Clinton contar¨¢ con un Congreso adicto para sacar adelant¨¦ su plan de cambio
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El presidente electo de EE UU, Bill Clinton, anunci¨® una nueva era de crecimiento econ¨®mico, mayor justicia social y unidad nacional para reconstruir el pa¨ªs y asegurar el liderazgo norteamericano en el siglo XXI. La victoria del candidato dem¨®crata, que pone f¨ªn a 12 a?os de conservadurismo, abre un periodo de transici¨®n en la Casa Blanca en el que el presidente George Bush ha prometido contribuir para que las reformas de Clinton sean aplicadas con la mayor, urgencia posible. El triunfo de los dem¨®cratas en las elecciones al Congreso (en cuyas dos c¨¢maras conservan la mayor¨ªa) da al partido el control sobre los principales ¨®rganos de Gobierno en Washington y puede facilitar el cambio que pretende el gobernador de Arkansas.
Todo lo ocurrido en la noche electoral del 3 de noviembre contribuye poderosamente a dar la impresi¨®n de que una profunda transformaci¨®n se est¨¢ produciendo en la sociedad norteamericana: el regreso dem¨®crata a la Casa Blanca, su mantenimiento, del control del Congreso, el dominio de la mayor¨ªa de los Gobiernos estatales, la llegada al Parlamento de mujeres y representantes de minor¨ªas raciales en proporciones nunca conocidas en la historia, la derrota del refer¨¦ndum sobre la pena de muerte y el triunfo en la consulta sobre el derecho al aborto.Bill Clinton, de 46 a?os, obtuvo, seg¨²n los resultados definitivos, 370 de los 538 compromisarios que integran el colegio electoral, que es quien elige presidente. Con el 43,2% del voto popular y 44 millones de votos, cerca de seis millones de ventaja sobre George Bush, Clinton alcanz¨® el mayor triunfo de un candidato dem¨®crata desde 1964, con la victoria de Johnson sobre Goldwater. El candidato independiente Ross Perot sorprendi¨® con un resultado muy alto, un 19% de la votaci¨®n, m¨¢s de 19 millones de sufragios. Seg¨²n proyecciones de las cadenas de televisi¨®n, la participaci¨®n fue de un 54%, porcentaje que no se registraba desde los a?os sesenta.Clinton advirti¨® ayer a los adversarios de EE UU para que no traten de aprovechar este periodo de transici¨®n para atacar los intereses norteamericanos, en referencia a Irak, que celebr¨® con estr¨¦pito la derrota de Bush.Pasa a la p¨¢gina 3 M¨¢s informaci¨®n en las p¨¢ginas 2 a 11Editorial en la p¨¢gina 16 Art¨ªculo de Bill Clinton en la p¨¢gina 17
Clinton apela a EE UU a luchar por un futuro mas justo
Viene de la primera p¨¢gina"Esta elecci¨®n es un claro llamamiento de nuestro pa¨ªs para hacer frente a los desaf¨ªos del final de la guerra fr¨ªa y el comienzo del pr¨®ximo siglo; para restaurar el crecimiento de nuestra naci¨®n y las oportunidades de nuestro pueblo; para dar el poder a la gente con el fin de que pueda asumir responsabilidades sobre sus propias vidas; para hacer frente a los problemas ignorados durante tanto tiempo, desde el sida hasta el medio ambiente pasando por la reconversi¨®n de nuestro pa¨ªs de un gigante militar hacia un gigante econ¨®mico", dijo Clinton en su discurso de aceptaci¨®n de la victoria en la madrugada electoral de Little Rock (Arkansas), junto a su esposa Hillary y su hija, Chelsea.
El presidente Bush, que reconoci¨® su derrota tres horas despu¨¦s del cierre de los primeros colegios electorales, dese¨® lo mejor a Clinton en la presidencia y prometi¨® que estar¨¢ a su lado "para hacer el trabajo que haya que hacer con el fin de que esta naci¨®n sea la m¨¢s grande del mundo". Barbara Bush derram¨® unas l¨¢grimas mientras su esposo pronunciaba las citadas palabras.
Ross Perot, que anunci¨® que seguir¨¢ en la actividad pol¨ªtica tras su ¨¦xito electoral, tambi¨¦n dijo que est¨¢ dispuesto a colaborar con el nuevo inquilino de la Casa Blanca. El presidente electo recibi¨® asimismo la felicitaci¨®n de numerosos jefes de Estado y de Gobierno extranjeros, entre ellos el primer ministro japon¨¦s y el presidente ruso, que, antes de las elecciones, hab¨ªan expresado su preocupaci¨®n por la posibilidad de que la nueva Administraci¨®n se vaya a centrar excesivamente en los problemas nacionales en detrimento de su papel internacional.
Bill Clinton trata de reunir en torno a sus propuestas de "un nuevo patriotismo", bajo el Gobierno de "un nuevo Partido Dem¨®crata", una coalici¨®n de votantes dem¨®cratas, republicanos e independientes unidos en la misma voluntad de levantar Estados Unidos. "Necesitamos un nuevo esp¨ªritu de comunidad Estamos en esto juntos y recorreremos el camino juntos. El trabajador, el maestro, la enfermera todos tendr¨¢n en nuestra democracia el mismo poder qu¨¦ el presidente, el millonario o el gobernador", prometi¨® el hombre que se har¨¢ cargo de los destinos de Estados Unidos el pr¨®ximo d¨ªa 20 de enero.
Los dem¨®cratas han aumentado en un esca?o m¨¢s su mayor¨ªa en el Senado, y, aunque han perdido entre seis y ocho asientos en la C¨¢mara de Representantes, mantienen un fuerte control de un Congreso en el que ahora se sentar¨¢n el doble de mujeres de las que han participado en toda la historia. Es la primera vez en 11 a?os en la que el mismo partido domina al mismo tiempo la Casa Blanca y el Congreso. En cuanto a los gobernadores, los dem¨®cratas ganaron dos puestos m¨¢s de los que ten¨ªan hasta ahora.
Bill Clinton pas¨® su primer d¨ªa como presidente electo en su residencia de gobernador en Little Rock, preparando, junto al vicepresidente electo, Al Gore, una conferencia de prensa para anunciar las medidas de sus primeros 100 d¨ªas de Gobierno y los planes para constituir el equipo de transici¨®n que preparar¨¢ el relevo del poder. Clinton hab¨ªa prometido durante su campa?a electoral que prestar¨ªa atenci¨®n prioritaria a la lucha contra el paro mediante un programa de inversi¨®n p¨²blica y privada que llama Fondo para la Reconstrucci¨®n de Estados Unidos.
George Bush, evidentemente abatido, regres¨® a primera hora de la tarde a la Casa Blanca para seguir con la gesti¨®n rutinaria de la presidencia en los dos meses y medio que le quedan como primer mandatario. Su derrota, que representa el final del modelo econ¨®mico conservador y de una concepci¨®n de la sociedad basada en lo que su partido llama la defensa de los valores de la civilizaci¨®n cristiana, abre un periodo de lucha por el poder dentro del Partido Republicano. Uno de los protagonistas de esa lucha ser¨¢ el vicepresidente, Dan Quayle, que en la noche electoral fue recibido con gritos que le animaban a ser el candidato para 1996. Quayle declar¨® que "si Clinton lo hace en la Casa Blanca como en la campa?a electoral, ser¨¢ un buen presidente".
La labor de Bill Clinton en estos momentos parece concentrada en crear entre el pueblo norteamericano una conciencia de solidaridad que hab¨ªa desaparecido durante los a?os de la revoluci¨®n reaganista. "Esta victoria", se?al¨® Clinton, "es m¨¢s que la victoria de un partido, es la victoria de la gente que trabaja duro y cumple con sus obligaciones, es la victoria de la gente que siente que se la ha dejado al margen y quiere contribuir con lo mejor de ellos mismos, es la victoria de la gente que quiere competir y ganar en un mundo de econom¨ªa global, pero que necesita un Gobierno que les ofrezca una mano".
Bill Clinton se mostr¨® preocupado, fundamentalmente, por la necesidad de crear una econom¨ªa competitiva, reforzando la base industrial y mejorando la calidad de la mano de obra norteamericana "para trabajar m¨¢s y exportar los productos estadounidenses".
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