El fin de la resistencia saguntina
Las instalaciones de cabecera de Altos Hornos del Mediterr¨¢neo (AHM), en Puerto de Sagunto, permanec¨ªan ayer inactivas en su totalidad. El s¨¢bado por la tarde qued¨® apagado el horno alto n¨²mero 3, ¨²nico que permanec¨ªa hasta entonces en funcionamiento, y durante el fin de semana ha quedado inactiva la acer¨ªa y apagados los 36 hornos de las bater¨ªas de coque, donde se transformaba la hulla para alimentar los hornos altos. Los trabajadores permanec¨ªan ayer en sus puestos sin tener nada que hacer y se limitaban a esperar ¨®rdenes de la direcci¨®n, o bien acud¨ªan a consultar una y otra vez las listas de excedentes para comprobar si estaban incluidos. Existe una gran inquietud en medio de la aparente calma. Y el sentimiento m¨¢s extendido, tambi¨¦n entre el pueblo, es el de impotencia. Los trabajadores de Altos Hornos del Mediterr¨¢neo esta vez no han podido resistir, no han podido desobedecer las ¨®rdenes de la direcci¨®n porque no hab¨ªa carb¨®n ni mineral.
"Ya veis lo que ha pasado", dec¨ªa un trabajador durante la asamblea celebrada el pasado viernes: "ahora han cerrado esto y despu¨¦s vendr¨¢ el tren de laminaci¨®n en fr¨ªo". Desconfianza unida a la impotencia. Por primera vez -quiz¨¢ desde An¨ªbal- los saguntinos han querido resistir y no han podido.Algunos miembros de CC OO daban por seguro, d¨ªas antes de que el viernes se aprobase sin acuerdo el expediente de regulaci¨®n de empleo propuesto por la direcci¨®n, que habr¨ªa resistencia. "Y a lo mejor resulta que no falta el suministro".
Pero el suministro falt¨®. El agua entr¨® en las toberas del horno n¨²mero 3 el pasado s¨¢bado, cinco d¨ªas despu¨¦s de lo que se hab¨ªa previsto en los acuerdos de abril para el cierre de la cabecera, y se apag¨® definitivamente. Nadie movi¨® un dedo para evitarlo; las ¨®rdenes de la direcci¨®n se cumplen de mala gana, pero estrictamente. Y sobre todo, se pod¨ªa y se puede sentir en el aire la electricidad de la rabia contenida.
La direcci¨®n, a trav¨¦s del gabinete de prensa, niega continuamente a los periodistas la entrada a las instalaciones, paralizadas desde que el pasado d¨ªa 5, a las dos menos diez de la tarde, se dio la orden de iniciar los trabajos. Y lo hace "por motivos de seguridad", debido al rechazo con que son recibidos los informadores por algunos trabajadores en los ¨²ltimos d¨ªas.
Sin alternativas
No hay posibilidad de movilizaciones con la cabecera apagada. No se puede hacer nada m¨¢s que recurrir el expediente de regulaci¨®n de empleo y denunciar a la empresa por incumplimiento de los acuerdos de abril. En ellos se dec¨ªa claramente que la determinaci¨®n num¨¦rica de los excedentes de plantilla "se realizar¨¢ de com¨²n acuerdo por la direcci¨®n y el comit¨¦ de empresa".
De hecho se ha fijado en 1.794 y se ha realizado de com¨²n acuerdo entre la Direcci¨®n General de Empleo y la direcci¨®n de AHM, lo que parece diferir sensiblemente del texto aprobado en abril.
Los trabajadores, sin la cabecera como arma de presi¨®n, han perdido las esperanzas. Miran las listas provisionales, preguntan en el comit¨¦ de empresa y algunos, probablemente, aceptar¨¢n la oferta de descender a la categor¨ªa que ten¨ªan antes para escapar a ser considerados como excedentes.
Las bajas incentivadas ofrecidas por la direcci¨®n son un term¨®metro del des¨¢nimo. El plazo para solicitarlas expir¨® el 30 de septiembre ¨²ltimo y hasta esa fecha se hab¨ªan pedido 306. Pero fuera de plazo ha seguido habiendo solicitudes, hasta un total de 40 en estos momentos. La direcci¨®n parece que tambi¨¦n las considerar¨¢.
Las condiciones ofrecidas a los que se marchan voluntariamente son el abono de 45 d¨ªas por a?o de antig¨¹edad e incentivos complementarios hasta un m¨¢ximo de 700.000 pesetas. Se ha fijado una indemnizaci¨®n m¨ªnima de tres millones de pesetas para aquellos cuyo c¨®mputo no alcance esa cifra. Seg¨²n una fuente de la direcci¨®n, la media de las indemnizaciones que podr¨¢n percibir quienes han solicitado bajas incentivadas est¨¢ entre los 3,5 y los cuatro millones.
Los ¨²ltimos corrillos
El viernes por la tarde se produc¨ªa en Puerto de Sagunto una escena que llevaba meses sin darse. Grupos de personas, que llegaron a sumar medio millar, se concentraron a la puerta de la f¨¢brica para esperar informaciones del comit¨¦ de empresa, que se encontraba reunido tras el fracaso de las negociaciones en Madrid.
Los grupos se disolvieron cuando el comit¨¦ convoc¨® la asamblea para las diez y media de la noche. Y la asamblea, realizada en el sal¨®n de actos del colegio Bego?a, con muchas personas aguantando de pie al ya poco agradable aire libre en el patio adyacente, puso de relieve la ausencia total de salidas.
El fin de la unidad
El presidente del comit¨¦ de empresa, Miguel Campoy, de CC OO, se limit¨® a informar de la situaci¨®n y dijo que el horno n¨²mero 3 estaba a punto de realizar su ¨²ltima colada antes de comenzar a ser apagado. Nadie del comit¨¦ sab¨ªa que se pudiera proponer otra cosa que agotar los cauces legales porque no hab¨ªa carb¨®n.
Los miembros del sector de CC OO m¨¢s pr¨®ximo al PC de Ignacio Gallego, que no eran favorables a la firma de los acuerdos y han venido propugnando el cierre de la cabecera, tampoco propon¨ªan nada. S¨®lo insist¨ªan en las fuertes cr¨ªticas al comit¨¦ y a las direcciones de UGT y CC OO por haber firmado los acuerdos, "que sab¨ªamos que no se iban a cumplir" y, por eso, "los errores se pagan".
Se pagan, pero nadie sabe qu¨¦ hacer. La unidad entre los trabajadores de AHM y entre ¨¦stos y el pueblo se rompi¨® cuando acab¨® la lucha por el mantenimiento de la cabecera en abril pasado. Los eventuales no pudieron votar sobre los acuerdos y las personas no pertenecientes a la plantilla de la f¨¢brica fueron marginadas de las asambleas al realizarse las ¨²ltimas en la factor¨ªa.
En este momento no es que sea imposible la unidad. Es imposible la lucha. Altos Hornos del Mediterr¨¢neo es s¨®lo una gigantesca f¨¢brica de laminados en fr¨ªo. Los tres hornos altos que le daban nombre han dejado de humear, a la espera de ser desguazados.
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