Las angustias del magnate
Adnan Kashogui ha logrado moment¨¢neamente salvar sus propiedades en la Costa del Sol de la p¨²blica subasta gracias a la intervenci¨®n de un banco amigo saud¨ª. Adnan prefiere lavar los trapos sucios en casa. Medios financieros internacionales siguen considerando, sin embargo, que la situaci¨®n financiera del magnate es muy delicada, aunque algunos sospechan que m¨¢s por el ostentoso ritmo de vida que gusta llevar que por la dr¨¢stica ca¨ªda de sus ingresos.Existe la creencia generalizada de que el millonario no ha sido un inversor muy afortunado. Las cuantiosas inversiones de su Triad International, con sede central en Ginebra, en el sector inmobiliario, especialmente en EE UU (Salt Lake City), adem¨¢s de muy arriesgadas, exigen un per¨ªodo de maduraci¨®n muy largo, con los consiguientes apuros de liquidez y gastos financieros.
La actividad intermediadora en el gran mercado de las armas ha ca¨ªdo de forma dr¨¢stica, se?alan las fuentes consultadas. En lo que respecta a Espa?a, su actividad es casi nula en el ¨²ltimo a?o y medio, y bien que lo sienten muchos espa?oles, aparte del propio Kashogui, empezando por algunas empresas del sector p¨²blico. La sociedad Alk¨¢ntara que mantiene con el INI arrastra una vida l¨¢nguida desde hace al menos dos a?os, y su oficina, situada en el mismo edificio, est¨¢ pr¨¢cticamente desmantelada. Su imperio del ocio marbell¨ª sigue siendo eso: lugar de relajo de pasados o potenciales clientes. Sin embargo, se asegura que el magnate ha abierto una muy prometedora v¨ªa de intermediaci¨®n entre Espa?a y Suram¨¦rica.
Un comerciante nato
La situaci¨®n financiera de Arabia Saud¨ª a causa de la ca¨ªda de los precios del petr¨®leo es considerada uno de los factores del declive. Arabia ha sido el mercado ideal para este trader a quien no le han gustado nunca las peque?as operaciones de venta de morteros o munici¨®n. Kashogui, en opini¨®n de un conocedor, es un comerciante nato s¨®lo interesado en las grandes operaciones -tanques, patrulleras, camiones- bien montadas y mejor financiadas, donde las comisiones eran el aceite que hac¨ªa mover al un¨ªsono las distintas piezas. Todav¨ªa recuerdan en la Administraci¨®n espa?ola cuando el magnate intuy¨® el negocio de la venta de camiones militares a Egipto. Dos altos funcionarios espa?oles fueron recibidos por Sadat en El Cairo y casi cayeron de espaldas del susto cuan do el difunto presidente les dijo que s¨ª, que Egipto podr¨ªa necesitar unos 3.000 camiones... M¨¢s de los que Enasa-Pegaso hab¨ªa so?ado exportar en su existencia. Esas eran las operaciones que gustaban a Kasahogui y son las que hoy escasean.
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