Unos m¨¢s iguales que otros
Los marginados de 7 autonom¨ªas tendr¨¢n derecho a percibir un m¨ªnimo de 30.000 pesetas mensuales
Los Gobiernos auton¨®micos han comenzado a incluir en sus funciones la implantaci¨®n de un ingreso m¨ªnimo para la poblaci¨®n marginada. Actualmente, lo que se ha dado en llamar salario social es una realidad en siete comunidades aut¨®nomas mientras que se est¨¢ negociando en dos m¨¢s. Los criterios que definen qui¨¦n es lo suficientemente pobre para recibir a fondo perdido un m¨ªnimo mensual y a cu¨¢nto ascienden estas rentas son diferentes en cada autonom¨ªa. En estos momentos el 36% de la poblaci¨®n espa?ola no tiene reconocido a¨²n este derecho.Por el momento, ya hay tres comunidades en las que el salario social est¨¢ en marcha: Euskadi, Navarra y Cantabria. En otras cuatro, Madrid, Valencia, Andaluc¨ªa y Catalu?a ha habido recientes acuerdos que permitir¨¢n su implantaci¨®n a lo largo de este a?o.
Otras dos comunidades, Asturias y Arag¨®n, han dado su aprobaci¨®n pol¨ªtica y cuentan con previsiones para el salario social en sus presupuestos para 1990, pero no han tomado a¨²n una decisi¨®n sobre su cuant¨ªa. En las restantes comunidades aut¨®nomas, el salario social est¨¢ en periodo de negociaci¨®n. En todos los casos, la cuant¨ªa del salario social ronda las 30.000 pesetas mensuales y, en cualquier caso, no puede superar el salario m¨ªnimo interprofesional. Con este salario, Espa?a est¨¢ a la cola de Europa, donde se va de las 89.000 pesetas de Dinamarca a las 45.000 del Reino Unido.
En cada una de estas autonom¨ªas, la regulaci¨®n del salario social es distinta. El caso de Navarra es el m¨¢s antiguo, ya que desde 1982 dispone de ayudas econ¨®micas a familias y de programas de inserci¨®n en actividades p¨²blicas.
La primera autonom¨ªa en implantar el salario social en su acepci¨®n actual es el Pa¨ªs Vasco, con la regulaci¨®n de un ingreso m¨ªnimo familiar por un decreto de 1989 incluido dentro de un Plan Integral de la Lucha contra la Pobreza. Su cuant¨ªa era de 30.000 pesetas por unidad familiar, m¨¢s 5.000 pesetas por cada miembro del hogar, y una duraci¨®n m¨¢xima de 12 meses.
Requisitos
El consejero de Trabajo del Gobierno vasco manifest¨® recientemente su satisfacci¨®n por el funcionamiento del programa, al considerar que 600 de los 5.218 beneficiarios del salario social hab¨ªan salido de la situaci¨®n de marginalidad. Para percibir estos ingresos, los marginados deben comprometerse a salir de su estado de indigencia.Los requisitos para recibir estos ingresos m¨ªnimos var¨ªan seg¨²n las comunidades. Resulta m¨¢s dificil acceder a este derecho en Cantabria, donde se les exige estar empadronados desde hace m¨¢s de cinco a?os, tener entre 26 y 65 a?os o ser menor con hijos a cargo y se les exige el compromiso de salir de la marginaci¨®n. El techo m¨¢s alto de edad es el del Pa¨ªs Vasco, en donde se pueden tener hasta 67 a?os.
En la mayor¨ªa de las autonom¨ªas se insiste en que estos ingresos son de car¨¢cter familiar, el caso m¨¢s expl¨ªcito es el vasco, en el que el decreto expresa que "se dedica exclusivamente este ingreso a familias, dejando la atenci¨®n a los individuos" a otros programas. En Andaluc¨ªa el contenido hace referencia a "situaciones individuales y familiares".
En todas ellas se contempla la ayuda para menores de 25 a?os con hijos a cargo.
A la hora de establecer los ingresos m¨ªnimos, los hijos tienen un valor distinto en cada comunidad, aunque la mayor¨ªa establece que son 5.000 pesetas mensuales las que se dan por cada miembro de la familia, al margen del beneficiario. La tasa andaluza es de 4.000 pesetas por ascendiente o descendiente, y en Catalu?a y Madrid pagan m¨¢s por el primer hijo que por el ¨²ltimo.
En la primera fase de la concertaci¨®n cerrada el pasado viernes, el Gobierno central se ha negado repetidamente a asumir el salario social por considerar que no hace m¨¢s que aumentar la marginalidad. Ese argumento no s¨®lo ha sido repetido hasta la saciedad por el ministro de Trabajo, Manuel Chaves, sino tambi¨¦n por la responsable del ministerio de Asuntos Sociales, Matilde Fern¨¢ndez, quien ha sido a¨²n m¨¢s expl¨ªcita al declarar ante los medios de comunicaci¨®n: "Prefiero darles la ca?a y no el pez".
Al declinar el Gobierno central la responsabilidad sobre el salario social, ¨¦sta ha reca¨ªdo sobre las autonom¨ªas. Sin embargo, las partes no se ponen de acuerdo respecto a qui¨¦n corresponder¨ªan las competencias en el asunto. Los sindicatos han incluido la cuesti¨®n en las negociaciones sobre concertaci¨®n.
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