Mi estimada esposa
Juan Cascos es acusado de la muerte de su mujer tras descubrirse que ten¨ªa 10 seguros de vida por valor de 134 millones
Es una peque?a esquela en el diario de L¨¦rida Segre. "Mar¨ªa Jes¨²s Sosa Ponce, la Uni¨®n de Radioaficionados de L¨¦rida ruega una oraci¨®n por el eterno descanso de su alma".
Para enterarse de c¨®mo hab¨ªa muerto, los vecinos de L¨¦rida tuvieron que leer el habitual balance de accidentes de tr¨¢fico, publicado en el Diari de Tarragona: ... por otra parte, Mar¨ªa Jes¨²s Sosa Ponce, de 37 a?os de edad, y vecina de L¨¦rida result¨® muerta a las 2.20 horas del pasado domingo (29 de abril) en el t¨¦rmino de Sarral. El accidente ocurri¨® en el kil¨®metro 9,600 de la carretera TP 2311 cuando un turismo con matr¨ªcula L 1140 L se sali¨® de la v¨ªa y se despe?¨®. El conductor, J. C. G., de 39 a?os, y marido de la v¨ªctima, result¨® con heridas leves. Aquel puente del 1 de mayo fue tr¨¢gico en la carretera...
El 18 de enero, J. C. G. sale de su casa de L¨¦rida con un hombre a cada lado. Van juntos, pero no se hablan.
En comisar¨ªa le leen los cargos: parricidio, perpetrado ocho meses antes, un 29 de abril en una carretera comarcal, ?Lo recuerda? J. C. G. se convierte en Juan Cascos Gallardo. Durante dos horas es interrogado delante de su ahogado defensor, Antoni Riba.
La polic¨ªa intenta demostrar que el viudo mat¨® a su mujer, la meti¨® en un coche, lo empuj¨® por el barranco de una carretera solitaria, lo quem¨® y empez¨® a tramitar el cobro de seguros de vida por valor de 134 millones, de los que ha cobrado 60. Juan Cascos niega todo: "La muerte de mi mujer se produjo en un accidente que le puede ocurrir a cualquiera..."
Sin embargo, se?or abogado, su cliente cay¨® en varias contradicciones, dijo que hab¨ªa cobrado 30 millones por los seguros y eran ya 60; que hab¨ªa dado 15 para un chal¨¦, y eran 25; tambi¨¦n duda sobre la falta de auxilio a su mujer. ?No son muchas contradicciones?
Carretera solitaria
Toma la palabra el abogado defensor, Antoni Riba:, "En absoluto ?Usted recuerda lo que le ocurri¨® hace ocho meses? Es dificil y menos cuando se sufre un impacto tan fuerte como la muerte de un familiar. La memoria tambi¨¦n depende de la capacidad de cada personas". Se?or abogado, es sospechoso que a las tres de la madrugada su cliente, el conductor Juan Cascos, procedente de una discoteca de Salou y con direcci¨®n a L¨¦rida, deje la autopista para meterse en una carretera comarcal, solitaria y, adem¨¢s, 12 kil¨®metros m¨¢s larga.
"Todos los automovilistas sabemos", argumenta la defensa, que la autopista produce somnolencia; mi cliente, como agente comercial que es y que utiliza mucho el coche, conoce bien las carreteras, y seguramente prefiri¨®, a esas, horas de la noche, coger una comarcal, que siempre exige mayor atenci¨®n que la monoton¨ªa de la autopista. De cualquier forma creo que la ley no penaliza por escoger una u otra carretera...".
Su cliente declar¨® que se despist¨® en una curva y que el coche se precipit¨® al barranco; sin embargo, la polic¨ªa dice que el coche ten¨ªa metida la marcha atr¨¢s...
"No es algo tan raro", ataja la defensa. "En un momento as¨ª es comprensible cualquier error".
Entonces el coche cae, Mar¨ªa Jes¨²s Sosa muere carbonizada y Juan Cascos sale ileso, sin una quemadura. ?No es extra?o?
La defensa aporta pruebas de que no sale ileso: "Mi cliente estuvo dos meses de baja, y llev¨® colocado un collar¨ªn por un problema de cervicales"
Su cliente tambi¨¦n dice que iba a 70 kilometros por hora en el momento del accidente. Seg¨²n los peritos, el coche iba de 0 a 20 kil¨®metros por hora; en un terrapl¨¦n de 15 metros, el coche se par¨® en un ca?izo a cuatro metros del asfalto. Parece, por tanto, que fue empujado.
Para la defensa es s¨®lo la hip¨®tesis de un perito. "Nosotros tambi¨¦n aportaremos los dict¨¢menes de otros peritos. Pese a los informes, lo cierto es que hay muchos accidentes que no tienen explicaci¨®n l¨®gica, pero que ocurren".
El incendio debi¨® ser rapid¨ªsimo para que la v¨ªctima no tuviera tiempo de salir del coche; por otra parte, seg¨²n el ¨²ltimo informe, ni siquiera volc¨® el coche y debajo de ¨¦l se encontraron folletos de muebles, como si los hubieran sacado de su interior para preparar el fuego. Adem¨¢s, se incendia el coche, pero el tanque de gasolina est¨¢ intacto...
"Esos mismos peritos", corta la defensa, "no han dicho que sea imposible un incendio tan r¨¢pido".
Mar¨ªa Jes¨²s Sosa sufr¨ªa depresiones, hab¨ªa sido internada varias veces en un psiqui¨¢trico y su marido declar¨® en cierta ocasi¨®n que su mujer "normalmente estaba embriagada...".
Matar por eso
"Mire usted", tercia el abogado defensor, "en todos los matrimonios hay desavenencias, y hay divorcios y separaciones, y asociaciones de mujeres maltratadas, pero de ah¨ª a matar al c¨®nyuge va un trecho. La gente no se dedica a matar por eso".
Juan Cascos, ya como viudo, hab¨ªa sacado el t¨ªtulo de piloto, compr¨® otro Mercedes -ya tiene dos- y compr¨® un chal¨¦. Su tren de vida mejor¨® sustancialmente tras el accidente de tr¨¢fico...
Es el turno de la defensa: "Mi cliente siempre tuvo una posici¨®n desahogada. Vino a L¨¦rida desde su Badajoz natal; empez¨® desde cero y est¨¢ considerado como un profesional muy competente. Y me parece normal que el dinero se invierta o se gaste".
Parece que se iba a casar otra vez...
"Eso no viene al caso. Ah¨ª no vamos a entrar", anuncia la defensa. "Toda persona tiene derecho a rehacer su vida, y m¨¢s despu¨¦s de un golpe tan fuerte como la p¨¦rdida de un f¨¢miliar".
El atestado del accidente se archiv¨® como cualquier otro; pero en noviembre, seis meses despu¨¦s de la muerte de su esposa, Juan Cascos visita la oficina de la Generalitat encargada de recaudar los impuestos por transmisiones patrimoniales. Al funcionario le llama la atenci¨®n que pague impuestos por siete seguros de vida suscritos por la v¨ªctima. Entonces la polic¨ªa empieza a investigar: afortunadamente, el coche sigue en el barranco; el cad¨¢ver se exhuma, pero parece demasiado tarde; quedan muchas coincidencias: esos seguros de vida suscritos por la v¨ªctima en beneficio de su marido. Son cuatro p¨®lizas de seguros, m¨¢s tres planes de jubilaci¨®n con indemnizaci¨®n por muerte...
Firma falsificada
"?l era un agente comercial", expone la defensa. "Las personas que viajan mucho, normalmente se hacen seguros. Me habla de los seguros que ten¨ªa su se?ora, es l¨®gico que los tuviera, porque ella viajaba con su marido; pero tambi¨¦n ¨¦l ten¨ªa suscritos seguros a beneficio de su se?ora".
-Pero falsifica la firma de su mujer...
-"Eso es habitual entre matrimonios"...
Aparte de estas siete p¨®lizas, su cliente pide un cr¨¦dito para comprar acciones con seguro de vida, y otro cr¨¦dito de un mill¨®n para meterlo en una cuenta corriente que lleva incorporado un seguro de vida por un importe doble al saldo medio del ¨²ltimo trimestre. Por cierto que su cliente fall¨® en esta inversi¨®n, porque al ir a reclamar el dinero, le dijeron en el banco que esa oferta se hab¨ªa anulado. En total, fallidos o no, nueve seguros. Se?or abogado defensor, parece sospechoso endeudarse por cosas sin rentabilidad a corto plazo.
"Hay gente obsesionada por hacerse seguros. Mi cliente adem¨¢s de seguros, ten¨ªa planes de jubilaci¨®n y jugaba en bolsa con las acciones. ?Hay que condenar a todos los que hacen eso? No se si me explico".
Hombre, pero despu¨¦s de 20 a?os de matrimonio, hacerse nueve seguros de vida en los ¨²ltimos seis meses, es, al menos, coincidencia...
"Todo tiene su explicaci¨®n, que no expondr¨¦ ahora y s¨ª en su momento, pero, en cualquier caso, no est¨¢ tipificado en el c¨®digo penal hacerse seguros de vida".
Finalmente, alquila un coche Volkswagen Polo cuando el suyo, un Mercedes, estaba reparado...
La defensa lo justifica: "Quer¨ªa que se lo repintaran, porque no hab¨ªa quedado bien".
El alquiler del coche lo paga con su tarjeta Visa Oro. Desde enero de 1989, o sea cuatro meses antes del accidente, el pago del alquiler de un coche con ese tipo de tarjeta lleva aparejado un seguro de vida de 75 millones. Son 10 seguros...
"Son indicios, indicios, indicios", zanja la defensa, "ni una sola prueba, y por ello pedir¨¦ la inmediata libertad de mi defendido".
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