Reagan consigue un ¨¦xito al hacer pasar en el Senado su proyecto de reforma fiscal
Ronald Reagan, despu¨¦s de conseguir en Tokio el triunfo de las posiciones econ¨®micas de Estados Unidos, logr¨® la semana pasada un importante ¨¦xito en el frente interno al dar su revolucionar¨ªa reforma fiscal un paso adelante en el Senado. Este a?o habr¨¢ una nueva ley de impuestos, que significar¨¢ una dr¨¢stica revoluci¨®n del complejo C¨®digo Fiscal norteamericano, que ser¨¢ simplificado y reducir¨¢ sensiblemente la carga fiscal de los ciudadanos. Reagan se apresur¨® el viernes a apoyar el proyecto aprobado por el Comit¨¦ de Finanzas del Senado que reduce los tipos fiscales para la renta de las personas f¨ªsicas de los actuales 15 a 2: un m¨ªnimo de un 15% y un m¨¢ximo de un 27%.
Esto supone casi partir por la mitad el actual tipo m¨¢ximo. Desaparecer¨¢n decenas de deducciones y agujeros que ahora permiten a los muy ricos y a las grandes empresas atenuar o incluso evitar su carga fiscal. Seis millones de contribuyentes dejar¨¢n de serlo.Si se confirma el impulso obtenido por la reforma fiscal en el Senado, la nueva legislaci¨®n har¨¢ que los norteamericarios paguen, por t¨¦rmino medio, un 6,2% menos en impuestos Sobre la renta. A cambio, las empresas, sobre todo las grandes, ver¨¢n aumentados sus, pagos a Hacienda entre 100.000 y 140.000 millones de d¨®lares m¨¢s en los pr¨®ximos cinco a?os. Esto ocurrir¨¢ a pesar de que la versi¨®n del Comit¨¦ de Finanzas del Senado reduce de un 46% a un 33% el tipo, impositivo m¨¢ximo aplicable a las empresas. Sin embargo, los expertos piensan que la mayor¨ªa del mundo de los negocios de EE UU apoyar¨¢ esta ley, cuya filosof¨ªa es recortar los impuestos a la mayor¨ªa de los ciudadanos, y tambi¨¦n a las corporaciones, para promover una mayor eficacia econ¨®mica, recuperando los ingresos perdidos con esta reducci¨®n con la dr¨¢stica eliminaci¨®n de los incentivos de que disfrutaban hasta ahora.
Aunque el proyecto que present¨® la Administraci¨®n hace ahora un a?o debe a¨²n superar varios obst¨¢culos legislativos y probablemente sufrir¨¢ modificaciones, republicanos y dem¨®cratas coinciden en que Reagan lograr¨¢ convertir en ley la reforma fiscal, que es su principal prioridad legislativa en pol¨ªtica interna y a la que ha calificado de "segunda revoluci¨®n" norteamericana: La Casa Blanca ha anunciado que el presidente har¨¢ lobby apoyando la versi¨®n del Comit¨¦ de Finanzas del Senado, que en junio pasar¨¢ al pleno de dicha C¨¢mara. La C¨¢mara de Representantes, dominada por los dem¨®cratas, ha apoyado un proyecto ligeramente diferente y que posteriormente deber¨¢ ser conciliado en una ley ¨²nica mediante una conferencia conjunta de las dos C¨¢maras.
En la industria, los grandes perdedores ser¨¢n las compa?¨ªas que emplean capital intensivo, las productoras de humo, como la siderurgia, que ver¨¢n desaparecer sus deducciones por inversiones en nuevos equipos.
Wall Street, preocupado
Wall Street est¨¢ preocupado porque la reforma aprobada la pasada semana por el Senado acaba con el tratamiento preferencial que tienen hoy las rentas de capital, que ser¨¢n tratadas igual que los ingresos ordinarios de las personas f¨ªsicas.Hasta ahora, el m¨¢ximo imponible para estas rentas era de un 20%. Esto afectar¨¢, si finalmente se aprueba, a los norteamericanos m¨¢s ricos cuya mayor parte de la renta procede de inversiones mobiliarias, hasta ahora muy bien tratadas.
El optimismo de la Administraci¨®n y de los legisladores, que s¨®lo hace unas semanas consideraban encallada y con pocas esperanzas de salvaci¨®n a la ley fiscal este a?o, contrasta con la decepci¨®n de los lobbystas, los profesionales de la presi¨®n legal sobre los pol¨ªticos y parlamentarios, que ven con aut¨¦ntico horror c¨®mo el Senado ha cerrado muchos agujeros y deducciones fiscales que beneficiaban a los intereses que ellos defienden.
"El jueves fue un d¨ªa de incredulidad y temor", afirm¨® el portavoz de uno de estos grupos de presi¨®n, que se quejan de que el proyecto da?a las deducciones que hasta ahora beneficiaban a los negocios de construcci¨®n y propiedad inmobiliaria (las inversiones en este campo estaban muy bien tratadas), a los bancos (desaparecen las deducciones de las populares cuentas de jubilaci¨®n), a los vendedores de coches (se reducen las deducciones fiscales de los intereses de los pr¨¦stamos) y a los hoteles y restaurantes (los gastos de las comidas de negocios s¨®lo son deducibles al 80%.). Se acabaron los almuerzos de ejecutivos de tres martinis.
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