La encuesta de poblaci¨®n activa: en espera de nuevas cifras
En los ¨²ltimos a?os la aparici¨®n de los resultados de la encuesta de poblaci¨®n activa, en su forma actualizada, ha constituido un aumento considerable de la informaci¨®n estad¨ªstica disponible a corto plazo en Espa?a. El hecho de poder conocer, incluso con frecuencia trimestral, las principales caracter¨ªsticas de la fuerza de trabajo del pa¨ªs supone poder seguir con cierta aproximaci¨®n uno de los aspectos m¨¢s relevantes de la actividad econ¨®mica.En principio, la cifra que llam¨® la atenci¨®n, entre los resultados de la encuesta, fue la correspondiente al paro, y ello por el lato aumento que la misma supon¨ªa respecto de las magnitudes correspondientes presentadas en las estad¨ªsticas de paro registrado y estimado (de la Organizaci¨®n Sindical y del Ministerio de Trabajo, respectivamente). Una primera confirmaci¨®n de la subvaloraci¨®n del desempleo en tales estad¨ªsticas la constituy¨® el censo de poblaci¨®n de 1970, en el cual apareci¨® para la semana de referencia censal una cifra de parados (372.700 personas) que super¨® el paro estimado correspondiente a dicha fecha en un 96,1 % y al paro registrado en un 127%. Al aparecer los primeros resultados de la encuesta en su forma actual las cifras de paro obtenidas en la misma presentaron porcentajes de sobrevaloraci¨®n sobre las dos estad¨ªsticas antes citadas muy similares a los antes citados del censo.
A pesar de lo espectacular de la cifra de desempleo, la informaci¨®n estad¨ªstica que la encuesta ha proporcionado hasta el momento es muy considerable, resultando, por ejemplo, casi m¨¢s preocupante que la propia cifra de paro la baja tasa de actividad del pa¨ªs (porcentaje de activos sobre poblaci¨®n total), tasa situada en Espa?a en torno al 37 %, mientras que en los restantes pa¨ªses de la OCDE dicho porcentaje supera, por lo general, al 42%. Otros aspectos revelados por la encuesta son, por ejemplo, el relativamente bajo porcentaje de asalariados en Espa?a sobre la poblaci¨®n ocupada (70 % en el ¨²ltimo trimestre de 1975), la muy diferente distribuci¨®n de los activos por ramas de, actividad seg¨²n las diferentes ¨¢reas geogr¨¢ficas del pa¨ªs (por ejemplo, la poblaci¨®n que trabaja en la agricultura se sit¨²a en Andaluc¨ªa en torno al 28 %, mientras que el porcentaje correspondiente a Espa?a es del 21), la importancia creciente que dentro de los parados suponen las personas que buscan empleo -por primera vez ( 152.000 personas frente a 66.000 en 1972), el considerable peso que entre el conjunto de los parados tiene la mujer (de un total de 620.000 en el cuarto trimestre de 1975, 15 1.000 eran mujeres), el envejecimiento de la poblaci¨®n activa agraria (casi el 50 % de parados en la agricultura tienen m¨¢s, de cuarenta a?os), etc¨¦tera.
La encuesta de poblaci¨®n activa del INE ha supuesto, pues, un enriquecimiento muy considerable del conjunto de estad¨ªsticas econ¨®micas espa?olas, sobre todo dentro de las de periodicidad inferior a la anual. La publicaci¨®n de sus resultados ha experimentado un brusco par¨®n, puesto que en el momento presente no se dispone del avance del tercer trimestre de 1976. La causa inmediata, al parecer, ha consistido en el cambio llevado a cabo en el cuestionario cumpleado a partir de la encuesta correspondiente precisamente al trimestre citado. En realidad el nuevo cuestionario resulta bastante m¨¢s perfeccionado que el precedente e impide casi todo subjetivismo en la toma de datos por parte del agente encuestador. El fallo ha radicado, parece ser, en que tales agentes llevaban nueve a?os rellenando el viejo cuestionario y no se hab¨ªan adaptado a¨²n a las caracter¨ªsticas del moderno. Hubiese sido muy conveniente haber continuado con el empleo simult¨¢neo del viejo y nuevo cuestionario hasta conseguir tal adaptaci¨®n de los agentes, los cuales tampoco parecen disfrutar de una remuneraci¨®n excesiva.
Los libros de texto relativos al muestreo suelen indicar con insistencia que una buena encuesta, por lo que a dise?o se refiere, puede no servir de mucho en el caso en que el trabajo de campo no se realice con unas m¨ªnimas garant¨ªas de rigor en la fase correspondiente a la recogida de informaci¨®n. Todo el complejo proceso de dise?o de la encuesta, proceso que pasa en este caso por el establecimiento de unidades primarias y secundarias de muestreo (secciones censales y viviendas), por una doble estratificaci¨®n (seg¨²n el n¨²mero de habitantes de los municipios y seg¨²n la estructura de la poblaci¨®n activa, de los mismos), por un muestreo de viviendas dentro de cada secci¨®n por medio del denominado m¨¦todo de la ?selecci¨®n sistem¨¢tica con arranque aleatorio?, por una rotaci¨®n peri¨®dica de la muestra, etc¨¦tera, puede perturbarse totalmente ante el caso de agentes poco entrenados o mal pagados, problema que tambi¨¦n podr¨ªa hacerse extensivo al futuro nuevo ¨ªndice del coste de la vida.
El INE debe volver a publicar r¨¢pidamente nuevos resultados de su encuesta de poblaci¨®n activa para la segunda mitad de 1976. La encuesta citada constituye uno de sus logros m¨¢s importantes en los ¨²ltimos a?os, y el traspi¨¦s del tercer trimestre no debe hacer volver los ojos a las obsoletas cifras del paro estimado y registrado, que por supuesto, algo dicen, pero que, por ejemplo, en el caso del paro estimado no tienen en cuenta a las personas que buscan empleo por primera vez, y en el caso del paro registrado reducen dicho concepto a una cira m¨ªnima (s¨®lo 8.000 personas en julio de 1976)
En el fondo no resulta, por supuesto, extra?o que una vez que se dispone de un instrumento poderoso para la investigaci¨®n econ¨®mica, no sea precisamente f¨¢cil que ¨¦ste se abra paso en un pa¨ªs hasta ahora poco dispuesto conocerse mejor a s¨ª mismo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.