Resistencia inicial de Josep Vilarasau a aceptar la presidencia del Banco Hispano Americano
Josep Vilarasau, director general de La Caixa , puede renunciar a la oferta de hacerse cargo de la presidencia del Banco Hispano Americano, seg¨²n comentaron ayer a este diario personas allegadas al mismo. Estas fuentes destacaban el hecho de que La Caixa constituye, por volumen, no s¨®lo la primera entidad de ahorro del pa¨ªs, sino tambi¨¦n la quinta entidad financiera en el ranking por recursos ajenos. Sin embargo, Vilarasau Salat tiene previsto entrevistarse hoy en Madrid con el gobernador del Banco de Espa?a Mariano Rubio; del resultado de esta entrevista depender¨¢ su decisi¨®n final.
La comisi¨®n ejecutiva del Hispano se reunir¨¢ a primeras horas de la ma?ana de hoy para hacer un balance exacto de la situaci¨®n y valorar s¨ª ya existen las condiciones objetivas -el tener absolutamente claro el nombre del sucesor de Alejandro Albert- para convocar al consejo de administraci¨®n de la entidad. Mientras tanto, se desarrollar¨¢ la primera jornada en las bolsas de valores desde que en el banco existe el vac¨ªo de poder del presidente.Aunque no exista una propuesta perfectamente delimitada y oficializada de ocupar la presidencia del Hispano por parte de sus hombres fuertes, la oferta hecha a Vilarasau el pasado viernes ha consistido en algo m¨¢s que un mero sondeo o un intento de recabar primeras impresiones, y podr¨ªa acompa?arse en las pr¨®ximas horas de una invitaci¨®n en toda regla de la autoridad monetaria a que el financiero catal¨¢n asuma el cargo. En todo caso, el consenso entre el Banco de Espa?a y la comisi¨®n ejecutiva del banco era firme en la ma?ana del s¨¢bado.
Todo indica, sin embargo, que Vilarasau no tiene una predisposici¨®n muy alta a la aceptaci¨®n, pese a la l¨®gica satisfacci¨®n de haber sido considerado para el puesto, seg¨²n indicaron personas muy pr¨®ximas al mismo y que conocen bien su forma de tomar decisiones.
Las razones de la renuncia
Las razones que determinar¨¢n la decisi¨®n final de Vilarasau, siempre seg¨²n estas fuentes, son de tres ¨®rdenes. Por una parte, su ligaz¨®n con La Caixa es muy fuerte: ha formado el actual equipo directivo, ha dise?ado la expansi¨®n de la entidad en los ¨²ltimos ocho a?os y cuenta con un razonable grado de apoyo en el consejo de administraci¨®n. "Me han tratado siempre de maravilla", ha manifestado en alguna ocasi¨®n. Por otra parte, Vilarasau ha sido siempre un ac¨¦rrimo partidario de la bancarizaci¨®n de las cajas -en el sentido de promover la igualdad jur¨ªdica de ¨¦stas con los bancos- y podr¨ªa encontrar una mayor libertad o un reto internacional m¨¢s claro en la presidencia del Hispano.
Sin embargo, argumentan estas fuentes, estas ventajas te¨®ricas van acompa?adas de la necesidad de efectuar un esfuerzo de reordenaci¨®n complejo, con la particularidad de que la diferencia de volumen -y por tanto, de gesti¨®n y capacidad de decisi¨®n- no es muy significativa entre las dos entidades. Mientras el Hispano Americano ocupaba, a 30 de octubre, el tercer lugar del ranking de las finanzas espa?olas -con unos dep¨®sitos de 1,206 billones de pesetas-, La Caixa alcanzaba el quinto puesto, con unos recursos ajenos de 1,062 billones, muy cerca de los 1,084 billones del Banco de Bilbao.
Si Vilarasau rechazase defin¨ªtivamente la oferta a la presidencia del Hispano, se abrir¨ªa con toda rapidez la segunda soluci¨®n. Claudio Boada, presidente del Instituto Nacional de Hidrocarburos, conoce tambi¨¦n desde el viernes el marco de referencia en el que se est¨¢ moviendo la crisis del Hispano y ha estado localizable, seg¨²n diversas fuentes consultadas, todo el fin de semana. Algunas personas afines a Boada se interrogaron ayer en alto sobre el grado de malestar que podr¨ªa haber causado en Don Claudio ser el segund¨®n de la historia. Pocas personas est¨¢n en el secreto de lo que ocurrir¨ªa si tanto Vilarasau como Boada se mostrasen indiferentes a las ofertas hechas.
La compra de Bankuni¨®n
En cualquier caso, s¨ª est¨¢ claro que en el Banco de Espa?a se piensa que se ha tardado ya mucho tiempo en dar una soluci¨®n a los problemas reales pendientes -las ayudas financieras para el saneamiento del grupo y los sacrificios que ¨¦ste habr¨¢ de hacer irremediablemente-, y que cuanto m¨¢s tiempo pasa, peor encaje tienen. Existe una cierta convicci¨®n de ocultamiento de datos, considerados como b¨¢sicos desde hace varios meses, y que se vienen desvelando en las ¨²ltimas semanas. No se acaba de comprender -aunque se reconoce una cierta parte de culpa o error a la autoridad monetariapor qu¨¦ el Banco Hispano Americano ofert¨® por la compra de Bankuni¨®n en 1982 y en unas condiciones que no parecen las m¨¢s favorables.
En aquella ¨¦poca hubo diversos escarceos para ver qui¨¦n se quedaba con esa entidad en cr¨ªsis -que era el segundo banco industrial del pa¨ªs-, con una importante cantidad de empresas participadas, entre las que destacaban las autopistas catalanas, hoy en poder mayoritar¨ªamente del Fondo de Garant¨ªa de Dep¨®sitos (FGD). El Banco Central estudi¨® muy a fondo el banco y ten¨ªa pensado realizar una oferta de adquisici¨®n; ello le habr¨ªa promocionado al primer lugar del ranking bancario sin ning¨²n tipo de dudas. Adem¨¢s hubiera podido significar la fusi¨®n de dos grandes empresas de autopistas: las catalanas, que ya eran rentables, y la del Mare Nostrum, cuya viabilidad depende en gran medida del volumen de tr¨¢fico que tengan las primeras. Alfonso Esc¨¢mez, presidente del Central, acarici¨® la idea, pero al final se decidi¨® a no presentar oferta por peticiones externas de la entidad para que no se rompiera el equilibrio financiero espa?ol.
Surgieron entonces las posibles ofertas del Hispano, Bilbao y Vizcaya, aunque este ¨²ltimo banco decidi¨® no presentarla por Bankuni¨®n y centrarse en estudiar el otro banco mediano en crisis, el Occidental. El Bilbao y el Hispano presentaron oferta, y la menos cara para el Fondo de Garant¨ªa de Dep¨®sitos fue la del Hispano, ya que se hac¨ªa cargo de toda la cartera industrial de la entidad, mientras que el Bilbao quer¨ªa que esas empresas quedaran en el FGD.
En la primavera de 1982, cuando se adjudic¨® Bankuni¨®n, ya hab¨ªa indicios claros de las dificultades que empezaba a atravesar el Banco Urquijo, donde hab¨ªa nueve consejeros comunes del Hispano Americano y que ten¨ªa una participaci¨®n del 15% de la entidad. S¨ª hab¨ªa crisis profunda, era casi evidente que el Hispano deb¨ªa conocerla como el que m¨¢s y que tendr¨ªa que hacer frente a ella.
Los problemas graves surgieron en los primeros meses de 1983, y estallaron no s¨®lo exteriormente, sino tambi¨¦n dentro del Hispano, ya que hab¨ªa consejeros y ejecutivos que consideraban que no deb¨ªa asumirse el saneamiento del Urquijo, sino que deb¨ªa tener una salida natural a trav¨¦s del FGD. Las presiones del Banco de Espa?a inclinaron la balanza de quienes estaban dispuestos a la integraci¨®n total del Urquijo en el grupo Hispano, y Luis de Usera, hasta entonces presidente del Hispano, ces¨® en su cargo y fue sustituido por Alejandro Albert, hasta entonces consejero delegado de ese banco.
Los acuerdos de venta del principal paquete de acciones del Urquijo y de todas las participaciones individuales al Hispano a cambio de acciones de esta entidad se complementaron con una nueva ampliaci¨®n de capital suscrita por el nuevo propietario y de una serie de ayudas al Urquijo y al Hispano para que pudieran hacer frente al profundo plan de saneamiento de una entidad que trat¨® de encontrar una salida en los mercados internacionales, justo cuando en ¨¦stos se produc¨ªa la crisis de pagos de los pa¨ªses latinoamericanos y aumentaban los fallidos en todas las naciones.
Desde entonces se han modificado de manera sustancial las condiciones econ¨®micas en Espa?a y la pol¨ªtica econ¨®mica dise?ada por el Gobierno ha dado un importante vuelco. De una pol¨ªtica restrictiva y de altos tipos de inter¨¦s se ha pasado, por imperativos de la Administraci¨®n y porque las condiciones lo permiten, a una baja genralizada del precio del dinero, que ha dado al traste con las previsiones de quienes pensaban generar recursos suficientes para ir amortizando las p¨¦rdidas con estas diferencias de precios. Los m¨¢rgenes se han estrechado de manera decisiva, y en medio de la t¨ªjera ha vuelto a quedar atrapado el Banco Urquijo y quiz¨¢, algunas otras entidades. El esfuerzo por desinvertir parte de sus activos, en especial las participaciones de empresas, aunque ha sido fuerte, se ha revelado insuficiente, y la recuperaci¨®n de la entidad se ha mantenido en entredicho hasta finales de 1984, cuando Alejandro Albert inicia los contactos para una posible renegociaci¨®n de las ayudas recibidas.
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