"Manhattan", de Woody Allen, abri¨® el Festival de Cine de San Sebasti¨¢n
El certamen cinematogr¨¢fico comienza en un ambiente de calma
En un ambiente de absoluta calma, corroborado por el apoyo de todas las fuerzas pol¨ªticas vascas, se ha inaugurado la 27.? edici¨®n del Festival Internacional de Cine de San Sebasti¨¢n. En la gala inaugural se vio Manhattan, ¨²ltimo filme de Woody Allen. Allen es un genio. Uno de los pocos cineastas que merecen tal calificativo. Por tanto, sus pel¨ªculas no muestran m¨¢s que aspectos parciales de su personalidad, sin agotarla nunca.
Adentr¨¢ndose en el camino iniciado por Annie Hall, y del que Interiores supuso una infeliz disgresi¨®n, Woody Allen nos ofrece ahora su filme m¨¢s bello pl¨¢sticamente. Filmado en blanco y negro y cinemascope, Manhattan, tal vez peque por momentos de excesivamente art¨ªstico, o quiz¨¢ s¨®lo sea que desde Chaplin y Keaton no hab¨ªamos visto un c¨®mico que se plantease con tal seriedad su trabajo. Allen parece haber agotado, o abandonado temporalmente, su veta pastichera y, en Manhattan, sus preocupaciones son fundamentalmente ¨¦ticas. Isaac Davis, su protagonista, guionista de televisi¨®n, intenta por todos medios mantener su dignidad en un mundo excesivamente sucio y complicado, para llegar a la conclusi¨®n triste, pero con un final lleno de esperanza, de que, en cuesti¨®n de sentimientos, todo el mundo hace trampa, aunque sea sin propon¨¦rselo. M¨¢s cl¨¢sico que nunca, Allen ha rematado una obra de una rara perfecci¨®n, un filme donde la comedia y los sentimientos est¨¢n dosificados con mano maestra, de forma que en ning¨²n momento entran en conflicto. Con algunas secuencias antol¨®gicas, como la final, con Mariel Hemingway, Manhattan es el mejor acabado de todos los filmes de Allen, lo que no quiere decir que sea el m¨¢s divertido.En el reparto de Manhattan encontramos, junto a un Woody Allen nada payaso, pero a pesar de todo divertido, a Meryl Streep, la magn¨ªfica actriz descubierta en El cazador a una Diane Keaton estupenda y a Michael Murphy haciendo el papel que en Annie Hall y Sue?os de seductor hac¨ªa Tony Roberts. Mariel Hemingway, la revelaci¨®n de aquel mediocre telefilme llamado Lipstick, logra las dos mejores escenas de amor de la pel¨ªcula. Woody Allen insiste una vez m¨¢s en su admiraci¨®n por Bergman, si bien aqu¨ª se queda s¨®lo en palabras. Igualmente inolvidable, y probablemente el momento de mayor intimidad y sinceridad de la pel¨ªcula, es el plano del propio Woody recitando ante el magnet¨®fono su lista de razones por las que merece la pena vivir.
No ser¨ªa aventurado decir que la raz¨®n por la cual Allen ha hecho su filme en scope es la de dificultar su pase en televisi¨®n, medio contra el cual no ahorra calificativos. Ser¨ªa injusta olvidar la utilizaci¨®n de la m¨²sica de George Gershwin, tan ajustada a cada momento del filme, que por momentos hace pensar que haya inspirado a Allen no pocas de sus escenas.
La pel¨ªcula israel¨ª
El mago de Lublin representa a Israel en la competici¨®n. Dirigida por Menahem Golam, de quien hemos visto algunas pel¨ªculas, como Kazablan, Lepke, etc¨¦tera, aunque su principal actividad sea la de productor: Polo de lim¨®n, Rosa je t'aime. El mago de Lublin es una bonita historia de Isaac Bashevis Singer, que Golam no ha aprovechado, pero con la que ha hecho la menos mala de sus pel¨ªculas, lo que ya es un avance. Lo m¨¢s atractivo es su reparto, en el que Alan Arkin interpreta a un mago cuya vida es algo complicada por sus relaciones con las mujeres: Louise Fletcher, Valerie Perrine... Golam se crea en los ambientes y descuida a los personaj es, que s¨®lo la personalidad de los actores llegan por momentos a salvar. Una superproducci¨®n que es antes que nada un filme de productor.
La secci¨®n informativa se ha abierto con El hombre de m¨¢rmol, pen¨²ltimo filme de Andrzej Wajda, que al parecer ha tenido no pocos problemas con la censura polaca. La pel¨ªcula confirma lo que hace ya bastante tiempo sab¨ªamos: que nada queda ya del autor de Cenizas y diamantes, Canal o Los brujos inocentes. El hombre de m¨¢rmol es un plomizo filme-encuesta de m, ¨¢s de dos horas, en el que una joven cineasta intenta reconstruir los motivos de la depuraci¨®n de un obrero polaco. El argumento no es malo, pero los personajes son inexistentes y la est¨¦tica de Wajda definitivamente hortera.
La secci¨®n de nuevos realizadores ha dado comienzo con la: proyecci¨®n de Felicit¨¦. La dirige la actriz Christine Pascal, quien, siguiendo las huellas de sus colegas y compatriotas Jeanne Moreau y Anne Karina, se pasa ahora a la direcci¨®n. Dentro de unos d¨ªas se ver¨¢ tambi¨¦n un filme dirigido por el actor Pierre Clementi. La Pascal no parece haber aprendido mucho de su trabajo con Bertrand Tavernier, con quien ha trabajado en tres pel¨ªculas como actriz y una como guionista. Felicit¨¦ es el retrato de unajoven mujer -que ella misma interpreta- atormentada por celos, angustias vitales y todo tipo de traumas y fantasmas que se remontan a su infancia.
Miguel Angel Rivas, autor de Borrasca, presenta en esta misma secci¨®n sus Memorias de Leticia Valle, cr¨®nica de la crisis adolescente de una ni?a sitiada por un peque?o grupo de personajes, en un ambiente cerrado y provinciano. El gui¨®n es endeble.
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