Fuertes pateos a la pel¨ªcula norteamericana
ENVIADO ESPECIALLa sala se vino abajo entre los pateos y aplausos que dividieron al p¨²blico que asisti¨® a las dos sesiones de Oficial y caballero, la reaccionaria pel¨ªcula de Taylor Hackford en la que, repitiendo los viejos moldes del cine militarista realizado en Hollywood durante la guerra de Corea o la guerra fr¨ªa, se trata de demostrar de qu¨¦ manera el mismo ej¨¦rcito que defiende el napalm puede templar positivamente el car¨¢cter de los j¨®venes norteamericanos de hoy.
La referencia a un cine de d¨¦cadas anteriores es tan obvia en este caso que hasta cabe citar la espa?ola Bot¨®n de ancla como t¨ªtulo no muy lejano en intenciones y resultados. L¨®gicamente, hay entre ambas notables diferencias que dependen de las posibilidades de expresi¨®n que hab¨ªa en el cine espa?ol de posguerra comparadas con las que hoy disfrutan tanto el cine yanqui como el nuestro.
Pero si esas diferencias son evidentes en lo que se refiere al tratamiento de las relaciones sexuales (con las que la pel¨ªcula quiere disimular su trasfondo pol¨ªtico), tambi¨¦n Oficial y caballero aumenta su tono en la consigna patri¨®tica que preside toda su narraci¨®n.
Imposible es separar esta burda intencionalidad de la supuesta buena calidad de la puesta en escena por mucho que bastantes espectadores y algunos peri¨®dicos vascos -pocos, ciertamente- hayan encontrado en esa buena factura una manera de defender la apolog¨ªa del fascismo que supone la pel¨ªcula de marras, cuya exhibici¨®n en un festival cinematogr¨¢fico no est¨¢ justificado ni a¨²n por esa tan cacareada buena calidad que no supera los t¨®picos de cualquier otra pel¨ªcula de consumo.
Adolescencia en crisis
En el polo ideol¨®gico opuesto se encuentra la h¨²ngara Megall az ido, de Peter Gothar, quien, imitando las pel¨ªculas de moda sobre la juventud de los a?os sesenta, trata de reflejar el aburrimiento vital que puede protagonizar la vida de ese pa¨ªs. Un adolescente en crisis (?y cu¨¢ndo no?) descubre sus pasiones sexuales, al tiempo que perfila un talante cr¨ªtico que le hace enfrentarse contra el esp¨ªritu censor que domina a familiares y maestros.
La pel¨ªcula no supera lo conocido en otras pel¨ªculas nost¨¢lgicas, pero est¨¢ realizada con una valent¨ªa que si no la hace admirable, al menos no arroja de la sala. M¨¢s que interesante por s¨ª misma, la pel¨ªcula ofrece el atractivo de convertirse en la aportaci¨®n h¨²ngara a un g¨¦nero ya trillado en cualquier cinematograf¨ªa occidental.
Tambi¨¦n se remite a otros g¨¦neros la pel¨ªcula de Fernando Colomo Estoy en crisis, presentada en la secci¨®n Panorama del Cine Espa?ol tras su discreta participaci¨®n en el ¨²ltimo festival de Venecia. Colomo relata en t¨¦rminos de comedia los absurdos intentos de aventuras amorosas vividos por un cuarent¨®n, espl¨¦ndidamente interpretado por Jos¨¦ Sacrist¨¢n.
Una comedieta
El contraste de su actitud con el temperamento de la jovencita que le atrae y su indignaci¨®n ante la idea de que su propia esposa tenga otros romances al margen de ¨¦l, conduce la pel¨ªcula por los caminos que el cine italiano ya descubri¨® en los a?os sesenta. Estoy en crisis no es mejor ni peor que muchas de aquellas comedietas, que en cierto modo a¨²n perduran en el cine italiano, pero considerarla como muestra de un nuevo cine parece una contradicci¨®n por que nada nuevo hay en el trabajo de Colomo.
Ni siquiera el punto de vista desde el que contempla a su contradictorio personaje. Que a¨²n se preocupe un cineasta de nuestros d¨ªas por valorar moralmente el adulterio en los t¨¦rminos en que Colomo lo hace, es decir, dedic¨¢ndole hora y media de proyecci¨®n, acerca su pel¨ªcula a la tradici¨®n de cineastas vencidos por la edad mucho antes que a la rebeli¨®n conceptual que parece apropiada en la pel¨ªcula de un joven autor.
El p¨²blico, no obstante, ri¨® con generosidad los momentos humor¨ªsticos de la acci¨®n, aunque todos ellos pudieran recordar secuencias de pel¨ªculas ya vistas hace diez o veinte a?os.
El peque?o esc¨¢ndalo que este festival ya ha provocado se concreta en la excelente pel¨ªcula venezolana Cangrejo que se proyect¨® bastante antes de que llegaran los invitados. Tanto su direcor, Rom¨¢n Chalbaud, como su actor, Miguel SAngel Landa, muestran su disgusto por haber sido invitados a un festival que les ignora mientras prest¨® su m¨¢xima atenci¨®n a la pel¨ªcula norteamericana que tantos pateos mereci¨®.
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