Los militares bolivianos que atentaron contra Siles Zuazo estuvieron confinados en Albacete
El Gobierno espa?ol confin¨® en la localidad albacetense de Pe?as de San Pedro, dentro del m¨¢s estricto secreto, a los cinco, militares golpistas implicados en el secuestro del presidente de Bolivia, Hern¨¢n Siles Zuazo. Los cinco sublevados permanecieron en esta poblaci¨®n, que dista unos 30 kil¨®metros de la capital, menos del tiempo previsto, al ser detectados por la Prensa local. La Guardia Civil se encarg¨® de trasladarles a un nuevo destino que todav¨ªa se desconoce hasta tanto se produzca sin deportaci¨®n, presumiblemente a un pa¨ªs latinoamericano.
La avalancha de cazadores de todos los puntos del pa¨ªs que se han dato cita estos d¨ªas en Pe?as de San Pedro, ha logrado que pasara casi inadvertida la presencia del teniente coronel Germ¨¢n Linares, de los capitanes Pablo Vargas Aranda, Carlos Barriga Monta?o y Rafael Vargas Barriento, y del teniente de la Polic¨ªa Militar Celso Campos, implicados en el secuestro del presidente de Bolivia, confinados por el Gobierno espa?ol en esta localidad. S¨®lo su aspecto, y sobre todo su acento, empez¨® a despertar la curiosidad de algunos. "Somos militares suramericanos", era la escueta respuesta a las primeras preguntas. Sin vigilancia alguna y cumpliendo diariamente con la orden de presentarse en el cuartel de la Guardia Civil, los militares ultras han estado viviendo con absoluta libertad, al menos durante 12 d¨ªas, hasta que supieron que alg¨²n periodista andaba tras su pista.Se hospedaron en la fonda La Gloria, y durante este tiempo no han recibido m¨¢s visita que la de un enlace del Ministerio del Interior, al parecer un comandante de la Guardia Civil, y la de un empresario hostelero de Benidorm. La mayor parte de los 2.000 habitantes de Pe?as de San Pedro coincide en destacar la exquisita correcci¨®n y la cordialidad con que los militares se mostraron en todo momento, "saludando a la gente por la calle y estrechando manos". Muy pocas personas, en realidad quiz¨¢ no m¨¢s de media docena, que guardaron herm¨¦ticamente el secreto, sab¨ªan de qui¨¦nes se trataba realmente.
Agradecidos a Albacete
Los cinco golpistas, que en principio no parec¨ªan encajar muy bien el destino (incluso se dice que enviaron una carta de protesta a la Embajada de Bolivia en Espa?a) acabaron reconociendo y agradeciendo el magn¨ªfico trato recibido.Los cinco confinados mantuvieron buenas relaciones con las autoridades locales. En uno de los encuentros mantenidos con el alcalde y los guardias civiles del puesto de Pe?as de San Pedro, los militares justificaron su acci¨®n contra Siles Zuazo, -tras manifestar su "respeto por la democracia"- acus¨¢ndole junto a su Gobierno de estar corrompidos e implicados en el tr¨¢fico de drogas.
La vida de estos militares en Pe?as de San Pedro transcurr¨ªa c¨®modamente. Dorm¨ªan en la misma fonda, no madrugaban, le¨ªan, paseaban y viajaban por los alrededores. A su regreso, hac¨ªan la visita obligada al cuartel de la Guardia Civil y se expansionaban de noche en la discoteca, pero nunca fueron los cinco juntos a los mismos lugares, "ni siquiera el d¨ªa de la caza. Uno qued¨® en la fonda hasta que regresamos".
Los cinco militares sublevados pensaban estar en Pe?as de San Pedro unos 20 d¨ªas en espera de ser deportados a otro pa¨ªs, posiblemente latinoamericano, pero el cerco de la prensa local rompi¨® sus planes. Tanto el diario La Verdad como la emisora de radio Antena-3 informaron de su presencia. Ese mismo d¨ªa, al filo de la medianoche, varios veh¨ªculos de la Guardia Civil los trasladaban a otro lugar, desconocido por ahora.
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