Termina el contrato de gesti¨®n de Las Ventas

La Comunidad de Madrid propietaria de Las Ventas, ha decidido no prorrogar el contrato de cogesti¨®n de la plaza, que manten¨ªa con la empresa Toros Madrid, cuyo consejero delegado es Manuel Chopera. Antes de finalizar esta tempo rada la Comunidad convocar¨¢ concurso para adjudicar la pla za a partir de 1990.Ram¨®n Espinar, consejero de Cultura de la Comunidad, y el empresario, llegaron al acuerdo de no prorrogar su vinculaci¨®n, medida que habr¨ªa sido posible en virtud de la cl¨¢usula primera del actual contrato. Este era una pr¨®rroga del firmado a principios de 1986 y cuya vigencia era de tres temporadas, con la posibilidad de ampliarlo dos m¨¢s. El plazo para la segunda pr¨®rroga finalizaba ma?ana.

En el acuerdo se se?ala que se ha tenido en cuenta la opini¨®n de la afici¨®n madrile?a de variar las condiciones de explotaci¨®n de la plaza, lo cual hace necesario convocar nuevo concurso. La Comunidad resalta que "es de justicia reconocer p¨²blicamente la labor profesional realizada por Chopera y su constante af¨¢n de superaci¨®n, que ha permitido elevar, a?o tras a?o, los resultados tanto art¨ªsticos como econ¨®micos, as¨ª como la perfecta armon¨ªa y transparencia en que se han desarrollado las relaciones contractuales".

Rafael de Paula, que a la muerte del cuarto toro entr¨® en la enfermer¨ªa con muestras de dolor y cojeando por una lesi¨®n en su pierna izquierda, comentaba que no sab¨ªa si su actuaci¨®n fue buena o mala. "Eso que lo diga el p¨²blico y la cr¨ªtica; a m¨ª, por ser parte interesada, no me van a creer". Agregaba que intent¨® hacer su toreo de sentimiento en su segundo enemigo, al que calific¨® de dif¨ªcil "porque miraba m¨¢s a las hombreras que al enga?o".

La distensi¨®n con rotura de fibras en los m¨²sculos gemelos que sufri¨® se la produjo en su ultima actuaci¨®n en Pamplona y ayer se le reprodujo. Abandon¨® la enfermer¨ªa sin subir a saludar al Rey, para lo que previamente pidi¨® permiso.

Dom¨ªnguez, que afirmaba que el cuarto toro fue el mejor de la tarde, consideraba justa la oreja que cort¨® pese a algunas protestas: "Se han dado en la pasada feria orejas despu¨¦s de estocadas mucho peores que la m¨ªa". Parada, que se quejaba del p¨¦simo juego de su lote, entend¨ªa que le protestaran el bajonazo del segundo, por el que ped¨ªa perd¨®n: "En el resto de mi actuaci¨®n el p¨²blico ha estado muy cari?oso".