Las torpezas de Hacienda

Cuando pr¨¢cticamente la mitad de los espa?oles, en funci¨®n de la inicial de su apellido, ha presentado ya su declaraci¨®n del impuesto sobre la renta, el Ministerio de Hacienda ha vuelto a hacer uso del Bolet¨ªn Oficial del Estado para aclarar determinadas deducciones de gastos. Falta por saber si la orden ministerial tendr¨¢ efectos retroactivos para quienes ya han efectuado la declaraci¨®n.Es de suponer que s¨ª, aunque, en buena ley, muchos contribuyentes podr¨ªan alegar da?os y perjuicios, m¨¢xime cuando los aspectos oficialmente aclarados ahora, han sido objeto de interpretaciones diferentes en semanas anteriores por parte de altos cargos del mencionado ministerio.

Sin entrar en la idoneidad de unas u otras interpretaciones sobre las deducciones de gastos, las tard¨ªas aclaraciones de Hacienda producen, al menos, la sensaci¨®n de que se est¨¢ improvisando, y en suma dan una imagen de falta de seriedad. La campa?a de credibilidad en la hacienda p¨²blica y de concienciaci¨®n al contribuyente para que cumpla con sus obligaciones comunitarias, iniciada por Fern¨¢ndez Ord¨®?ez y que prosigue estos d¨ªas con anuncios en prensa y en televisi¨®n, queda seriamente en entredicho.

El desencanto del ciudadano, que se ve obligado ahora a desembolsar fuertes cantidades, se alienta con este tipo de actuaciones de la Administraci¨®n. Al pecado electoralista de reducir las retenciones en 1979, que probablemente favorecieron a UCD en las elecciones del 1 de marzo, pero que hoy provocan innecesarios sobresaltos en los estratos m¨¢s d¨¦biles de la poblaci¨®n (son quienes mas tienen que pagar proporcionalmente a sus ingresos, al haber disfrutado de menores retenciones), se a?ade ahora la absoluta incapacidad de Hacienda para dar una imagen de buen hacer y de coherencia al contribuyente.

El anuncio de un incremento de uno o dos puntos en las retenciones por renta a partir del 1 de julio pr¨®ximo equivale a que los salarios a percibir disminuyan justo en el mes en que los gastos del trabajador se disparan a cuenta de las vacaciones. Una vez m¨¢s, la falta de oportunidad de Hacienda para poner en marcha esta medida, necesaria sin duda, es patente.

Y todo ello, adem¨¢s de socavar la confianza del ciudadano en la Administraci¨®n y provocar irritaciones innecesarias, favorece a quienes conscientemente han emprendido una aut¨¦ntica ofensiva contra la reforma fiscal de Fern¨¢ndez Ord¨®?ez, orquestando con finalidad pol¨ªtica el malestar existente entre los contribuyentes.