Los retos de Bill Clinton
El presidente de EE UU se enfrenta a un complejo panorama nacional e internacional
El presidente norteamericano, Bill Clinton, se enfrenta a unos gigantescos retos dom¨¦sticos -desde la educaci¨®n hasta la sanidad, pasando por el d¨¦ficit y el paro- y a un peligroso panorama internacional, donde hereda tres conflictos armados y deber¨¢ tratar con una Rusia imprevisible. Entre unos y otra tendr¨¢ que perfilar el papel de Estados Unidos en la era que ha comenzado tras el fin de la guerra fr¨ªa.Clinton desea ansiosamente que su mandato marque una diferencia, pero el cambio que pretende puede ser calificado de revolucionarlo, necesitar¨¢ algo m¨¢s que ideales para cumplir con su promesa de "poner EE UU a trabajar" y consolidar su liderazgo.
Pol¨ªtica exterior
Irak. La situaci¨®n de tensi¨®n que Clinton hereda con el Gobierno de Bagdad le coloca en la posici¨®n de tener que decidir hasta qu¨¦ punto est¨¢ dispuesto a comprometerse para derrocar a Sadam Husein o decidirse por favorecer un relajamiento de la situaci¨®n, arriesgando la posibilidad de que una nueva crisis vuelva a estallarle en las manos.
Bosnia-Herzegovina. El presidente se ha mostrado partidario de reforzar el embargo contra Serbia, as¨ª como la zona de exclusi¨®n a¨¦rea para proteger a la poblaci¨®n de la rep¨²blica de Bosnia-Herzegovina, pero no se ha comprometido a una intervenci¨®n militar.
Rusia. El presidente Bor¨ªs Yeltsin se enfrenta a una situaci¨®n de inestabilidad pol¨ªtica y econ¨®mica, y un Parlamento con notable presencia de antiguos comunistas que ponen en peligro sus reformas. EE UU deber¨¢ decidir cu¨¢nto apoyo econ¨®mico compromete para evitar que cuaje la amenaza de golpe.
Cuba. Clinton puede ser el presidente norteamericano que asista a la ca¨ªda de Fidel Castro desde el Despacho Oval. Los intereses de los cubano-norteamericanos de Miami y la influencia de EE UU en la transici¨®n pueden estar en sus manos.
Hait¨ª. El presidente dem¨®crata ya quebr¨® su promesa de favorecer la inmigraci¨®n de los haitianos antes de jurar el cargo. Clinton asegura que mantiene cierto compromiso moral para auxiliar a una parte de la poblaci¨®n.
Somalia. Clinton decidir¨¢ hasta d¨®nde debe llegar la operaci¨®n militar iniciada en Somalia el pasado diciembre bajo el mandato de George Bush. EE UU puede comprometerse a cumplir con la petici¨®n de la ONU de contribuir al desarme de las guerrillas o retirar paulatinamente sus tropas de la Operaci¨®n Restaurar la Esperanza.
Conversaciones ¨¢rabe-israel¨ªes. Estancadas durante la transici¨®n entre las dos Administraciones, Clinton ha pedido que el subsecretario de Oriente Pr¨®ximo de George Bush permanezca en su puesto para impulsar nuevos intentos. Los 413 palestinos expulsados por Israel permanecen en la tierra de nadie que separa la frontera con L¨ªbano.
Amenaza nuclear. Si Clinton no consigue frenar las pretensiones nucleares de varios de los pa¨ªses considerados inestables, como Siria, Ir¨¢n e Irak, ¨¦stos pueden convertirse en potencias nucleares durante sus cuatro a?os de mandato. Adem¨¢s, EE UU deber¨¢ responder con apoyo econ¨®mico a pa¨ªses como Ucrania, que, teniendo bajo control parte de las cabezas nucleares de la antigua URSS, puede crear una situaci¨®n no deseada.
Naciones Unidas. La organizaci¨®n internacional sigue sin tener capacidad pr¨¢ctica para conseguir que sus fuerzas de mantenimiento de paz controlen los conflictos que estallan en el mundo. El nuevo presidente norteamericano decidir¨¢ si Estados Unidos contin¨²a siendo el polic¨ªa del mundo o se convierte en la fuerza mercenaria internacional que solicita a los pa¨ªses aliados el coste de sus operaciones militares en el exterior.
Pol¨ªtica econ¨®mica
D¨¦ficit. El d¨¦ficit p¨²blico asciende actualmente a 327.000 millones de d¨®lares. Bill Clinton pretende reducirlo en cuatro a?os hasta situarlo en 182.000 millones de d¨®lares.
Impuestos. Los dem¨®cratas aspiran a conseguir rebajar las cargas fiscales de las familias que perciben menos de 80.000 d¨®lares al a?o Gusto por encima de los nueve millones de pesetas). Si cumple con su promesa, las arcas de EE UU dejar¨¢n de percibir 10.000 millones de d¨®lares al a?o (1.140 millones de pesetas), una cantidad que se tratar¨¢ de compensar en parte con un aumento en el precio de la gasolina, la eliminaci¨®n de 100.000 puestos de trabajo federales y un recorte en los gastos de defensa.
Crisis de la gran industria. La espina dorsal de la econom¨ªa norteamericana est¨¢ da?ada. Desde la gran depresi¨®n no hab¨ªan coincidido a la vez tantos problemas. Clinton se enfrenta a la crisis de la industria automovil¨ªstica. Las compa?¨ªas a¨¦reas atraviesan tambi¨¦n graves dificultades financieras. IBM, el gigante de las computadoras, s¨ªmbolo por excelencia de la tecnolog¨ªa norteamericana, se encuentra sumido en una seria crisis.
Crecimiento. El crecimiento se sit¨²a en la actualidad en el 2,6%, una cifra superior a la de hace dos a?os, pero que no es suficiente para rebajar sustancialmente el porcentaje de desempleo, que afecta al 7,4% de la poblaci¨®n activa, una cifra a la que no est¨¢ acostumbrado el pa¨ªs. La inflaci¨®n es de un 3,6%.
Comercio exterior. El mayor reto en la competencia de mercados internacionales se llama Jap¨®n, con el que EE UU tiene una balanza comercial negativa de 100.000 millones de d¨®lares.
Pol¨ªtica nacional Sanidad. La situaci¨®n de la sanidad es pat¨¦tica. Unos 30 millones de norteamericanos carecen de cobertura sanitaria. Para reducir los costes y dar cobertura a todo el pa¨ªs, Clinton deber¨¢ negociar con el Congreso, las asociaciones m¨¦dicas, las industrias farmac¨¦uticas y las empresas privadas de Sanidad que dominan el sector.
Grandes,ciudades. Las revueltas de Los Angeles de 1992 pusieron al descubierto la tensi¨®n racial, la drogadicci¨®n, la violencia y la degeneraci¨®n de los centros urbanos, y su efecto se extendi¨® por otras ciudades tambi¨¦n afectadas por estos problemas urbanos. Clinton quiere crear un fondo de 20.000 millones de d¨®lares para la creaci¨®n de infraestructura que repercuta en la creaci¨®n de puestos de trabajo.
Aborto. Clinton pretende proteger el derecho al aborto, que se ve amenazado por sectores involucionistas.
Congreso y 'lobbies'. Como casi todos los presidentes, Clinton ha denunciado a su llegada a la Casa Blanca los juegos de prebendas del Congreso y los grupos de presi¨®n o lobbies. El partido del presidente es mayor¨ªa en el Congreso, pero los representantes acostumbran a dar prioridad a sus compromisos con sus respectivos Estados, votantes y sectores de influencia antes de ofrecer su respaldo a las propuestas del Ejecutivo.
Defensa. EE UU tiene pendiente la reconversi¨®n del aparato militar con el que gan¨® la guerra fr¨ªa. Clinton quiere reducir en medio mill¨®n el n¨²mero de personal militar (hasta dejarlo en 1,4 millones de personas) y emprender un recorte dr¨¢stico de los gastos militares.
Revoluci¨®n ¨¦tica
Homosexuales. Clinton mantuvo durante su campana el compromiso de eliminar la prohibici¨®n de que los homosexuales participen en el Ej¨¦rcito y se ha mostrado partidario de la participaci¨®n de las mujeres militares en las posiciones de combate.
Sida. El presidente present¨® en su programa un ambicioso programa para fomentar la investigaci¨®n, la protecci¨®n y la educaci¨®n sobre el sida.
Moralidad pol¨ªtica. Clinton pretende establecer un c¨®digo ¨¦tico para impedir que los trabajadores de su Administraci¨®n puedan trabajar en lobbies hasta que transcurran entre 5 y 10 a?os del fin de su contrato.
Mujeres. Con el fen¨®meno de Hillary Clinton y sus reiteradas declaraciones destacando la inteligencia de su mujer, el presidente est¨¢ pagando de alguna manera una deuda electoral. La poblaci¨®n femenina que le apoy¨® mayoritariamente con sus votos le exige que mantenga el derecho al aborto y que adopte medidas que aumenten la consideraci¨®n laboral de las mujeres. En EEUU, las trabajadoras ganan 70 centavos por cada d¨®lar que ganan sus compa?eros de trabajo. Clinton ha nombrado a cuatro mujeres en su Gabinete, cuota considerada insuficiente por las feministas. ?l ha salido al paso de las cr¨ªticas diciendo que no deben analizar el reparto de carteras como si estuvieran "contando jud¨ªas". El presidente mantiene que nunca antes ning¨²n otro jefe del Ejecutivo ha designado mujeres para puestos tan importantes.
Protecci¨®n a los ni?os. Clinton y su mujer, Hillary, mantienen que la mejor inversi¨®n para su pa¨ªs es favorecer a las futuras generaciones.
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