El escritor sovi¨¦tico Vladimir Makanin admira a los curanderos
El autor de 'El profeta' experiment¨® personalmente, como el protagonista de su novela, los efectos de la brujer¨ªa
Vladimir Makanin, el escritor sovi¨¦tico cuya novela El profeta (titulada en ruso Predtecha) ha sido publicada recientemente en Espa?a (editorial Alfaguara), tiene una gran admiraci¨®n por los curanderos como los ejemplos reales en los que se inspira el protagonista imaginario de su obra, el ex presidiario Serguei Stepanovich Yakushkin.
El autor, que nos recibe en el domicilio moscovita donde vive con tres generaciones de su familia, tiene motivos para sentir admiraci¨®n e inter¨¦s por la medicina no oficial, coexistente en la URSS con el sistema estatal de salud. En 1973 sufri¨® un grave accidente automovil¨ªstico y s¨®lo el tratamiento al que le someti¨® un curandero ucraniano en una caba?a campesina consigui¨® sanarlo del todo, seg¨²n nos dice el escritor."Estuve tres a?os sufriendo", dice. "Me operaron varias veces y no consiguieron curarme. Finalmente acud¨ª a un campesino que ejerc¨ªa con m¨¦todos extrasensoriales. No era un curandero de moda. Estaba empezando y no admit¨ªa muchos pacientes".
Curado en cuatro meses
"Me trateaba muy mal", prosigue el novelista. "Me hac¨ªa sacar agua del r¨ªo y me daba masajes. En cuatro meses me cur¨®. Lo m¨¢s sorprendente para m¨ª fue la combinaci¨®n entre su gran talento natural y lo mal que se expresaba verbalmente ese campesino que no quer¨ªa cobrar nada, no mostraba inter¨¦s por los regalos y s¨®lo aceptaba una botella de vodka de cuando en cuando".Nacido en 1937, en Orosk, en los Urales, Makanin es un hombre alto y corpulento de movimientos algo torpes, que aparenta menos edad de la que tiene. Su actividad literaria, que suma 13 novelas, comenz¨® en 1967 con La l¨ªnea recta, una obra que inspir¨® tambi¨¦n una pel¨ªcula del mismo t¨ªtulo. Makanin, matem¨¢tico, ingeniero y cineasta de formaci¨®n, trabajaba en un instituto de cohetes militares hasta que se sinti¨® atra¨ªdo, primero por el cine, y luego por la literatura. Hoy es miembro de la Uni¨®n de Escritores de la URSS.
La bella muchacha de ojos grises, publicada a finales de los setenta, fue la novela que le dio fama internacional, y El profeta, aparecida en 1983 con una tirada de 100.000 ejemplares, le vali¨® una cr¨ªtica en el peri¨®dico Pravda que el escritor exhibe hoy con orgullo, como si en la Uni¨®n Sovi¨¦tica de Gorbachov eso fuese ya un aval para su obra.
La cr¨ªtica de Pravda, efectuada en 1984, en tiempos de Konstant¨ªn Chernenko, reconoc¨ªa, sin embargo, que Makanin es un autor de talento. Su obra aborda en tono sat¨ªrico y humor¨ªstico la realidad cotidiana de la gran ciudad sovi¨¦tica, con todos sus tedios e intentos de evasi¨®n, y es situada por los cr¨ªticos literarios en la l¨ªnea de Yuri Trifonov.
Tras su curaci¨®n a manos de campesino ucraniano, Makanin comenz¨® a interesarse por los parapsic¨®logos y los extrasens¨®logos y se introdujo en los clandestinos ambientes que rodean a estos personajes en la ciudad de Mosc¨², donde reside tambi¨¦n Zhuna Davitashvili, la curandera caucasiana que adquiri¨® fama por haber atendido a Le¨®nidas Breznev.
Una figura dram¨¢tica
"Conoc¨ª a uno que hab¨ªa estado tres a?os en la c¨¢rcel por ejercer la medicina ilegalmente. Sus alumnos le proteg¨ªan para que no le detuvieran de nuevo. El curandero es una figura dram¨¢tica, tr¨¢gica", afirma.Serguei Stepanovich Yakushkin, el h¨¦roe bohemio, vividor y pose¨ªdo de su novela, es una especie de m¨¢rtir, nos dice: "La sociedad le declara loco como en su d¨ªa persigui¨® a cient¨ªficos como Galileo o Cop¨¦rnico".
Una nueva narraci¨®n de Makanin acaba de ser publicada por la revista Novi Mir, la publicaci¨®n literaria de m¨¢s prestigio de la URSS. Ello llena de satisfacci¨®n y esperanza a este autor que en los ¨²ltimos tres a?os no hab¨ªa conseguido publicar ninguna obra.
"La situaci¨®n literaria ha mejorado mucho, pero no sabemos por cu¨¢nto tiempo. En Rusia, los inviernos son largos y los veranos cortos. El verano de Nikita Jruschov fue muy corto, y el invierno de Le¨®nidas Breznev, muy largo. De momento, estamos en verano y deseamos que dure", concluye Makanin.
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