Los restos ser¨¢n inhumados ma?ana en las Descalzas Reales de Madrid
"Siento una enorme rabia, a¨²n no me lo puedo explicar. No ha sido una imprudencia por parte de mi hermano ni creo que haya habido negligencia por parte de los organizadores". Con estas palabras Gonzalo de Borb¨®n, aguant¨¢ndose las l¨¢grimas, explicaba ayer tarde en Denver sus sentimientos minutos antes de embarcar con el cad¨¢ver de su hermano en un DC-8 de la Fuerza A¨¦rea espa?ola. Los Reyes asistir¨¢n el jueves a una misa funeral de corpore in sepulto por su alma, y hoy el cad¨¢ver del Alfonso de Borb¨®n ser¨¢ conducido al convento de las Descalzas Reales."No quiero culpar a nadie", a?adi¨® Gonzalo que ten¨ªa a su lado a un lloroso Marqu¨¦s de Villaverde, ex yerno de Alfonso de Borb¨®n. Gonzalo dijo a un grupo reducido de periodistas: "Dudo que pudiera hacerse algo para impedir el accidente".
Gonzalo vio el cad¨¢ver de su hermano, traje gris, camisa blanca, corbata rojiza, perfectamente maquillado y embalsamado por la funeraria Tomford, del cercano pueblo de Idaho Spring. El ex presidente norteamericano Gerald Ford, que tiene una casa de descanso en Vail, hab¨ªa enviado una corona a la funeraria, donde el cad¨¢ver pudo verse en el f¨¦retro semiabierto.
Ocho miembros de la Federaci¨®n Internacional de Esqu¨ª formaci¨®n un pasillo de honor a la salida de la caja rumbo al aeropuerto, desde donde el DC-8 con los restos mortales emprendi¨® el vuelo de regreso a Espa?a.
"El Rey estaba terriblemente afectado cuando me llam¨® a las tres y cuarto de la madrugada de martes para comunicarme que mi hermano hab¨ªa muerto", declar¨® Gonzalo de Borb¨®n. "Horas antes el Rey me hab¨ªa llamado; le dije Juan?to que pasa y me comunic¨® que Alfonso hab¨ªa tenido un accidente".
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