Los aposentos del n¨®rnada
Creci¨® en el ambiente sefard¨ª que rodeaba a su familia en Rutschuk (Bulgaria), y su primera lengua fue el ladino, aunque hablase b¨²lgaro con las criadas. All¨ª naci¨® en 1905, casi al borde de un siglo cuyos resortes m¨¢s profundos reflejar¨ªa como nadie. El¨ªas Canetti fue un peculiar n¨®mada y, al mismo tiempo, un raro ermita?o. Ten¨ªa pocos a?os, en 1911, cuando su familia se traslad¨® a Manchester. En 1913, el destino fue Viena. Para entonces, su padre ya hab¨ªa muerto y se hab¨ªa cimentado la estrecha y compleja relaci¨®n que lo lig¨® a su madre hasta que ¨¦sta muri¨® en 1938. Fue ella la que le ense?¨® la lengua alemana, la herramienta con la que taladrar¨ªa el coraz¨®n del mundo para volcarlo en su literatura.Francfort y Z¨²rich fueron otras etapas de su largo viaje: las de su aprendizaje acad¨¦mico. Estudi¨® y se doctor¨® en qu¨ªmica. Fue Viena, sin embargo, la cuna de su obra literaria y vieneses los autores en los que reconoci¨® una influencia m¨¢s directa: Karl Kraus y Robert Musil. A los treinta a?os hab¨ªa concluido Auto de fe (Muchnik, 1979): la historia de Kien, el profesor que escapa de la vida encerr¨¢ndose en su biblioteca. La m¨¢s cabal radiograf¨ªa de la brillantez y la ceguera de la inteligencia.
Casado desde 1933 con Veza Calderon, Canetti desapareci¨® desde entonces y as¨ª, detr¨¢s de la imagen del n¨®mada apareci¨® la del ermita?o. Pero sigui¨® viajando y sigui¨® escribiendo. Con la llegada de los nazis, sali¨® de Viena con destino a Londres en 1939. Su silencio equival¨ªa al murmullo de la pluma que llenaba papeles con lo que ser¨ªa Masa y poder (Muchnik, 1985), un exhaustivo ensayo que apareci¨® en 19W y que constituye una de las piezas capitales para transgredir las m¨¢scaras y acceder a la inaprensible condici¨®n de la sociedad y el hombre del siglo XX.
M¨¢s tarde llegar¨ªan los libros de memorias, pero no ces¨® nunca de escribir aforismos, cuya ¨²ltima muestra se edit¨® hace poco en Espa?a -El suplicio de las moscas (Anaya y Mario Muchnik, 1994)- y diferentes ensayos, que se recogieron, por ejemplo, en La conciencia de las palabras (Fondo de Cultura Econ¨®mica, 1981 ).
Canetti regres¨® a Viena, estuvo en Berl¨ªn, viaj¨® por Grecia, Francia y Marruecos y termin¨® por instalarse en Z¨²rich. En 1963 muri¨® Veza y ocho a?os m¨¢s tarde se cas¨® con Hera Buschor, con la que tuvo su ¨²nica hija, Johanna, que rondar¨¢ ahora los veinte a?os.
Antes de morir, concluy¨® el cuarto volumen de sus memorias que, con La lengua absuelta (Muchnik, 1980), La antorcha al o¨ªdo (Muchnik, 1982) y El juego de ojos (Muchnik, 1985), contribuir¨¢ a esclarecer los oscuros vericuetos que impulsan a un escritor a tomar la palabra.
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