El Instituto Monetario es la ¨²nica cita que no sufre retrasos en la construcci¨®n europea
La Uni¨®n Europea ha faltado a casi todas las citas concertadas el pasado a?o. La ratificaci¨®n del Tratado de Maastricht, la apertura del Espacio Econ¨®mico Europeo, o las negociaciones de adhesi¨®n con Austria, Finlandia, Suecia y Noruega se han producido con retraso. El Mercado ¨²nico ha abierto s¨®lo parcialmente sus puertas, cerradas a las personas y s¨®lo entornadas para amplios sectores de los servicios. Una ¨²nica cita se mantiene, por estricto impera tivo legal establecido en Maastricht y por el voluntarismo de los Doce: la segunda fase de la Uni¨®n Econ¨®mica y Monetaria (UEM), que empez¨® el 1 de enero de 1994, con la instalaci¨®n del Instituto Monetario Europeo, el futuro banco central de la UE.
"El Consejo Europeo constata con satisfacci¨®n que todas las condiciones se hallan reunidas para permitir el inicio efectivo de la segunda fase de la UEM en la fecha convenida, es decir, el 1 de enero de l994". ?sta es una de las conclusiones aprobadas por los jefes de Estado y de Gobierno de los Doce en la Cumbre de Bruselas de los pasados 10 y 11 de diciembre, en un momento en que el camino hacia la moneda ¨²nica se halla notablemente complicado y es m¨¢s que discutible la reuni¨®n de las condiciones ¨®ptimas.El objetivo central de esta fase es la limitaci¨®n de los d¨¦ficit p¨²blicos, a cuya vigilancia debe dedicarse la Comisi¨®n Europea. Adem¨¢s, los bancos centrales de cada uno de los Doce deben alcanzar tambi¨¦n su estatuto de instituci¨®n plenamente independiente de los ejecutivos respectivos. El comit¨¦ de gobernadores y el Fondo Europeo de Cooperaci¨®n Monetaria quedan tambi¨¦n disueltos y con ellos pasan a depender del IME todos los mecanismos del Sistema Monetario Europeo (SME).
Una de las mayores transformaciones que implica la creaci¨®n del IME es que los mecanismos que hasta ahora pertenec¨ªan a la cooperaci¨®n monetaria y econ¨®mica intergubernamental se convierten en comunitarios y quedan bajo el control jur¨ªdico del Tribunal Europeo.
Nuevos fines
Pero el objetivo pol¨ªtico, que no formal, de esta fase ha quedado modificado. Antes de la monumental crisis monetaria que ha destrozado al SME durante un a?o entero de devaluaciones -de septiembre de 1992 a agosto de 1993-, el IME ten¨ªa la vocaci¨®n de prepararlo todo para la moneda ¨²nica, incluido el detalle central y delicado de los billetes de banco. Ahora el encargo que recibe de los Doce es que ayude a restaurar la estabilidad y a coordinar lo m¨¢s estrechamente doce econom¨ªas constantemente tentadas a tomar decisiones divergentes. Los pocos funcionarios que empiezan a trabajar en Francfort son personas destacadas en comisi¨®n de servicios por los bancos centrales respectivos. Un grupo de trabajo ha realizado ya varias estancias para estudiar las cuestiones materiales.Sin embargo, su presidente, el belga Alexander Lamfalussy, nombrado por el Consejo Europeo y ratificado por el Parlamento, sigue trabajando en la sede del Banco Internacional de Pagos de Basilea, donde hasta ahora desempe?aba las funciones de director general. El IME ya existe, pero sus puertas siguen cerradas todav¨ªa.
La creaci¨®n del IME significa, vista muy a ras de tierra, el traslado de las reuniones del Comit¨¦ de Gobernadores de los bancos centrales, que se efectuaban en el BIP de Basilea, a Francf¨®rt, algunos cientos de kil¨®metros m¨¢s hacia el centro del continente. Y un ligero cambio de estatus: quien actuaba de anfitri¨®n de los gobernadores, el eminente catedr¨¢tico de econom¨ªa y hombre de sabios y prudentes consejos que particip¨® en la elaboraci¨®n del Plan Delors sobre la uni¨®n monetaria, se ha convertido en el presidente de la nueva reuni¨®n.
El IME puede, seg¨²n el Tratado, "realizar consultas sobre cuestiones que competen a los bancos nacionales y afectan a la estabilidad de las instituciones y mercados financieros". Tambi¨¦n ser¨¢ normalmente consultado por las autoridades monetarias nacionales antes de que ¨¦stas tomen decisiones sobre la orientaci¨®n de la pol¨ªtica econ¨®mica.
Nada impide, por supuesto, que cualquiera de los Estados soberanos que forman parte de la UE tome decisiones en contradicci¨®n con el IME, pero la presi¨®n pol¨ªtica lo har¨¢ mucho m¨¢s dif¨ªcil.
No faltar¨¢n, de otra parte, iniciativas ni propuestas, como las que ya han realizado el ministro belga de Econom¨ªa, Phllippe Maystatd, y el presidente de la Comisi¨®n, Jacques Delors, pidiendo el reforzamiento de las funciones del IME durante la segunda fase. Una de las tareas que quieren encomendarle algunos dirigentes europeos es la de absorber la coordinaci¨®n estrecha de los pa¨ªses que deseen acelerar el paso a la moneda ¨²nica.
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