Salario minimo, tarifas m¨¢ximas
El Gobierno ha respondido negativamente a la petici¨®n de las centrales sindicales de estar presentes en el pleno de la Junta Superior de Precios, olvidando, su compromiso en tal sentido establecido en el ANE. El autor de este art¨ªculo, desde una ¨®ptica sindical, concluye que existe una clara actitud gubernamental de evitar que,los sindicatos tengan la posibilidad de "hurgar" en la pol¨ªtica de precios de aquellos grupos que condicionan la pol¨ªtica econ¨®mica espa?ola.
En la ¨²ltima reuni¨®n de la Comisi¨®n de Seguimiento del Acuerdo Nacional sobre Empleo (ANE), el representante del Gobierno, apoyado por el silencio de los representantes de la Confederaci¨®n Espa?ola de Organizaciones Empresariales (CEOE), se neg¨® a "hacer efectiva la representaci¨®n en la Junta Superior de Precios de las organizaciones empresariales y centrales sindicales m¨¢s representativas", tal y como establece el propio acuerdo en su apartado VI-2. Tan tenaz fue su oposici¨®n a cumplir lo acordado, que el tema qued¨® relegado a una nueva reuni¨®n inmediata de car¨¢cter extraordinario.A la reiterada demanda de los sindicatos de por qu¨¦ no pod¨ªamos estar presentes en el ¨®rgano m¨¢ximo -es decir, el pleno- de la Junta Superior de Precios, cuando el Gobierno se hab¨ªa comprometido a ello en el ANE, su representante respondi¨®, una y otra vez, que tal situaci¨®n no ten¨ªa precedentes y que resultaba an¨®mala. Argumentos francamente, peregrinos para ocultar la decidida voluntad del Gobierno de evitar que los sindicatos entren a hurgar en las tarifas de las el¨¦ctricas, de las autopistas o de otros grupos,,que condicionan la pol¨ªtica econ¨®mica de este pa¨ªs. Y, sobre todo, para manipular la cl¨¢usula de revisi¨®n contemplada en el ANE a su conveniencia. ?Qu¨¦ credibilidad puede tener, se?ores del Gobierno, la cl¨¢usula de revisi¨®n del 6,09% establecida en el punto II-3 del ANE, si ustedes se niegan a que est¨¦n presentes los sindicatos en la Junta Superidr de Precios? Hay que pensar que, justamente, intentan evitarlo para maniobrar a su antojo, retrasar la aprobaci¨®n de ciertos expedientes de precios y manipular as¨ª el ¨ªndice de precios al consumo (IPC) de los seis primeros me ses de 1982.
Pues menos mal que son los llamados socialdem¨¢cratas de UCD los que controlan el ¨¢rea econ¨®mica del Gobierno, que si no cualquiera sabe lo que intentar¨ªan colamos los que abiertamente s¨ª se llevan bien con los empresarios.
Viene todo esto a cuento de la discusi¨®n en la ¨²ltima reuni¨®n de la Comisi¨®n Delegada del Gobierno para Asuntos Econ¨®micos sobre el salario m¨ªnimo y las tarifas el¨¦ctricas. Una prueba m¨¢s de lo poco que cuentan los sindicatos en este pa¨ªs: no se les quiere dejar entrar a discutir las tarifas el¨¦ctricas y su opci¨®n preceptiva sobre el salario m¨ªnimo interprofesional parece convertirse en papel mojado.
Somos muchos los ciudadanos de este pa¨ªs que nos preguntamos: ?ser¨¢ posible que el salario m¨ªnimo suba el 11 % y las tarifas el¨¦ctricas el 18,5%?
Con respecto al salario m¨ªnimo interprofesional, el ANE, en su apartado 11-7, deja claramentesefialado que se establecer¨¢ conforme a los criterios incluidos en el art¨ªculo 27 del Estatuto de los Trabajadores y que no se ver¨¢ afectado por el sacrificio establecido en el acuerdo para las dem¨¢s rentas salariales y para las pensiones.
En base a las premisas se?aladas, parecer¨ªa l¨®gico pensar que la actualizaci¨®n del salario m¨ªnimo interprofesional para 1982 nunca podr¨ªa ser inferior al 12%, que es el porcentaje de inflaci¨®n prevista para este a?o, sobre todo si tenemos en cuenta que en 1981 los trabajadores afectados por el mismo han perdido m¨¢s de un punto de poder adquisitivo.
A mayor abundamiento, la productividad media por asalariad o ha aumentado un 3,6% en el per¨ªodo 1979-1981 -como consecuencia de las importantes reducciones producidas en el empleo-, lo que unido a la p¨¦rdida en el poder adquisitivo de los salarios est¨¢ produciendo una recuperaci¨®n en el excedente de explotaci¨®n de la econom¨ªa.
Si a todo ello a?adimos la ca¨ªda del consumo durante el a?o ante' rior, que ha condicionado de manera fundamental el bajo incremento del PIB, as¨ª como las modestas previsiones para el a?o entrante, tendremos que concluir quela propuesta de subir el salario m¨ªnimo el 11%. no se ajusta a un criterio precisamente objetivo, ni aceptable para los trabajadores.
Por ¨²ltimo, el que el precio que estemos comparando con el salario m¨ªnimo sea precisamente el de las tarifas el¨¦ctricas, aumenta si cabe la irritaci¨®n que puedan sentir los trabajadores, ya que se trata de un sector muy significativo por el car¨¢cter social de su financiaci¨®n, su funcionamiento, su producci¨®n y el car¨¢cter privado de su beneficio. El que las tarifas puedan subir por encima de los costes de producci¨®n, claramente hinchados en la petici¨®n de modificaci¨®n de tarifas, supone una financiaci¨®n de las inversiones, v¨ªa precios y no v¨ªa endeudamiento, con lo que se escamotea al usuario su parte de propiedad en el capital empresarial as¨ª formado. Algunos a esto lo llamar¨ªan explotaci¨®n del consumidor, y otros pura y simplemente. explotaci¨®n.
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