Diferencias en la negociaci¨®n entre Portugal y el FMI

El Fondo Monetario Internacional (FMI) no entiende las cuentas del Estado portugu¨¦s y los t¨¦cnicos que tratan de descifrarlas en Lisboa pueden regresar a Washington sin haber renegociado la carta de intenciones, indispensable para que el organismo gire las ayudas requeridas por Portugal, firmada entre ambas partes el pasado mes de agosto, informa Efe.

El primer ministro portugu¨¦s, Mario Soares, manifest¨®, tras su reciente entrevista con el presidente Ronald Reagan, que el FMI tratar¨ªa con simpat¨ªa la situaci¨®n portuguesa con vistas a posibilitar el relanzamiento de la econom¨ªa del pa¨ªs a partir del segundo semestre de este a?o. Las cosas no parecen tan sencillas, y de momento da la sensaci¨®n de que ni las propias autoridades portuguesas conocen bien la situaci¨®n sobre la que deben operar. Los sectores administrativo y empresarial del Estado, que han sido los que han proporcionado los principales dolores de cabeza en las conversaciones con el FMI, se ven envueltos en complejas implicaciones financieras de dif¨ªcil evaluaci¨®n. Las empresas p¨²blicas tienen deudas entre s¨ª, deben al Estado y son tambi¨¦n acreedoras del Estado, en unos casos por impago de servicios prestados, en otros por cr¨¦ditos, inversiones o subvenciones concedidas y no liberadas.

El FMI intenta establecer un cuadro claro de las deudas y recursos de estos sectores, al objeto de poder determinar el l¨ªmite global de cr¨¦ditos a conceder al sector p¨²blico para lo que resta de 1984. No lo ha conseguido en dos semanas de reuniones en febrero ni en las dos ¨²ltimas semanas de marzo. Teresa Ter Minesian, que preside la delegaci¨®n del Fondo Monetario Internacional, ha dado de plazo la semana pr¨®xima para que le sean presentadas las cuentas claras.

Si las autoridades de Lisboa consiguen clarificar la situaci¨®n, podr¨¢ abordarse, con conocimiento de causa, la flexibilizaci¨®n de las condiciones impuestas por el FMI que permitan iniciar el relanzamiento econ¨®mico a partir de junio pr¨®ximo, lo que tambi¨¦n resulta problem¨¢tico.

Las autoridades portuguesas quieren abaratar el dinero, es decir, disminuir los tipos de inter¨¦s y reducir la progresiva depreciaci¨®n del escudo, establecida en un 1% al mes. C¨¢lculos oficiales establecen en un 24% la subida de precios prevista para el presente a?o, aunque se anuncian nuevas subidas.