El ba?o de Argel

Han sido s¨®lo 48 horas de tiempo real, pero toda la delegaci¨®n espa?ola vuelve a Madrid empapada de la realidad mediterr¨¢nea y magreb¨ª tras esta visita que las autoridades del Gobierno y del FNL han ba?ado aqu¨ª de atenciones.La tarde del martes, los Reyes tuvieron en el barrio de la Casbah, cargado de emociones hist¨®ricas en la lucha de liberaci¨®n colonial, una recepci¨®n popular, volcada de afecto, v¨ªtores y aclamaciones, sin antecedentes en visitas de otros jefes de Estado. Los Reyes pudieron llegar en Argel hasta donde no le fue posible a Mitterrand.

El espect¨¢culo de la intervenci¨®n de don Juan Carlos ante la Asamblea Nacional argelina, fue un tributo de honor dispensado a toda la naci¨®n espa?ola en su persona. Ver al Rey, en la tribuna de oradores, recibir una ovaci¨®n cerrada de todos los parlamentarios argelinos, puestos en pie, tuvo el efecto de un t¨®nico de esperanza, de futuro, de toma de conciencia en las propias posibilidades que cabr¨ªa desplegar con la adecuada acci¨®n exterior espa?ola.

Del ambiente pol¨ªtico podr¨¢ dar idea la recepci¨®n ofrecida por el ministro de Informaci¨®n argelino a los medios informativos, con asistencia de varios de sus colegas de Gobierno, importantes asesores presidenciales, altos funcionarios y el embajador argelino en Madrid. El encuentro permiti¨® indagar en fuentes autorizadas el contenido de las conversaciones del ministro Mor¨¢n con su colega Ibrahimi, centradas en cuatro cap¨ªtulos: Oriente Medio, Conferencia del Mediterr¨¢neo, S¨¢hara occidental y relaciones bilaterales.

En cuanto al S¨¢hara, que ocup¨® 50 de los 120 minutos de conversaciones, pese al acuerdo de reserva informativa, se sabe que no hubo recriminaciones mutuas y que se procedi¨® a un an¨¢lisis en profundidad y se constat¨® un deseo compartido de que lleguen a articularse soluciones satisfactorias. Interlocutores espa?oles autorizados aseguraron que de parte argelina no se hab¨ªa solicitado la denuncia de los acuerdos tripartitos de Madrid de 1975. Adem¨¢s, sin discutir la legalidad africana de las resoluciones de la OUA,en Nairobi, existe la impresi¨®n de que aplicarlas ahora supondr¨ªa inevitablemente la indeseable aparici¨®n de vencedores y vencidos. El rey de Marruecos quedar¨ªa pol¨ªticamente muy deteriorado y ninguna potencia, incluida en primer lugar Argelia, est¨¢ dispuesta a aceptar el vac¨ªo subsiguiente que podr¨ªa crearse. Por eso se abre una reflexi¨®n, a la que Espa?a ha sido convocada.