El Papa decide, en una disputa din¨¢stica, a favor de los Borbones italianos
El papa Juan Pablo II ha arbitrado discretamente una disputa din¨¢stica que enfrentaba desde hace veinte a?os a dos ramas de la familia de Borb¨®n en Espa?a e Italia, y se pronunci¨® a favor de la ¨²ltima. La decisi¨®n pontificia, conocida ayer por la agencia Efe de fuente bien informada, no tiene implicaci¨®n pol¨ªtica alguna, dado su car¨¢cter puramente jur¨ªdico, basado en consideraciones hist¨®ricas y religiosas.
El arbitraje papal fue tan discreto que ser¨ªa in¨²til buscar la m¨¢s m¨ªnima alusi¨®n al mismo en las columnas de L'Osservatore Romano, o en el bolet¨ªn diario de la sala de Prensa de la Santa Sede.El ¨²nico documento al respecto es una carta del cardenal Agostino Casaroli, secretario de Estado del Papa, protocolo n¨²mero 37.042, de fecha 29 de mayo ¨²ltimo, dirigida al marqu¨¦s Achille di Lorenzo, gran canciller de la orden constantiniana de San Jorge.
La relaci¨®n con los Borbones es que dicha orden -una instituci¨®n muy antigua, similar a la soberana orden de Malta o a las ¨®rdenes militares espa?olas de Santiago, Calatrava, Alc¨¢ntara y Montesa- tiene como gran maestre, por derecho hereditario reconocido por la Santa Sede, al jefe de la casa de Borb¨®n de las Dos Sicilias, desde los tiempos del rey Carlos VII de N¨¢poles (m¨¢s tarde Carlos III de Espa?a), es decir, desde el siglo XVIII.
En la mencionada carta, el cardenal Casaroli expres¨® la satisfacci¨®n de la Santa Sede por el reconocimiento de la ?legitimidad? de la orden constantiniana por parte del Estado italiano y dio el Nihil obstat de la Santa Sede al nombramiento de un prelado, como asistente espiritual de la orden.
Ese nombramiento hab¨ªa sido solicitado al Papa, con fecha 11 de marzo de 1980, por el pr¨ªncipe Fernando de Borb¨®n, duque de Castro, jefe de la casa de las Dos Sicilias y gran maestre de la citada orden, cuya legitimidad viene as¨ª definitivamente reconocida por la Santa Sede.
La importancia de la carta del cardenal Casaroli radica en el hecho de que, desde el a?o 1960, hab¨ªa aparentemente dos jefes de la casa de Borb¨®n de las Dos Sicilias y, por tanto, dos ¨®rdenes constantinianas.
Ello curri¨® tras el fallecimiento el 7 de enero de 1960, en Lindau (Alemania), del pr¨ªncipe Fernando P¨ªo de Borb¨®n de las Dos Sicilias, duque de Calabria, sobrino de Francisco II, ¨²ltimo rey de las Dos Sicilias.
Una renuncia por amor
El sucesor del pr¨ªncipe Vernando P¨ªo fue su hermano, el pr¨ªncipe Raniero, duque de Castro, pero a ¨¦ste le surgi¨® un competidor en la persona de su sobrino, el infante de Espa?a don Alfonso de Borb¨®n y Borb¨®n, hijo del fallecido infante don Carlos de Borb¨®n y Borb¨®n.El infante don Carlos era hermano menor del duque de Calabria, y mayor del duque de Castro; pero, para casarse con la infanta de Espa?a do?a Mar¨ªa de las Mercedes, entonces princesa de Asturias, hermana mayor del rey Alfonso XIII, hab¨ªa formulado renuncias a sus derechos ?italianos? en el Acta de Cannes, firmada en dicha ciudad francesa el 14 de diciembre de 1900.
El infante don Alfonso, asesorado por un grupo de historiadores y genealogistas vinculados a la revista madrile?a Hidalgu¨ªa, proclam¨® que la renuncia de su padre no val¨ªa nada y que, por tanto, ¨¦l mismo era el nuevo jefe de la ca¨ªsa de las Dos Sicilias y gran maestre de la orden constantiniana.
El infante don Alfonso de Borb¨®n y Borb¨®n falleci¨® en Madrid el 3 de febrero de 1964 y le sucedi¨® en sus pretensiones su hijo don Carlos de Borb¨®n y Borb¨®n, conocido en Espa?a como duque de Calabria, con una orden constantiniana cuyos miembros eran en su gran mayor¨ªa espa?oles.
El pr¨ªncipe Raniero falleci¨®, por su parte, el 13 de enero de 1973 y le sucedi¨®, igualmente con el t¨ªtulo de duque de Castro, su hijo el pr¨ªncipe Fernando, reconocido por todos los dem¨¢s pr¨ªncipes de Borb¨®n de las Dos Sicilias, varios de los cuales viven ahora en Brasil.
Por su parte, la jefatura de la Casa Real de Espa?a, en un principio favorable a la tesis ?espa?ola? -don Alfonso era cu?ado del conde de Barcelona y don Carlos es primo del rey don Juan Carlos-, se dio cuenta luego que dicha tesis era err¨®nea y propuso una mediaci¨®n entre las dos partes.
La vacante, desde el a?o 1964, del cargo de gran prior pod¨ªa parecer el resultado de una supuesta ?neutralidad? de la Santa Sede entre las dos ¨®rdenes constantinianas: la ?italiana? y la ?espa?ola?.
El cardenal secretario de Estado, por otra parte, deleg¨® la elecci¨®n del prelado de la orden en el cardenal Corrado Ursi, arzobispo de N¨¢poles, en su calidad de ordinario de la sede de la orden, ubicada en N¨¢poles precisamente.
Seguidamente, de acuerdo con el gran magisterio de la orden, el cardenal Ursi, por decreto de fecha 29 de junio ¨²ltimo, nombr¨® asistente espiritual de la orden constantiniana a monse?or Giovanni Muller, vicario episcopal en la capilla San Genaro, de la catedral de N¨¢poles, de 55 a?os de edad, a quien el duque de Castro, con fecha 12 de julio, encarg¨® las funciones de gran prior, en virtud de la autorizaci¨®n papal y de los estatutos vigentes.
En la actualidad, hay m¨¢s de mil miembros de la orden constantiniana de San Jorge en el mundo, y, entre ellos, figuran siete cardenales, el gran maestre de la orden de Malta, el rey Humberto II de Italia, el pr¨ªncipe Francisco Jos¨¦ II de Liechtenstein, el infante de Espa?a Luis Alfonso de Baviera y Borb¨®n, el pr¨ªncipe Pedro Enrique de Orleans y Braganza (jefe de la casa imperial de Brasil), etc¨¦tera.
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