Las peripecias de una biblioteca
Cuando la polic¨ªa germano-espa?ola se aplica al pillaje sistem¨¢tico de Villa Ed¨¦n desprecia la magn¨ªfica y abundante biblioteca de Manuel Azafia. Quiz¨¢ porque los de la Gestapo no saben leer castellano, quiz¨¢ porque la polic¨ªa no es excesivamente letrada. Quiz¨¢, y es lo m¨¢s probable -puestos a pillar, mejor llev¨¢rselo todo-, porque los libros no les caben en el ¨²nico cami¨®n dispuesto por la autoridad ocupante para el evento. Los libros -muchos y buenos de don Manuel, en parte heredados de su abuelo y su padre, probablemente anotados por ¨¦l mismo- se quedan, pues, intactos en Villa Ed¨¦n (Pyla-sur-Mer, Arcachon).Tres semanas despu¨¦s de la muerte de Aza?a -3 de noviembre de 1940- y a algo m¨¢s de cuatro meses del grosero primer expolio policial, un diplom¨¢tico de la carri¨¨re, el c¨®nsul de la Espa?a franquista en Burdeos, alentado por Mario de Pini¨¦s, minitro consejero de la Embajada en Par¨ªs, intenta una segunda edici¨®n, m¨¢s selectiva y minuciosa que la b¨¢rbara irrupci¨®n policial en el santuario de Manuel Aza?a:
"Querido t¨ªo Mario: con referencia a tu comunicaci¨®n acerca de los objetos que pudieran encontrarse en la casa de Aza?a en Pyla (libros, c¨®dices, etc¨¦tera) solicit¨¦ y obtuve un mandato para entrar en dicha casa, y lo obtuve (sic) ",escribe el c¨®nsul Beltr¨¢n Manrique. Ha consegu¨ªdo la orden de registro de la polic¨ªa petenista, que le acompa?a. "He estado dos ma?anas completas con la polic¨ªa", contin¨²a, "y he mirado todo lo que la casa contiene".
Villa Ed¨¦n, hoy llamada Bella Costa, se encuentra en Pyla sur-Mer, prolongaci¨®n tur¨ªstica de Arcachon, la villa que ha intentado desbancar a Biarritz. Es una gran mansi¨®n de tres plantas. No es de extra?ar clue al c¨®nsul bordel¨¦s le lleve tiempo la pesquisa. "Obras de arte no hay ninguna. Aquello es una verdadera birria", prosigue Beltr¨¢n igualmente, y con minuciosidad, la biblioteca y encontr¨¦ una barbaridad de libros, todos con car¨¢cter particular, pero nada de c¨®dices miniados ni tesoros que puedan pertenecer al Estado. Hab¨ªa 22 cajones de libros sin abrir. Sellamos la habitaci¨®n que los conte n¨ªa". El incondicional sobrin¨ªsimo" de Pini¨¦s. que as¨ª se fir ma, concluye: "Registramos con toda minuciosidad y no encontramos nada interesante en el sentido antes indicado; eso s¨ª, la biblioteca, repito, es valios¨ªsima y copios¨ªsima". 1958. Cipriano Rivas Cherif se presenta en Pyla-sur-Mer y formaliza la venta de Villa Ed¨¦n, que Aza?a hab¨ªa comprado por 500.000 francos franceses y puesto a nombre de su cu?ada Adelaida, hermana soltera de Rivas. (Los compradores convertir¨¢n la mansi¨®n en hotel. En 1967 se subdivide en varios apartamentos en los que, entre playa y pinares, los petits bourgeoises de la comarca habitan permanentemente o pasan los fines de semana).
Pero ?qu¨¦ ocurre con la espl¨¦ndida biblioteca de don Manuel? Cipriano Rivas la deposita en un anticuario de Arcachon. Despu¨¦s se pierde el rastro y nadie parece saber nada. Con todas las cautelas se puede apuntar un dato: este suculento manjar para cualquier bibli¨®filo, y m¨¢s para los aza?¨®logos, se encontrar¨ªa en la biblioteca del Senado franc¨¦s. Su actual responsable, Jean Becarud, notable experto en Aza?a, podr¨ªa desmentir o confirmar lo que de momento s¨®lo es una modesta intuici¨®n.
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