El Prado saca de sus almacenes 250 obras de maestros flamencos y holandeses del XVII

El Prado ha sacado del armario algunas de las numerosas joyas de la pintura que hab¨ªa mantenido ocultas durante 15 a?os. La primera pinacoteca nacional presenta hoy oficialmente catorce salas recientemente acondicionadas donde se exhiben 250 obras de pintura flamenca y holandesa del siglo XVII -entre ellos 15 Rubens-, que hab¨ªan permanecido hasta ahora en los almacenes, pasillos y despachos oficiales. Con ello se da por terminado el proyecto de unificaci¨®n expositiva de todo el museo, que ha dejado atr¨¢s los residuos de antiguas y heterog¨¦neas instalaciones.

Las nuevas salas, ubicadas en la planta baja del museo, han desechado las antiguas telas: que decoraban anteriormente sus paredes para colgar las obras sobre muros luminosos y c¨¢lidos. Un total de 250 cuadros de las escuelas holandesa y flamenca del siglo XVII han hallado, no solo un espacio m¨¢s limpio para su exposici¨®n, sino un criterio distinto que las agrupa m¨¢s por los g¨¦neros pict¨®ricos que por los autores, como en otros sectores del museo. As¨ª, el recorrido permite comparar con facilidad c¨®mo trataron los temas religiosos o mitol¨®gicos los distintos artistas del momento, o hasta qu¨¦ punto el esp¨ªritu de la ¨¦poca celebr¨® la alegr¨ªa de vivir a trav¨¦s de sus bodegones, flores y cuadros de cacer¨ªas. Una visita verdaderamente golosa, aunque no falten algunos peros a determinadas caracter¨ªsticas de la instalaci¨®n, como la acumulaci¨®n de cuadros en determinados espacios.

Los placeres de los sentidos podr¨ªan guiar al visitante a trav¨¦s de casi todas las nuevas salas del Prado. Alegor¨ªas al olfato, la vista, el tacto, el gusto y el o¨ªdo son frecuentes, y entre ellas destacan las colaboraciones entre artistas. Rubens, por ejemplo, firma obras en colaboraci¨®n con Frans Snyders, Jan Brueghel y Wildens.

Pero quiz¨¢ el mayor inter¨¦s de esta instalaci¨®n se halle en la ampl¨ªsima selecci¨®n de obras de Pedro Pablo Rubens. Encontramos al conocido Rubens, m¨®rbido y sensual de Las tres Gracias, al dram¨¢tico de Saturno devorando a su hijo, al mordaz de El s¨¢tiro, al efectista y lum¨²noso de las pinturas religiosas como La adoraci¨®n de los Reyes Magos o El martirio de San Andr¨¦s y al que da por fin una dimensi¨®n humana a retratos de personajes como El duque de Lerma o la vital Mar¨ªa de Medicis. Junto a ¨¦l lucen tambi¨¦n con toda su fuerza y personalidad otros retratos realizados por maestros como Rembrandt (Artemisa) y en especial Van Dyck, del que se han reunido en una sala una serie ejemplar de retratos entre los que destacan el ovalado de Sir Endimion y Van Dyck, y el soberbio y misterioso de El pintor Martin Ryckaert.

Otro maestro que se ha recuperado de los almacenes es Jacob Jordaens, del que se reunen en estas salas cuadros como La familia del pintor, La Piedad y Meleagro y Atalanta. Estos dos ¨²ltimos en interesante paralelo con obras del mismo tema pintadas por Rubens.