Progresiva debilidad en los mercados de acciones
Sobresaltos, carreras vendedoras, intentos de asegurar cambios, en definitiva, indefinici¨®n completa del marco en el que se desarrollaban las operaciones, han sido las caracter¨ªsticas que han compuesto el marco en el que se ha desarrollado la actividad burs¨¢til de una semana que al final ha terminado acusando la escasa consistencia de las mejoras que se hab¨ªan venido produciendo en las jornadas anteriores.El grupo bancario, en primer t¨¦rmino, y el sector el¨¦ctrico, en segundo lugar, fueron quienes en mayor medida acusaron el variable estado de ¨¢nimo de los inversores. De unos primeros compases del ciclo, donde a¨²n resonaban los ¨²ltimos ecos de las soflamas que invitaban al optimismo, y que fueron puestas en circulaci¨®n tan pronto como comenz¨® a generalizarse el retorno de las vacaciones, se pas¨® a una situaci¨®n donde la postraci¨®n de los ¨¢nimos dominaba ampliamente, mientras volv¨ªan a desempolvarse las nunca olvidadas dificultades, a las que habr¨¢ de hacer frente la maltrecha econom¨ªa nacional en los pr¨®ximos meses.
En un primer an¨¢lisis de la situaci¨®n planteada hay que hacer referencia obligada a la escasa consistencia que plantearon las mejoras que tras muchos esfuerzos consegu¨ªan acumularse. El voluntarismo, fea palabra, pero definidora clara de comportamientos concretos, que mostraron los valores bancarios y, m¨¢s concretamente, sus responsables fue una de las razones sobre las que gravit¨® en mayor medida la evoluci¨®n positiva del mercado.
Tan pronto como comenzaron a hacer acto de presencia las primeras ¨®rdenes vendedoras de alguna consideraci¨®n, este artificial globo de optimismo se deshinch¨® a marcas forzadas, dejando en su lugar un mal sabor de boca entre los inversores, quienes de alguna forma volvieron a sentirse defraudados por la escasa fiabilidad del comportamiento de estos valores. De poco sirvi¨® que trascendiera el importante nivel de inteligencia alcanzado entre estas entidades y los representantes de la Administraci¨®n, por la cual quedaban asegurados 261.000 millones de pesetas en pagar¨¦s del Tesoro de pr¨®xima emisi¨®n. Bast¨® con que se pudiese echar mano del malestar que en el ¨¢mbito militar pudo desatar la destituci¨®n del capit¨¢n general de Valladolid para que todos volviesen a recordar la complicada singladura que espera a estas entidades para un futuro inmediato.
En cuanto al grupo el¨¦ctrico, tan pronto como se pudo contrastar la escasa consistencia del mercado se reprodujeron algunas ventas institucionales que se hab¨ªan visto frenadas por el aparente optimismo del mercado, a la vez que la pol¨¦mica sobre el futuro de sus dividendos volv¨ªa a entrar en plena actualidad.
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