Un mercado dividido
En la reforma laboral, el debate est¨¢ sumamente crispado y las discrepancias afectan incluso a la pregunta clave: Por s¨ª sola ?crea o no crea empleo?
Algo falla en un mercado laboral compuesto por 5,90 millones de asalariados fijos protegidos, 2,79 millones de eventuales indefensos en sus relaciones laborales y 3,39 millones de parados que quieren dejar de serlo. Nadie duda que esa dualidad hay que corregirla, pero a partir de ah¨ª todo son discrepancias entre las partes directamente implicadas, los expertos y las organizaciones que participan en un debate muy crispado. No se ponen de acuerdo ni siquiera en la pregunta clave: la reforma laboral por s¨ª sola ?crea o no crea empleo?Es un debate que se reproduce cada vez que llega una crisis econ¨®mica y en el que hay tres tipos de soluciones completamente divergentes. La reforma radical que propugnan el Fondo Monetario Internacional (FMI), los empresarios y buena parte de los economistas. Un cambio parcial, respaldado fundamentalmente por los expertos en derecho del trabajo. Y la posici¨®n a la defensiva de los sindicatos, que desconf¨ªan de mudanzas cuando dominan los aires neoliberales y casi prefieren que se queden las cosas como est¨¢n.
El FMI anima al Gobierno espa?ol a adoptar cambios "audaces, radicales y de extremada urgencia" y presentaba sus recomendaciones hace apenas 10 d¨ªas, en v¨ªsperas de debatirse la reforma laboral en el Consejo Econ¨®mico y Social (CES),y en la mesa del di¨¢logo social. Estas son algunas de sus recetas: la progresiva eliminaci¨®n del monopolio del Inem, aumentar la movilidad funcional y geogr¨¢fica, flexibilizar la jornada y endurecer las condiciones para cobrar el paro. A ello a?ad¨ªa la medida m¨¢s pol¨¦mica, que es abaratar el despido, "lo que va a requerir eliminar o limitar la autorizaci¨®n administrativa previa para reducir las plantillas".
El secretario general de CCOO, Antonio Guti¨¦rrez, niega la mayor y defiende que "el mercado laboral, por s¨ª solo, ni crea ni destruye empleo". No obstante, considera necesaria la reforma "incluso por un inter¨¦s particular. Comisiones Obreras no ha colaborado en el ordenamiento laboral de este pa¨ªs [Estatuto de los Trabajadores, Ley Org¨¢nica de Libertad Sindical ... ], y por tanto, creemos que es perfeccionable". De lo que s¨ª est¨¢ convencido es de que los problemas no se arreglan sin medidas adicionales -"si la reforma laboral es independiente del modelo de desarrollo econ¨®mico e industrial, ser¨¢ inservible"- y cree necesario un consenso -"si las reformas no son capaces de convencer a quienes las van a gobernar en la pr¨¢ctica, ser¨¢n una fuente de conflictos".
La marca 'Espa?a'
A mitad de camino se sit¨²a el secretario general de Empleo, Marcos Pe?a, quien recuerda que con la legislaci¨®n actual se han creado 1,5 millones de empleos en los a?os de crecimiento econ¨®mico, defiende que "el mercado laboral es mejorable, no impresentable" y siente recelo de "la misteriosa secta de los asesores econ¨®micos". Los responsables del Ministerio de Trabajo alertan contra una reforma que persigue reducir los costes en Espa?a, pero a continuaci¨®n se preguntan: "?Para producir qu¨¦? ?D¨®nde est¨¢ la marca Espa?a?".
Hay demasiadas soluciones alternativas, confusas apelaciones a la modernidad y medias verdades. Una de ¨¦stas es que el despido en Espa?a es muy caro. ?A qu¨¦ se refieren quienes eso afirman? ?A la indemnizaci¨®n que marca la ley o a lo que se paga en la realidad, muy por encima de ella? Aunque no existen datos oficiales y los empresarios se resisten a dar datos reales, las estimaciones que se est¨¢n manejando indican que asciende a 6,5 millones de pesetas el coste medio de un despido en las grandes empresas. Se est¨¢n pagando 58 d¨ªas de salario por a?o trabajado en casos donde la ley marca 20 d¨ªas. Mientras, dar por finalizado un contrato temporal -eso no se considera despido- se indemniza con 12 d¨ªas por a?o.
Siendo caro y dificil rescindir una relaci¨®n laboral de trabajadores fijos, en los ¨²ltimos 10 a?os se han producido casi tres millones de despidos. La v¨ªa del Servicio de Mediaci¨®n, Arbitraje y Conciliaci¨®n (SMAC) es la m¨¢s utilizada -el 61%- y donde se fijan las indemnizaciones medias m¨¢s altas, que un informe de CC OO situaba en 1,45 millones de pesetas en 1991. Este sindicato cree que el empresario opta por este camino del pacto para despedir r¨¢pido y no tener que justificar las causas en el Juzgado de lo Social. Los casos que llegan a los tribunales -el 14%- se indemnizan con una cifra media de 897.400 pesetas. En los despidos por expedientes de regulaci¨®n de empleo -el 22%-, la indemnizaci¨®n media se calcula en 662.000 pesetas, aunque los datos del citado informe corresponden s¨®lo a peque?as empresas y parecen muy alejados de la realidad.
Fabi¨¢n M¨¢rquez, presidente de Analistas de Relaciones Laborales y asesor de la patronal CEOE, considera "injusto aplicar la indemnizaci¨®n del despido improcedente [45 d¨ªas por a?o trabajado] a los despidos por causas econ¨®micas [20 d¨ªas por a?o]". Y eso ocurre porque, seg¨²n sus datos, "existe este mensaje: que no se apruebe ning¨²n expediente si no est¨¢ acordado previamente. Eso es lo que lo encarece". ?l defiende una reforma que afecte a toda la relaci¨®n laboral, desde c¨®mo se entra en el mercado de trabajo, para evitar la rotaci¨®n, hasta el abaratamiento de los costes del despido.
El problema del despido
?se es el punto m¨¢s complejo de la reforma, el despido, pero hay m¨¢s y muy importantes, como la movilidad o la estructura de la negociaci¨®n colectiva, en los que no se avanza por la crispaci¨®n que domina este debate.
De los trabajadores afectados por la movilidad no hay datos oficiales y tan s¨®lo son constatables las dificultades para aplicarla. La funcional, por la compleja estructura de categor¨ªas profesionales marcada en las ordenanzas laborales franquistas, que frenan los cambios de los trabajadores de un puesto a otro. La geogr¨¢fica, por las leyes y, sobre todo, por la carest¨ªa de la vivienda, que dificulta enormemente los traslados a otras ciudades.
En algunos sectores, la movilidad geogr¨¢fica se solventa mediante unos incentivos econ¨®micos muy superiores a lo que dice la ley -ayudas de 20 d¨ªas de salario por a?o trabajado- Es el caso de la banca, donde un trabajador que acepte voluntariamente trasladarse de ciudad recibe un plus de ayuda a la vivienda de entre 50.000 y 150.000 pesetas al mes por un periodo que oscila de los tres a los cinco a?os. A ello se suma un anticipo de nueve mensualidades sin intereses; un cr¨¦dito vivienda equivalente al 400% del salario anual, con un tipo de inter¨¦s entre el 7% y el 8%, y el ascenso de cateeor¨ªa.
Cuando la legislaci¨®n es r¨ªgida, algunas empresas lo solventan a trav¨¦s de la negociaci¨®n colectiva. ?sa es la experiencia de Jes¨²s Fern¨¢ndez de la Vega, desde hace ocho a?os director de relaciones laborales del grupo Repsol con 19.000 trabajadores- y consejero del CES por el grupo de empresarios. En modalidades de contratos no encuentra problemas -"la panoplia es suficientemente amplia y flexible"- y no le parece mal recuperar la causalidad contrato temporal s¨®lo para tareas eventuales- si se modifica el mecanismo de despido.
Su soluci¨®n es ¨¦sta: "Es necesario ajustar el volumen de empleo en cuanto a facilidad y coste. Ser¨ªa un coste razonable limitar los baremos a 20 d¨ªas por a?o trabajado, lo que dice la ley, no lo que se pacta, que es sustancialmente superior" aunque no quiere precisar cu¨¢nto paga su grupo. Adem¨¢s cree necesario que haya m¨¢s facilidad en la aprobaci¨®n por la Administraci¨®n de los expedientes de regulaci¨®n no pactados.
La raz¨®n por la que considera conveniente modificar el despido es que necesitan "un ajuste gradual de las plantillas, porque tenemos costes de personal muy altos. La situaci¨®n de la empresa es buena, pero necesita garantizar el futuro. La compa?¨ªa va ganando en eficacia, invierte en mejoras de gesti¨®n y organizativas. Podemos hacer lo mismo con menos personas".
En suma, cree que la reforma del mercado de trabajo sirve para solucionar el paro y para mejorar la competitividad. Jes¨²s Fern¨¢ndez de la Vega est¨¢ convencido de que "la desaparici¨®n de las rigideces facilitar¨¢ que la contrataci¨®n se dinamice cuando no haya crisis".
Empleo y rigidez
Esa misma idea se recoge en el programa de convergencia del Gobierno espa?ol. All¨ª se dice que "la rigidez fue incapaz de evitar que en la fase recesiva desde 1977 hasta 1985- se perdieran m¨¢s de 1,72 millones de empleos netos. Entre 1985 y. 1991, las posibilidades abiertas por la reforma de las modalidades de contrataci¨®n permitieron la mayor generaci¨®n de empleo que jam¨¢s hayamos conocido. Es decir, en cinco a?os de mercado de trabajo flexible se cre¨® el doble de empleo que en los 20 a?os del milagro econ¨®mico espa?ol".
Se genere o no empleo, con la reforma laboral est¨¢n en juego muchas cosas, entre ellas un modelo de relaciones laborales propio de la cultura europea. Para Antonio Guti¨¦rrez, el peligro est¨¢ en "retroceder 40 o 50 a?os por una coartada ideol¨®gica que ha cobrado fuerza en Europa: lograr competitividad frente a EE UU y Jap¨®n. El ¨²nico par¨¢metro es aplicar la desregulaci¨®n laboral que hay en esos pa¨ªses".
Algunas incertidumbres se resolver¨¢n cuando el Gobierno espa?ol responda al interrogante planteado por Jaime Montalvo, catedr¨¢tico de Derecho del Trabajo, consejero del CES y uno de los redactores del dictamen del consejo. Su duda es ¨¦sta: "?Nos van a dejar la reforma a nosotros, o la van a hacer los economistas?"
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