Bush se va, Sadam se queda
Los iraqu¨ªes creen que "todo ir¨¢ mejor ahora con BiE Clinton"
Bush se va, Sadam se queda. El tono de la prensa oficial iraqu¨ª, y tambi¨¦n de los iraqu¨ªes, era ayer de euforia mezclado con un cierto tinte de prudencia. "Estoy nervioso. Nuestro futuro est¨¢ en manos de Dios", dec¨ªa Karim B., un traductor oficial. "Clinton va a dar un discurso en el que va a hablar de Irak. Todo ir¨¢ mejor ahora". Horas antes de la toma de posesi¨®n del nuevo presidente norteamericano, los iraqu¨ªes parec¨ªan empe?ados en convencerse de que los problemas con EE UU han terminado. "El Ir¨¢k de Sadam Husein se queda y aparece como el vencedor que ha derrotado a Bush", dice el diario As Saura, del Partido Baas, en el poder. "Bush es el pasado", a?ade.
El alto el fuego unilateral decretado el martes por la noche por Irak entr¨® ayer en vigor en todo el pa¨ªs. No hay noticias de incidente alguno en las zonas de exclusi¨®n a¨¦rea al norte del paralelo 36 y al sur del paralelo 32. El vicepresidente, Yasim Ramad¨¢n, declar¨® ayer que el alto el fuego es "un claro mensaje a la nueva Administraci¨®n norteamericana de la seriedad y credibilidad de la posici¨®n iraqu¨ª". El ministro de Informaci¨®n, Yosuf Hamadi, el verdadero portavoz del r¨¦gimen, asegur¨® ayer que "Irak desea mantener una relaci¨®n pac¨ªfica y de igualdad con Estados Unidos", basada en el di¨¢logo y la mutua comprensi¨®n, sin que Washington "intente imponer su superioridad por la fuerza a Irak y al mundo ¨¢rabe", hecho que a su juicio desactivar¨ªa la crisis y 11 permitir¨ªa a Clinton dedicarse a resolver los asuntos internos, tal y como desea".
Hamadi incluso se permiti¨® el lujo de dar consejos al nuevo inquilino de la Casa Blanca: recomend¨® a Clinton deshacerse inmediatamente de todos los asesores de Bush en el Pent¨¢gono y en la Secretaria de Estado, a los que calific¨® de "funcionarios si se?or, s¨®lo capaces de leer los labios de su jefe".
La situaci¨®n ha cambiado radicalmente en las ¨²ltimas horas en Irak. Ya nadie vigila el cielo con el rabillo del ojo. Las calles se han vuelto a llenar de bullicio. Incluso ha salido el sol, hace calor y ha desaparecido el clima desapacible de los ¨²ltimos d¨ªas. El ambiente parece m¨¢s alegre.
En el mercado ¨¢rabe, dos quinielistas que se afanan por llenar las diez columnas de la pr¨®xima jornada no se atreven a poner un signo en un eventual partido entre Clinton y Sadam. Sidi, el m¨¢s viejo, es tambi¨¦n el m¨¢s pesimista: "No va a cambiar nada. Todos los presidentes norteamericanos son lo mismo. Todos son una amenaza para Irak".
Butrague?o y Maradona
A Jim, el joven, no le importa la pol¨ªtica y le basta con recitar los nombres de Butrague?o y Maradona entre la hilaridad de un p¨²blico masculino que ya ha formado corro alrededor de los quinielistas de f¨²tbol, un pasatiempo muy popular en Irak, pues como en Espa?a, una quiniela puede hacer millonarios.
El ambiente es distendido. Las barreras con los periodistas extranjeros, que tras el ataque del pasado domingo se levantaron de forma discreta, han desaparecido de nuevo.
Hasta los polic¨ªas armados que pululan por las calles sin itinerario aparente, y que hasta el martes parec¨ªan tensos y prestos a disparar a una mosca, ahora est¨¢n relajados, con la bocana del fusil hacia el suelo y haciendo bromas entre ellos. Algunos antia¨¦reos est¨¢n sernivac¨ªos, aunque la verdad es que a¨²n no ha llegado la noche, cuando hasta ahora se han producido los ataques.
"Clinton no es como Bush. ?l no odia a Irak", dice J., un mercader de ropa de Al Shorja. "Bush tiene algo personal contra Sadam", repite machaconamente. Su vecino de puesto, Hadil, un hombre oscuro que vende baratijas doradas, responde con un "?Ojal¨¢!" a la pregunta de si cree que ser¨¢ ahora diferente con un mero cambio de personas.
En el mercado de Bab Aidirosa, cerca de la mezquita de Al Kadimiya, la gente repite la misma idea. Los artesanos trabajan la madera o la piedra. El estropajo se mezcla con el perejil y ¨¦ste con repuestos de lavadora. Todo est¨¢ mezclado y se confunden olores e im¨¢genes.
Las mujeres shi¨ªes pugnan por abrirse paso entre la indeferencia de los hombres, m¨¢s preocupados en hablar del futuro que en observar sus movimientos. En Bab Aidirosa hay movimiento, al contrario que en el mercado ¨¢rabe, que estaba completamente vac¨ªo.
En la Universidad de Bagdad, la gente joven habla de Clinton con las mismas esperanzas que un hombre de Sadam City, el barrio m¨¢s pobre de la capital. "Tiene que ser diferente", dice Saade en ingl¨¦s. Los alumnos de espa?ol son m¨¢s callados. S¨®lo uno, sin duda inflado de lecturas oficiales, exclama: "Estamos dispuestos a derramar hasta la ¨²ltima gota de nuestra sangre por defender la unidad de la patria".
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