Una vieja pel¨ªcula b¨¦lica
El cine b¨¦lico es un g¨¦nero fluctuante seg¨²n las ¨¦pocas y las circunstancias generales, que pasa del pacifismo ang¨¦lico a la militancia belicista sin transici¨®n, en estricta dependencia con los signos de los tiempos. El nuestro, indiscutiblemente, no parece muy propicio a la exaltaci¨®n de la guerra como sistema de vida, ni a simplificar, de forma maniquea, los datos de cada uno de los bandos en liza. Las pel¨ªculas de guerra -desde los primeros documentales ama?ados en la ba?era por los operadores primitivos hasta este engendro lleno de ruidos que me toca hoy comentar- han gozado los favores de los espectadores complacientes y sufrido los ataques de la cr¨ªtica exigente. Se podr¨ªa se?alar, de forma curiosa que casi nunca han experimentado las iras censoras, sin duda porque el ejercicio de eliminar al pr¨®jimo sistem¨¢tica y cient¨ªficament¨¦ es un ejercicio menos nocivo que elde extender la especie o de entrenarse para lograrlo.Las grandes obras del g¨¦nero -El gran desfile, de King Vidor; Objetivo Birmania, de Raoul Walsh; Casco de acero, de Sam Fuller, y tantas otras- esquivan como pueden los riesgos de la pura propaganda y del mensaje gubernamental, e incluso ahondan en la psicolog¨ªa de los personajes sin detenerse en la ideolog¨ªa ni tomar partido demag¨®gico por uno de los contendientes. Jack Smight realiza con esta superproducci¨®n el peor encargo de su carrera, a 100 leguas de su Harper, recientemente reestrenado, que hizo concebir algunas esperanzas a los aficionados. El gui¨®n es confuso y enmara?ado, con una atenci¨®n exclusiva a los problemas estrat¨¦gicos de ambos mandos, pero la puesta en im¨¢genes es tan ramplona, seca y aburrida que jam¨¢s llegamos a comprender las razones ocultas que permitieron a la Marina americana vencer a los barcos japoneses. Los jefes de una y otra Armada son hombres individualizados, pero el an¨¢lisis psicol¨®gico no rebasa un nivel absolutamente elemental, aunque sea de agradecer la ausencia de t¨®picos sobre ?buenos? y ?malos?. Los actores est¨¢n rematadamente mal y el director se pierde en el rompecabezas del ?sensurround? -sistema infecto que no a?ade nada valioso a la banda sonora- y el vano intento de enlazar las tomas procedentes de noticiarios reales, trucos, maquetas y rodaje en vivo. Una oportunidad perdida, en suma, para superar las limitaciones del viejo g¨¦nero b¨¦lico.
La batalla de Midway (Midway),
producida por Walter Mirisch para la Cinema International Corporation, con gui¨®n de Donald Sandford dirigida por Jack Smight, con fotograf¨ªa de Harry Stradling, Jr. Int¨¦rpretes: CharIton Heston, Henry Fonda, Toshiro Mifune, Robert Mitchum, Cliff Robertson, James Shigeta. Estrenada en ?sensurround? en el Palafox
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