Pobre perro

Una mujer y su hijo se encuentran encerrados en un autom¨®vil que no funciona. La tragedia se ha cernido sobre ellos. Un perro rabioso, Cujo, les amenaza de muerte, y ni la madre ni el ni?o tienen posibilidad de defenderse puesto que el malvado can ha atacado ya mortalmente a los habitantes del lugar. Por otra parte, la mujer sufre el abandono de su marido, que la dej¨® al conocer su car¨¢cter de ad¨²ltera. No tienen escapatoria.

Hasta llegar a esa situaci¨®n la an¨¦cdota se pierde en largas y sosas explicaciones. No emocionan los personajes ni importa su futuro, y eso que, parad¨®jicamente, Cujo es una pel¨ªcula bien realizada. El director agita su c¨¢mara con habilidad, rebuscando alg¨²n efecto que vivifique el conjunto. Esfuerzo in¨²til. Cuando el filme concluye, lo que se ha visto en la pantalla pasa al terreno del olvido, cansada ya la memoria de archivar trucos tan manidos desde que el cine encontrara en el terror una forma de entretener al respetable.

Si, vistas ahora, aquellas pel¨ªculas de miedo de la imaginativa d¨¦cada de los treinta pueden resultar ingenuas, nada peor que encontrarse en pleno final de siglo con la repetici¨®n monocorde y vulgarizada de sus mecanismos narrativos.