Baresi y el rigor de la estad¨ªstica

El f¨²tbol no acaba de ajustarse a las leyes de los n¨²meros, aunque algunas cifras retraten con precisi¨®n el estado del juego. Los datos muestran, por ejemplo, que el f¨²tbol espa?ol se sit¨²a al lado del conflicto y se pelea con la eficacia: cuatro equipos eliminados, cuatro jugadores expulsados en la jornada europea y diecinueve el pasado domingo en las dos divisiones nacionales m¨¢s importantes. Tambi¨¦n indican que el Mil¨¢n se benefici¨® en 24 ocasiones de su maestr¨ªa para practicar el fuera de juego. El guarismo explica el enorme trabajo t¨¢ctico de Sacchi y la atenci¨®n de sus jugadores, pero no acaba de reflejar la confusi¨®n psicol¨®gica que esta estrategia provoca en el rival.
La nueva religi¨®n estad¨ªstica que ha llegado de la otra orilla del Atl¨¢ntico ofrece un material bruto que no puede desentra?arse con cifras y porcentajes. Es cierto que Baresi toc¨® el bal¨®n en 32 ocasiones y que s¨®lo lo perdi¨® en cuatro, cifras que hablan de su condici¨®n como supremo director del Mil¨¢n y de su extraordinaria seguridad. ?Pero c¨®mo explica un n¨²mero el perfecto rechace de cabeza que ofreci¨® en un centro de Michel que convocaba al gol?. Eso no fue un cruce, fue una obra de arte, sobre todo por que encontr¨® tiempo para pensar, escoger su posici¨®n, doblarse como un gimnasta y repeler el bal¨®n.
Perfecci¨®n
M¨¢s a¨²n, no hay un n¨²mero en el mundo que explique su capacidad de mando, la perfecci¨®n de su movimientos y la gravedad de su presencia entre los adversarios. Hugo pudo comprobar la gigantesca influencia del mago Baresi. El delantero mexicano ofreci¨® cifras dignas -jug¨® la pelota en quince ocasiones, s¨®lo la perdi¨® en tres y sac¨® dos remates-, pero en ning¨²n momento fue capaz de desequilibrar psicol¨®gicamente al l¨ªbero italiano. Y nadie puede discutir la extraordinaria, importancia que tiene el factor de intimidaci¨®n en el juego de Hugo.En este apartado de las cosas intangibles queda el mundo que recrea Marco Van Basten en el campo. El gigate holand¨¦s manej¨® el bal¨®n 28 veces, lo perdi¨® en siete ocasiones y sufri¨® cinco faltas. La estad¨ªstica dice que perdi¨® un bal¨®n por cada cuatro que toc¨®; no dicen, sin embargo, los n¨²meros que fue martirizado y, sobre todo, no dice que su armon¨ªa como jugador es un monumento al f¨²tbol.
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