Vivir de fiado en Avil¨¦s y Gij¨®n
Una m¨¢s que larga cola de pobres se forma cada d¨ªa en la calle de Mieres, n¨²mero 17, de Gij¨®n. Por 95 pesetas -gratis si se prueba la total indigencia- se tiene derecho a un primer plato de potaje, legumbres o pastas; un segundo a base de pollo, huevos, croquetas de pescado o carne, y a algo de postre. No hay manteles bordados ni cubiertos de plata, pero el rancho es comestible. Las monjas que lo rigen disponen de un determinado n¨²mero de camas para aquellos cuyas necesidades son m¨¢s acuciantes. Hace algunos a?os, la existencia de este albergue era desconocida. Este es uno de los principales indicadores no ya de la crisis, sino del hambre f¨ªsica que comienza a pasarse en los suburbios de las ciudades industriales de Asturias.
En Valliniello, a dos kil¨®metros del centro de Avil¨¦s, el antiguo pueblo que es hoy este barrio es el campo ideal para los soci¨®logos y los psic¨®logos que aspiren a escribir sus tesinas, porque all¨ª se conjugan todos los factores posibles: contaminaci¨®n 10 veces superior a lo admisible (el barrio se extiende a lo largo de la factor¨ªa central de Ensidesa), desempleo, alcoholismo, hacinamiento, desarraigo, desavenencias familiares, prostituci¨®n, etc¨¦tera.Todo ello en un n¨²cleo de poblaci¨®n de varios cientos de familias que generalmente son realquilados de las clases sociales m¨¢s marginadas, ya que, a medida que los primitivos moradores de estas casas consiguieron medios suficientes o se cansaron de respirar humos y part¨ªculas, se fueron marchando y arrendando las viviendas a bajos precios a los m¨¢s necesitados y para los que es a¨²n peor la falta de techo donde cobijarse que los pulmones ennegrecidos en pocos a?os o meses, porque, a fin de cuentas, da lo mismo morir, se debe suponer, por la indigencia que por una bronquitis cr¨®nica.
Si, seg¨²n recientes estudios, cada ciudadano de Avil¨¦s soporta sobre sus espaldas, como media anual, 2,5 toneladas de part¨ªculas contaminantes en suspensi¨®n, se calcula que una persona que haya nacido en Valliniello -o en el barrio cercano de Corujedo- hace 20 a?os tiene los pulmones tan negros como si hubiese estado trabajando sin descanso en una mina el mismo tiempo. Desde la autopista que conduce a Avil¨¦s desde Oviedo o Gij¨®n, el paisaje de aquella ciudad est¨¢ presidido por una serie de altas chimeneas que arrojan constantemente humos de varios colores, simult¨¢neamente. (El ayuntamiento ha dispuesto un plan de construcci¨®n de viviendas sociales para realejar a estas familias y se acaba de aprobar un presupuesto de 650 millones de pesetas para la creaci¨®n de un cintur¨®n de protecci¨®n ambiental de esta zona).
Chabolistas y mendigos
Como en Avil¨¦s -donde la situaci¨®n es ligeramente mejor que en Gij¨®n desde el punto de vista econ¨®mico; s¨®lo ligeramente mejor-, entre cientos de familias -aut¨¦nticos pobres, chabolistas, mendigos, desarraigados, transe¨²ntes, p¨ªcaros, mujeres y ni?os abandonados, etc¨¦tera-, C¨¢ritas cumple una amplia funci¨®n social y llena un importante vac¨ªo en la ayuda que debieran de prestar organismos que no se sustentasen en la caridad pura y simple y en la figura de quien da un pez en vez de ense?ar a pescar.
Gij¨®n ten¨ªa 100.000 habitantes en los a?os cuarenta (hoy tiene casi 280.000) y Avil¨¦s era una hermosa villa de poco m¨¢s de 10.000 personas antes de la llegada de Ensidesa (hoy se acerca a los 100.000). El espectacular desarrollo econ¨®mico de los a?os cincuenta y sesenta -barrios enteros, como Llaranes, La Luz, Villalegre, Versalles y La Carriona, en Avil¨¦s, o Nuevo Gij¨®n, Pumar¨ªn, La Calzada, Trema?es o Ceares, en Gij¨®n, se construyeron precipitadamente, sin infraestructura, al amor de la industrializaci¨®n urgente- tuvo su contrapartida en la larga crisis que se inicia con la guerra del petr¨®leo de 1973 y que ha conducido al progresivo empobrecimiento de una de las provincias con mayor nivel de vida.
S¨®lo 30 a?os despu¨¦s de la llegada de las primeras brigadas de obreros que empezaron a construir la factor¨ªa de Ensidesa en Avil¨¦s o de Uninsa en Gij¨®n -antes incluso de absorber y empobrecer a zonas enteras, como Mieres y Langreo-, la situaci¨®n es que han vuelto a aparecer las libretas de las tiendas -en barrios incluso c¨¦ntricos-, donde se apuntan las deudas de los alimentos y art¨ªculos de primera necesidad que se toman como fiado y que se van pagando cuando se puede, que recuerdan m¨¢s a la ¨¦poca de Bienvenido, Mr. Marshall que a la realidad actual.
La estad¨ªstica oficial se?ala que son 62.000 los parados que hay en Asturias -de ellos, 28.300 de primer empleo-, sin contar el paro encubierto (sector agr¨ªcola, especialmente): 20.000 en Gij¨®n (con una poblaci¨®n activa de 100.300 personas), 14.400 en Oviedo (77.200 trabajadores potenciales), aunque en la capital del Principado el desempleo se diluye ante el auge comercial de la zona, centro de compras de toda la regi¨®n, y 9.600 en Avil¨¦s (41.500 de poblaci¨®n activa), si bien muchos de estos parados hay que adjudic¨¢rselos realmente a Gij¨®n, ya que sus puestos de trabajo, adscritos a Ensidesa, est¨¢n ubicados en la llamada capital de la Costa Verde.
Casi 500 familias de chabolistas quedan a¨²n en Gij¨®n esparcidas por barrios miserables, como el de Villacaj¨®n, en Trema?es, donde conviven emigrantes portugueses con emigrantes de otros puntos de Espa?a.
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