Dos individuos muy j¨®venes asesinan al delegado de la Telef¨®nica en San Sebasti¨¢n e hieren gravemente a su polic¨ªa de escolta
Dos individuos muy j¨®venes, que actuaron a cara descubierta, asesinaron a tiros en San Sebasti¨¢n al delegado provincial de la Compa?¨ªa Telef¨®nica Nacional de Espa?a (CTNE) en Guip¨²zcoa, Enrique Cuesta, e hirieron grav¨ªsimamente al polic¨ªa nacional Antonio G¨®mez Garc¨ªa, que prestaba protecci¨®n al primero. El atentado terrorista se produjo a primera hora de la tarde en una zona muy concurrida de la ciudad, y en presencia de numerosos testigos, muchos de los cuales eran ni?os. Enrique Cuesta hab¨ªa sucedido en el cargo a Juan Manuel Garc¨ªa Cordero, que fue secuestrado y asesinado el 23 de octubre de 1980 por los Comandos Aut¨®nomos Anticapitalistas.
Los dos individuos que efectuaron los disparos aguardaban apostados junto a la esquina de la sucursal de la Caja de Ahorros Provincial, situada en el n¨²mero 22 de la Avenida Sancho el Sabio, en el barrio donostarria de Amara. Enrique Cuesta abandonaba todos los d¨ªas, a las tres de la tarde, la delegaci¨®n de la CTNE en la calle Sagrada Familia, a escasa distancia del lugar de los hechos, y se dirig¨ªa caminando hasta su domicilio, en el n¨²mero seis de la avenida citada.Testigos presenciales manifestaron a EL PAIS que los dos agresores abordaron de frente al delegado de la Telef¨®nica y a su escolta, y comenzaron a disparar sus pistolas sin que mediara palabra. Un proyectil alcanz¨® en el hemit¨®rax derecho al polic¨ªa Antonio G¨®mez Garc¨ªa, le perfor¨® el pulm¨®n y sali¨® por el occipital, arrastrando parte de la masa encef¨¢lica. Otra bala, disparada a quemarropa, destroz¨® el coraz¨®n de Enrique Cuesta. Ambas v¨ªctimas cayeron al suelo fulminadas, mientras los dos terroristas cruzaban la avenida de Sancho el Sabio corriendo, acompa?ados de un tercer individuo, que hab¨ªa cubierto su retirada. Una vez recorrida la calle Luca de Tena, se dieron a la fuga en un autom¨®vil robado, que les aguardaba en el paseo de Vizcaya.
El atentado fue perpetrado en presencia de gran n¨²mero de personas, entre ellos muchos ni?os, que esperaban el paso de autobuses escolares cuyas paradas habituales se encuentran cerca del lugar. En torno a los cuerpos agonizantes, ca¨ªdos en la acera, frente a la sucursal de la Caja de Ahorros, y a solo unos metros de la cafeter¨ªa Rex, que sol¨ªa frecuentar Enrique Cuesta, se form¨® un corro de curiosos, mientras un transeunte intentaba prestar auxilio a los heridos. Se produjeron escenas de nerviosismo y ataques hist¨¦ricos entre algunos de los testigos del atentado. El concejal socialista de San Sebasti¨¢n, Carlos Garc¨ªa, avis¨® desde un tel¨¦fono a la Polic¨ªa Municipal y requiri¨® la presencia de ambulancias.
La hija menor de Enrique Cuesta, de catorce a?os, que sol¨ªa esperar cada d¨ªa a su padre en aquel mismo lugar, antes de tomar el autob¨²s que la trasladaba al colegio, lleg¨® casi inmediatamente despu¨¦s del tiroteo y pudo ver los dos cuerpos sangrando sobre el suelo. La joven sufri¨® una aguda crisis nerviosa y hubo de ser trasladada a la residencia de la Seguridad Social Nuestra Se?ora de Ar¨¢nzazu. La otra hija del delegado de la Telef¨®nica, de 18 ¨® 19 a?os, que se encontraba en el domicilio familiar, ajena a lo sucedido, recibi¨® una llamada telef¨®nica de un comunicante an¨®nimo, que se limit¨® a decirle "han matado a tu padre", y colg¨® el aparato. La muchacha, presa de una enorme excitaci¨®n, baj¨® a la calle cuando las ambulancias hab¨ªan recogido ya a los heridos.
Enrique Cuesta fue trasladado a la residencia de la Seguridad Social donde ingres¨® cad¨¢ver El polic¨ªa nacional Antonio G¨®mez fue atendido en el hospital de la Cruz Roja. Se le someti¨® a una intervenci¨®n quir¨²rgica de urgencia, que dur¨® m¨¢s de dos horas. Fuentes m¨¦dicas, indicaron, al t¨¦rmino de la operaci¨®n, que su estado continuaba siendo grav¨ªsimo y que se teme por su vida.
En el lugar de los hechos se recogieron casquillos de bala, de calibre nueve mil¨ªmetros, tipo parabellum, marca STE. Esta munici¨®n, fabricada en Toulouse (Francia) ha sido empleada en alguna ocasi¨®n, seg¨²n fuentes policiales, por comandos de ETA. En la fachada de vidrio de la sucursal de la Caja de Ahorros provincial, junto a la que se perpetr¨® el atentado, pod¨ªan apreciarse dos orificios de bala.
Dos individuos muy j¨®venes
El autom¨®vil presumiblemente empleado por los terroristas en su huida, un seat 850 de color blanco, matriculado en Zamora y robado poco antes de consumarse el asesinato del delegado de la Telef¨®nica, fue hallado por la polic¨ªa junto a la estaci¨®n de RENFE, a unos 1.500 metros del lugar de los hechos. En cuanto a los dos individuos que dispararon contra Enrique Cuesta y Antonio G¨®mez, todos los testimonios coinciden en se?alar que se trataba de dos chicos muy j¨®venes.
Enrique Cuesta, de 54 a?os, era natural de Logro?o, a donde fueron trasladados ayer sus restos mortales. Estaba casado, ten¨ªa dos hijas, y hab¨ªa ocupado la delegaci¨®n provincial de la Telef¨®nica en noviembre de 1980, pocos d¨ªas despu¨¦s de que los Comandos Aut¨®nomos anticapitalistas secuestraran a su antecesor, Juan Manuel Garc¨ªa Cordero, al que asesinaron de un disparo en la nuca, en el monte Ul¨ªa, despu¨¦s de haberle interrogado. La citada organizaci¨®n terrorista acus¨® a Garc¨ªa Cordero de ser responsable de las escuchas telef¨®nicas, en colaboraci¨®n con la polic¨ªa. Cinco d¨ªas m¨¢s tarde, muri¨® a tiros el propietario del bar Kopos, de San Sebasti¨¢n, Juan Carlos Fern¨¢ndez Azpiazu, quien trabajaba como responsable de publicidad de las p¨¢ginas amarillas de la gu¨ªa telef¨®nica.
El polic¨ªa nacional Antonio G¨®mez, de 24 a?os, est¨¢ casado y tiene un hijo de pocos meses. Es natural de Bornos (C¨¢diz) y trabaja habitualmente en el servicio de escoltas. En ocasiones ha acompa?ado a pol¨ªticos vascos. La protecci¨®n que se acostumbraba a prestar a Enrique Cuesta, a la vista de lo ocurrido con su antecesor en el cargo, era de dos agentes, pero en el breve trayecto de la oficina a su domicilio a veces s¨®lo le acompa?aba uno.
Las reacciones de condena no se hicieron esperar. El presidente del Parlamento vasco, Juan Jos¨¦ Pujana, nacionalista, abri¨® la sesi¨®n de la tarde en la C¨¢mara de Vitoria con unas palabras repudiando el hecho, del que dijo que s¨®lo pretende conducir a Euskadi hacia el caos y provocar la interrupci¨®n del proceso democr¨¢tico. UCD califica de asesinos antivascos a los autores del atentado; tambi¨¦n CC OO, central sindical representada en el comit¨¦ de empresa de la CNTE en Guip¨²zcoa, difundi¨® un comunicado de repulsa.
Militantes socialistas anunciaron que trabajar¨ªan durante la noche para preparar decenas de miles de octavillas, que hoy ser¨¢n distribuidas por toda la provincia, en las que se reproducen unos versos de Bertold Bretch contra el nazismo con el siguiente texto: "Vinieron primero por los comunistas, yo, como no era comunista, no me preocup¨¦. Vinieron despu¨¦s por los cristianos y yo, como no era cristiano, no sent¨ª ninguna inquietud. M¨¢s tarde, vinieron por los jud¨ªos. A m¨ª, como no era jud¨ªo, no me import¨®. Hoy han venido por m¨ª, pero ya era tarde".
Terror contra empleados de la Telef¨®nica
Con el asesinato del delegado de la Telef¨®nica en Guip¨²zcoa, Enrique Cuesta Jim¨¦nez, en el atentado perpetrado ayer tarde en San Sebasti¨¢n, son, tres los empleados de esta compa?¨ªa muertos en atentado en Euskadi.El 23 de octubre de 1980, el entonces delegado de la Compa?¨ªa Telef¨®nica Nacional de Espa?a. (CTNE) en Guip¨²zcoa, Juan Manuel Garc¨ªa Cordero, fue secuestrado a primera hora de la ma?ana, cuando sal¨ªa de su domicilio de San Sebasti¨¢n, y, asesinado posteriormente en los alrededores del monte Ul¨ªa, donde fue encontrado su cad¨¢ver. Los Comandos Aut¨®nomos Anticapitalistas (CAA), organizaci¨®n que tiene su origen en militantes separados de ETA, de l¨ªnea m¨¢s radical, reivindicaron el asesinato.
Tres d¨ªas despu¨¦s, el diario Egin hac¨ªa p¨²blico un comunicado en el que los CAA manifestaban que "el delegado de la Telef¨®nica, despu¨¦s de ser sometido a un minucioso y extenso interrogatorio, y debido a su papel en las escuchas telef¨®nicas, fue ejecutado". Seg¨²n los CAA, Juan Manuel Garc¨ªa Corcero "era el encargado de tener las listas de los tel¨¦fonos controlados, as¨ª como de mantener contactos con la Guardia Civil para el mejor funcionamiento del control telef¨®nico". El comunicado terminaba advirtiendo que esta "no pretende ser una acci¨®n aislada, sino un aviso a todos los que colaboran con la polic¨ªa, tanto en controles telef¨®nicos como postales".
D¨ªas m¨¢s tarde, el 29 de octubre, era asesinado Juan Carlos Fern¨¢ndez Aspiazu, jefe de relaciones p¨²blicas de la Compa?¨ªa Telef¨®nica y encargado de las p¨¢ginas amarillas. Result¨® muerto tras los disparos que efectuaron contra ¨¦l dos individuos encapuchados en el bar Kopos de la capital donostiarra, del que era copropietario. En un comunicado posterior, ETA Militar se responsabilizaba del atentado y acusaba a Juan Carlos Fern¨¢ndez de tr¨¢figo de drogas.
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