Euskadi y su futuro
Secretario general del Partido Socialista de EuskadiDiputadopor Vizcaya
Escribir un art¨ªculo sobre la normalizaci¨®n de la vida pol¨ªtica y la convivencia ciudadana en Euskadi, no es tarea f¨¢cil, dada la enorme complejidad de la problem¨¢tica vasca. Sin embargo, accedo gustoso a la amable invitaci¨®n de este diario por considerar que ¨¦sta es la gran interrogante que se abrir¨¢, a partir del 25 de octubre, una vez que haya sido refrendado mayoritariamente el Estatuto de Guernica. Ante un problema tan arduo e intrincado, nadie puede considerarse en posesi¨®n de la llave que conduzca a su inmediata soluci¨®n. Mi intenci¨®n, por tanto, al escribir estas l¨ªneas no es otra que la de aportar algunas reflexiones sobre el tema, como modesta contribuci¨®n a ese empe?o, que debe ser de todos, de encontrar el camino adecuado que conduzca a la normalizaci¨®n y a la paz en Euskadi.
Perm¨ªtaseme efectuar algunas consideraciones sobre el pasado inmediato, con el ¨¢nimo de que las conclusiones derivadas de los errores cometidos durante el mismo se ofrezcan con m¨¢s nitidez. En octubre de 1978, los socialistas vascos, que en aquel tiempo ostent¨¢bamos la presidencia y la Consejer¨ªa del Interior del CGV, entre otras responsabilidades, hicimos p¨²blica una estrategia para la normalizaci¨®n de la vida pol¨ªtica en Euskadi, consistente en esencia en un triple compromiso entre las fuerzas pol¨ªticas mayoritarias de Euskadi, por la autonom¨ªa, por la paz y por la reactivaci¨®n de la econom¨ªa vasca. En s¨ªntesis, significaba que, una vez aprobada - la Constituci¨®n, era preciso que las fuerzas pol¨ªticas vascas m¨¢s representativas: a) elaboraran por consenso y defendieran unitariamente un Estatuto de Autonom¨ªa para Euskadi (compromiso por la autonom¨ªa); b) integraran al mismo tiempo un frente por la paz y contra el terrorismo,movilizador del pueblo vasco en torno a la idea del estatuto y la paz, que comenzara a aislar las actitudes violentas en nuestro pueblo (compromiso por la paz), y c) impulsaran el establecimiento de las bases de un relanzamiento de la econom¨ªa vasca, mediante un acuerdo sobre objetivos de productividad y empleo entre centrales sindicales y confederaciones patronales, bajo los auspicios del Consejo General Vasco (compromiso por la reactivaci¨®n econ¨®mica vasca). Los socialistas vascos entendemos que aquella alternativa que hicimos p¨²blica en octubre de 1978, debidamente actualizada, sigue siendo perfectamente v¨¢lida. El compromiso por la autonom¨ªa ha sido una realidad entre los partidos defensores del Estatuto de Guernica. Tarde o temprano, se formar¨¢ el frente democr¨¢tico antiterrorista, que en estos momentos no cuenta con el benepl¨¢cito ni del PNV ni de EE. En la actualidad, el CGV trabaja intensamente en la elaboraci¨®n de un plan de reactivaci¨®n de la econom¨ªa vasca, tal y como ven¨ªamos proponiendo los socialistas.Sin embargo, esta estrategia de normalizaci¨®n de Euskadi (siempre a medio plazo) y otras alternativas que elaboramos los socialistas a lo largo de 1978, topaban con una gran dificultad para su puesta en pr¨¢ctica, como consecuencia de una equivocaci¨®n inicial. Era pr¨¢cticamente imposible para nosotros, a pesar de los esfuerzos realizados, luchar casi en solitario desde las instituciones preauton¨®micas vascas, desprovistas de todo tipo de competencias, frente ala desestabilizaci¨®n permanente que produc¨ªa y produce la violencia terrorista de ETA, teniendo a nuestro lado, como ten¨ªamos, a un PNV permanentemente enfrentado al poder central, radicalizado en sus planteamientos nacionalistas y desprovisto de responsabilidades de pre gobierno en Euskadi. Buscar el inicio de la normalizaci¨®n de Euskadi, y lo que digo se debe aplicar tambi¨¦n al Gobierno, frente a ETA y a la izquierda abertzale, m¨¢s radicalizada, teniendo enfrente tambi¨¦n al PNV, por otras razones era un planteamiento err¨®neo y destinado de antemano al fracaso.
A toro pasado es f¨¢cil ver los errores cometidos, pero es preciso tener la honrada valent¨ªa de reconocerlos. No haber cedido generosamente al PNV la presidencia y la Consejer¨ªa del Interior del CGV, cuando se constituy¨® ¨¦ste en febrero de 1978, fue una equivocaci¨®n de nosotros, -los socialistas vascos, desde una perspectiva de la normalizaci¨®n pol¨ªtica de Euskadi, al mismo tiempo que un desgaste importante para el partido. El PNV, desplazado de las m¨¢s altas responsabilidades de gobierno en Euskadi, no asumi¨® los m¨¢s graves problemas de nuestro pueblo (violencia, terrorismo y crisis econ¨®mica). Torn¨® sus miras hacia el Gobierno vasco en el exilio, boicote¨® las iniciativas socialistas, como la campa?a por la paz y el Estatuto, preparada por la Consejer¨ªa del Interior del CGV, y radicaliz¨® con buena dosis de demagogia sus posiciones n acio n alistas- fu eristas en el debate constitucional, neg¨¢ndose posteriormente a votar a favor de la Constituci¨®n, desentendi¨¦ndose del proceso de consolidaci¨®n de la democracia en Espa?a. Este fue el segundo gran error cometido a lo largo de 1978 responsabilidad fundamental del Gobierno, al no saber y no querer llegar a un acuerdo con el PNV sobre la disposici¨®n adicional de reconocimiento de los derechos hist¨®ricos y fueros, que hubiera significado el s¨ª de este partido a la Constituci¨®n de Espa?a. Se manten¨ªa la equivocaci¨®n de fondo: pretender arreglar elproblema vasco sin el PNV, y sin comprometerlo con sus responsabilidades.
A partir d¨¦ las elecciones de marzo del presente a?o, los socialistas vascos revisamos nuestros planteamientos pol¨ªticos, llegando, entre otras, a tres conclusiones fundamentales:
1 . El problema vasco estaba poniendo en peligro todo el proceso democr¨¢tico de Espa?a y, por tanto, era preciso subordinar los intereses partidistas del PSE a la consolidaci¨®n de la democracia y a la normalizaci¨®n pol¨ªtica de Euskadi.
2. El inicio de esta normalizaci¨®n no pod¨ªa efectuarse sin el PNV. A¨²n a costa del sacrificio de los intereses partidarios era preciso cederle el protagonismo, a fin de que el primer partido de Euskadi quedase firmemente comprometido con sus responsabilidades, sobre todo frente a la violencia y el terrorismo.
3. Mientras el problema nacional vasco permaneciera sin v¨ªas de soluci¨®n, el desarrollar una pol¨ªtica socialista en Euskadi entra?aba cada vez dificultades mayores.
Desde esta perspectiva, abordamos el proceso estatutario y la negociaci¨®n del Estatuto de Guernica. Que no piense nadie ingenuamente que una destreza de Su¨¢rez desplaz¨® a los socialistas de la negociaci¨®n en la Moncloa. Nuestro objetivo no era compartir protagonismos, sino que el PNV volviera con el Estatuto bajo el brazo, como un triunfo pol¨ªtico propio, y definitivamente dispuesto a asumir sus responsabilidades. Salvo alguna tensi¨®n inicial, tanto Su¨¢rez como Garaikoetxea son testigos de excepci¨®n de que ¨¦sta fue nuestra actitud. Y tambi¨¦n alg¨²n d¨ªa se conocer¨¢ con detalle el esfuerzo que en determinados momentos desarrollaron los m¨¢ximos dirigentes del PSOE para que el acuerdo fuera posible. Alcanzado ¨¦ste, se rectific¨® el gran error cometido desde el 15 de junio de 1977, de creer que era posible el inicio de la normalizaci¨®n de la situaci¨®n en Euskadi sin el PNV y sin haber comprometido a ¨¦ste, seriamente, en la asunci¨®n de sus responsabilidades, sobre todo frente a la violencia y el terrorismo.
Encauzado correctamente el problema, es preciso que todos seamos plenamente conscientes de que la normalizaci¨®n del Pa¨ªs Vasco no se va a producir sin serias dificultades, y desde luego no en un plazo inmediato. Por consiguiente entendemos que, rectificado el error inicial, es preciso mantener el compromiso por la autonom¨ªa a lo largo de todo el proceso de desarrollo de las instituciones y competencias auton¨®micas, lograr un firme compromiso frente a la violencia, y establecer un plan de reactivaci¨®n de la econom¨ªa vasca.
(Ma?ana, Euskadi y su futuro / 2)
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