionados espa?oles, Par¨ªs coronar¨¢ en el d¨ªa de hoy a nuestro nuevo campe¨®n.
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