Galer¨ªas Inglesas

La historia tiene estas cosas. Dos empresas (Galer¨ªas y El Corte Ingl¨¦s), que han mantenido tradicionalmente un enfrentamiento enconado, se encuentran ahora condenadas a entenderse. Las dos firmas, que introdujeron y desarrollaron en Espa?a el concepto de grandes almacenes, pueden definitivamente hermanarse. Antes, El Corte Ingl¨¦s tendr¨¢, que superar las otras tres ofertas que se han presentado.Los principales responsables durante a?os de Galer¨ªas y El Corte Ingl¨¦s -Jos¨¦ Pep¨ªn Fern¨¢ndez y su pariente Ram¨®n Areces, respectivamente- ya han desaparecido. Ninguno de los dos habr¨ªan podido imaginarse que se iba a llegar a esta situaci¨®n. Los dos primos nunca tuvieron relaciones cordiales y se disputaron, durante a?os el privilegio de mandar en el sector. Fue una lucha empresarial en toda regla: hasta principios de los setenta, Galer¨ªas (nacida en 1929 como Seder¨ªas Carretas) mantuvo el tipo y dej¨® a la zaga a El Corte Ingl¨¦s a costa de ampliar sus centros comerciales y de endeudarse. Pero, yugulada por un fuerte endeudamiento, acab¨® en manos de su principal acreedor, el Banco Urquijo.

Corr¨ªa entonces el a?o 1979 y, desde entonces, Galer¨ªas no ha levantado cabeza. Ha cambiado seis veces de due?o. Cuando lo tom¨® el Urquijo arrastraba unas deudas de 17.000 millones de entonces. El banco intent¨® venderla mientras los tiburones burs¨¢tiles (Galer¨ªas cotizaba) merodeaban en su entorno. British Tobacco se convirti¨® en su principal accionista de forma espor¨¢dica. En 1981, Galer¨ªas acababa en manos del holding Rumasa de Ruiz-Mateos. Pero en febrero de 1983, Rumasa es expropiada y 10 meses despu¨¦s Galer¨ªas se vende al grupo venezolano Cisneros por 750 millones.

Es una ¨¦poca de aparente estabilidad que dura tres a?os. En octubre de 1987, Gustavo Cisneros se desprende de la compa?¨ªa por 30.000 millones (29.250 de plusval¨ªa) que paga el grupo brit¨¢nico Mountleigh. Pero Mountleigli, dos a?os despu¨¦s, suspende pagos y las palabras de aliento se vuelven a evaporar. Cuando aparecen nuevos inversores (Justo L¨®pez-Tello y Fernando Sada) pocos se creen que la soluci¨®n est¨¦ cerca. Y lo cierto es que en diciembre de 1994 Galer¨ªas suspende pagos.

Ahora, la presencia de El Corte Ingl¨¦s en la puja es una garant¨ªa de que Galer¨ªas va a poder sobrevivir a una larga etapa desgraciada que amenazaba con hacerla desaparecer.