Se confirm¨® la esperada tendencia negativa
Los mercados de valores espa?oles son cada vez un coto m¨¢s cerrado para los especialistas. Sus an¨¢lisis y previsiones normalmente coinciden de forma sorprendente con los comportamientos del mercado. La debilidad de los valores m¨¢s significados estaba anunciada con casi dos semanas de antelaci¨®n, por razones t¨¦cnicas claramente definidas. Los or¨¢culos de los profesionales de la tragedia quedaban absolutamente al margen. Las razones de orden pol¨ªtico eran marginadas por la cruda realidad econ¨®mica. La feroz competencia que les plantea a los activos mobiliarios los altos tipos de inter¨¦s en el mercado interbancario, al que tienen acceso las sociedades mediadoras, y paralelamente el incremento en las retribuciones que los inversores consiguen en activos alternativos a los estrictamente burs¨¢tiles, est¨¢ siendo la causa de que los vendedores de acciones no encuentren contrapartidas compradoras.Evidentemente, el clima de inseguridad que han conseguido crear los esforzados miembros de la ejecutiva ucedea ha trascendido a los medios financieros. Pero la realidad es que desde hace bastante tiempo los condicionantes t¨¦cnicos, es decir, la seguridad, rentabilidad y garant¨ªa de los empleos, est¨¢n siendo las razones que mueven las decisiones de los especialistas.
Por tanto las bajas que vienen experimentando los valores con mayor tradici¨®n burs¨¢til tienen un fuerte componente de p¨¦rdida de competitividad, frente al resto de los crecientes activos alternativos de inversi¨®n que viene presentando el sistema financiero nacional. El caso m¨¢s patente lo constituir¨ªan los valores el¨¦ctricos. La proximidad del pago de sus dividendos, que se planteaba en las ¨²ltimas reuniones de la semana anterior y en las primeras de esta ¨²ltima, hizo que una buena parte de los inversores institucionales se decidiesen por cobrar las derramas dos veces. La explicaci¨®n es sencilla: se vende en un punto alcista, previo al dividendo, y se recompra cuando el valor haya descontado el importe de su derrama, m¨¢s los efectos generados por un r¨¦gimen gen¨¦rico de ventas.
Este tipo de operaciones ha sido realizado en las ¨²ltimas reuniones por un buen n¨²mero de los especialistas m¨¢s cualificados del mercado, y lo ¨²nico que falta es que determinen cu¨¢l es el punto establecido para volver a comprar. Por el momento los testimonios de los normalmente mejor informados apuntan la posibilidad de que los cambios de recogida se establezcan en las proximidades del 50% en el caso de las el¨¦ctricas m¨¢s significadas.
En el grupo bancario las razones de la baja son distintas. Las posibilidades de rentabilidad que ofrecen estos valores, bien por la v¨ªa directa de la relaci¨®n precio-dividendo, bien considerando el a?adido de la plusval¨ªa burs¨¢til, resultan bastante poco atractivas en relaci¨®n al resto de activos con los que tienen que competir. En este sector cobra una especial importancia esta ¨²ltima posibilidad, ya que la rentabilidad directa es por dem¨¢s escasamente competitiva. Precisamente por eso, y ante la actual coyuntura negativa de los mercados, estos valores son los que aparecen se?alados en casi todos los hit-parades como los m¨¢s firmes candidatos a recibir el mayor flujo de ¨®rdenes de venta en los pr¨®ximos meses.
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