El due?o del restaurante chino recibe moribundo la visita de polic¨ªas antimafia
Guan Ping Su, de 30 a?os, libraba ayer una batalla contra la muerte en la unidad de quemados del hospital de La Paz. El restaurante del que es propietario qued¨® convertido en la madrugada del lunes (v¨¦ase EL PA?S de ayer) en un mont¨®n de escombros, por una tremenda explosi¨®n que despert¨® a la 1.35 a cientos de vecinos del distrito de Retiro y que a ¨¦l le sorprendi¨® cuando conectaba la alarma, ya a punto de salir del local. El hombre, con un 90% de su cuerpo afectado por graves quemaduras, acept¨® ayer que le visitasen, en su habitaci¨®n de la unidad de quemados del hospital La Paz, dos polic¨ªas expertos en crimen organizado. Los agentes entraron en la habitaci¨®n a las 13.28 de ayer, y salieron diez minutos despu¨¦s sin hacer declaraciones. Fuentes policiales aseguraron por la tarde que el herido no les facilit¨® informaci¨®n debido a su grav¨ªsimo estado.Los m¨¦dicos consultaron primero a su paciente si deseaba ser visitado por dos polic¨ªas expertos en delincuencia internacional y crimen organizado a primera hora de la tarde de ayer. Pese a su extrema gravedad, el herido accedi¨® a que dos agentes hablasen con ¨¦l. Los polic¨ªas, vestidos con batas, gorros y calzas, s¨®lo confirmaron al salir su pertenencia al mencionado grupo.
Los bomberos del Ayuntamiento hab¨ªan tardado media hora en sofocar un fuego, el del restaurante, "que creci¨® demasiado deprisa", seg¨²n explicaban ayer fuentes del departamento. Veinti¨²n coches y 65 hombres, adem¨¢s de los responsables del cuerpo, se desplazaron al lugar del suceso y estuvieron trabajando hasta las 6.30, ya que hubo que remover los escombros a la b¨²squeda de v¨ªctimas potenciales. "Est¨¢ claro que hubo una explosi¨®n porque estaban da?ados los muros y los forjados, que no se destruyen con un simple fuego. Lo que no se sabe es si ¨¦ste precedi¨® a la explosi¨®n o si fue a la inversa", a?adieron.
La empresa Gas Natural inform¨® a la agencia Europa Press que, de acuerdo con sus indagaciones, el siniestro no ocurri¨® a causa del gas que distribuye. La hip¨®tesis de que la explosi¨®n fuera provocada se refuerza por una persona que dijo haber visto salir corriendo del establecimiento a un hombre de rasgos orientales s¨®lo segundos antes de que se produjera el primer estallido.
Este mismo restaurante fue escenario de un asesinato el 10 de mayo de 1993 en un caso que la polic¨ªa relacion¨® con las mafias dedicadas a la extorsi¨®n de los due?os de restaurantes. En el s¨®tano del local se encontraron entonces, ocultos bajo placas de, escayola, 30 documentos falsos listos para ser entregados a los inmigrantes, una de las actividades de la mafia. Ciento cincuenta mafiosos chinos se mueven por las calles de Madrid y al menos hay seis redes dedicadas a importar ilegalmente hombres y mujeres orientales y a extorsionar a sus compatriotas.
PASA A LA P?GINA 3
Los m¨¦dicos que atienden al herido en La Paz reconocen que su pron¨®stico es "infausto"
VIENE DE LA P?GINA 1Guan Ping Su, de 30 a?os, est¨¢ internado en una de las, habitaciones aisladas que conforman la Unidad de Quemados en estado cr¨ªtico del hospital La Paz. Ello significa que los quemados pueden ver a sus familiares sentados en sillas en un estrecho pasillo, a trav¨¦s de un cristal que, a veces, se vuelve opaco. La comunicaci¨®n se establece mediante un telefonillo instalado en la pared.
En la habitaci¨®n contigua a la de Ping Su est¨¢ internado un trabajador de Ensidesa con quemaduras en m¨¢s del 40% del cuerpo. Su esposa, con un fuerte acento asturiano, se interesaba por el estado del nuevo vecino de su marido. Pronto corri¨® la voz entre las mujeres de gesto preocupado que montaban guardia ante las ventanas de sus familiares heridos. "Vinieron a verle a primera hora de la ma?ana", dijo una voz al fondo.
Ping Su padeci¨® quemaduras en el 90% de su cuerpo, de segundo grado y tercer grado, lo que para el jefe de la unidad, significaba ayer un pron¨®stico "infausto". "Le vamos a operar de todos modos, porque siempre lo hacemos pero...", explic¨® el cirujano. La intervenci¨®n estaba prevista para hoy y desplaz¨® a las intervenciones prefijadas para otros pacientes de la unidad, seg¨²n comentaron los familiares de los heridos. "Nos han dicho que ten¨ªan un caso muy urgente", dec¨ªa una de las mujeres.
Alrededor de las dos de la tarde, dos mujeres j¨®venes con largas melenas oscuras y rasgos orientales sal¨ªan del edificio de traumatolog¨ªa de La Paz (donde est¨¢ ubicada la Unidad de Quemados). Una de ellas lloraba, pero sus labios se sellaron al ser abordada. "No habla espa?ol", repuso su compa?era. %Eres familiar de Guan?". Lo ¨²nico que sali¨® de la boca de la joven de los ojos enrojecidos fueron sonidos ininteligibles, seguramente en chino. Como en otras muchas ocasiones -de ello se queja la polic¨ªa cuando trata de investigar la mafia china- el silencio marc¨® el fin del encuentro.
Hace m¨¢s de un a?o, en el restaurante Tiannamen, un grupo de siete chinos que acababa de cenar y pretend¨ªa abandonar el restaurante sin pagar la cuenta se enfrent¨® a golpes con uno de los propietarios y varios empleados.
Cliente muerto
Uno de los clientes intent¨® mediar para impedir que el altercado fuera a m¨¢s y recibi¨® una pu?alada en el t¨®rax y otra en el cuello y, como consecuencia de la agresi¨®n, falleci¨® en el hospital Gregorio Mara?¨®n. Poco despu¨¦s de cometido este crimen, Antonio Su, hermano de uno de los due?os, declar¨® que los individuos que generaron el conflicto intentaron extorsionarles seis meses antes.
Una sola persona, denominada el Gran T¨ªo, controla las seis redes madrile?as de la mafia china. El Gran Drag¨®n -un personaje afincado posiblemente en Hong Kong- mueve los hilos de la red que, entre otras cosas, trafica con pasaportes falsos y cobra con trabajos inhumanos el traslado a Espa?a.
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