'Guerra sucia' electoral, en Brasil
A 15 d¨ªas de los comicios presidenciales, los candidatos se enzarzan en insultos y peleas en los m¨ªtines
Brasil ya conoce su guerra sucia. En los momentos finales de la campa?a para las elecciones presidenciales, que se celebrar¨¢n el 15 de noviembre, los principales candidatos olvidan los argumentos y se dedican a los insultos y las peleas callejeras. Los pol¨ªticos acuden con frecuencia a los m¨ªtines del contrario para buscar la provocaci¨®n.
Mi¨¦rcoles 25 de octubre, a las cuatro de una tarde llena de sol y calor: los miles de personas que pasan por la avenida de R¨ªo Branco, la m¨¢s c¨¦ntrica de R¨ªo de Janeiro, asisten a un espect¨¢culo ins¨®lito. Sobre un tractor, sonriendo y satisfecho, Ronaldo Callado, el candidato de la Uni¨®n Democr¨¢tica Ruralista, un grupo de derechas, interrumpe el tr¨¢fico y quiere dirigir su mensaje a la gente.Pero tiene mala suerte el se?or Callado, al que sus adversarios llaman "asesino" por la actuaci¨®n del grupo que dirige en los conflictos entre propietarios rurales y campesinos en varias partes de Brasil. De distintas calles cerca de la avenida de R¨ªo Branco surgen grupos del Partido de los Trabajadores (PT) y del Partido Democr¨¢tico Travalhista (PDT), partidos de izquierda. En pocos minutos empieza un implacable bombardeo de bolsas de pl¨¢stico con orina, excrementos, piedras, palos e insultos sobre el candidato de derecha. Pocos metros m¨¢s adelante, en la misma avenida de R¨ªo Branco, hay una plaza que los habitantes conocen como Brizolandia, una especie de santuario de pocos metros cuadrados donde s¨®lo pueden estar militantes del PDT, el partido del ex gobernador de R¨ªo y segundo colocado en las encuestas de opini¨®n Leonel Brizola. Los intrusos son amenazados f¨ªsicamente si intentan ingresar en este territorio libre.
La Brizolandia es, a peque?a escala, lo que se designa aqu¨ª como corral electoral. Algunos candidatos, como Luis Ignacio Lula da Silva, del PT, tienen muy bien definidos esos corrales. Las zonas industriales alrededor de la metr¨®poli de S¨¢o Paulo, por ejemplo. Fernando Collor de Mello, el favorito en las encuestas, mantiene reductos electorales en las zonas agrarias m¨¢s primitivas del noreste del pa¨ªs. En las calles ocupadas por peque?os comerciantes y gente de clase media el turco Paolo Salin Makif, otro candidato con alguna posibilidad, es imbatible. Brizola reserv¨® para s¨ª varias de las famosas favelas de R¨ªo.
"Cobarde y ladr¨®n"
A pocos d¨ªas para la primera vuelta de las elecciones, los candidatos se dedican a hacer propaganda y tener contacto directo con los electores en los corrales de los adversarios. Esto proporciona a los peri¨®dicos casi todos los d¨ªas grandes titulares sobre choques entre militantes de diversos partidos. Collor desafi¨® a Brizola y fue a visitar la tristemente celebre favela de Rosinha, en R¨ªo. Brizola pronuncia discursos frente a las f¨¢bricas en S¨¢o Paulo. Lula se fue a conquistar votos en el interior del Noreste, mientras Maluf desaf¨ªa a todos, ora llamando a Brizola "cobarde y ladr¨®n" o a Lula, o Collor, o Callado, "corruptos".Los que est¨¢n arriba en las encuestas son los blancos predilectos. Cuando un candidato neoliberal, Afif Domingos, tambi¨¦n se puso entre los segundos colocados (hay cinco en esta posici¨®n, todos detr¨¢s de Collor) recibi¨® de todas partes de una lluvia de ataques que iban de la cr¨ªtica (poca) a sus ideas a los insultos (muchos) a su conducta personal o su peinado.
En el ¨²ltimo debate televisivo, la presentadora tuvo que meter publicidad como ¨²nica forma de calmar a los caballeros candidatos, que otra vez m¨¢s se lanzaban ataques de bajo nivel. El senador Mario Covas es uno de los pocos que no participan de este tipo de batalla, pero, aun teniendo posibilidad matem¨¢tica de llegar a la segunda vuelta de las elecciones, en diciembre, la principal cr¨ªtica que se hace a su campa?a es que no ha sido capaz de entusiasmar a los electores.
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