PP se vuelca en el funeral por la matanza de Vallecas

"?Aznar! ?Ellos no llevaban blindaje!" El presidente del Partido Popular tambi¨¦n tuyo que escuchar alg¨²n reproche durante el multitudinario funeral celebrado ayer en la cuartel de la Agrupaci¨®n de Infanter¨ªa de Marina de Madrid, ante los f¨¦retros de los seis trabajadores civiles de la Armada asesinados el lunes por ETA en el barrio obrero de Vallecas. Aznar, que acud¨ªa por vez primera a una ceremonia e estas caracter¨ªsticas, arropado por la lana mayor de su partido, encaj¨® con semblante tenso y apesadumbrado tanto las escasas cr¨ªticas como las m¨¢s frecuentes palabras de aliento que le dirigieron las numerosas personas que se acercaron a saludarle. Tras la ceremonia, varios asistentes profirieron gritos aislados contra del Gobierno y contra ETA.

Quiz¨¢ porque siente pr¨®xima la responsabilidad de gobernar o porque la experiencia encarne propia sensibiliza ante el zarpazo del terrorismo, el PP se volc¨® ayer en el funeral por las v¨ªctimas de la ¨²ltima matanza de ETA en la capital de Espa?a.Adem¨¢s de Aznar, asistieron el secretario general, Francisco ?lvarez Cascos, y los diputados Rodrigo Rato, Federico Trillo, Luis Ramallo, Arsenio Fern¨¢ndez de Mesa y Santiago L¨®pez Valdivielso; as¨ª como el alcalde de Madrid, Jos¨¦ Mar¨ªa ?lvarez del Manzano, y el presidente de la comunidad, Alberto Ruiz-Gallard¨®n. M¨¢s discreta fue la representaci¨®n de otros partidos: Cipri¨¤ Ciscar y Juan Mu?oz por el PSOE, y Rosa Aguilar y Pedro Antonio R¨ªos por Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya.

El funeral de ayer fue especial. Y no s¨®lo por la nutrida representaci¨®n del partido favorito ante las pr¨®ximas elecciones generales. Al contrario que en ocasiories precedentes, hab¨ªa muy pocos uniformes y muchos abrigos de ocasi¨®n entre las m¨¢s de mil personas que abarrotaban el patio del cuartel en una fr¨ªa y soleada ma?ana de invierno.

La muchedumbre, formada por familiares, compa?eros y amigos de los muertos, se revolv¨ªa en silencio mientras el arzobispo castrense, Jos¨¦ Manuel Estepa, desgranaba su homil¨ªa. "Gentes deshumanizadas y envilecidas hasta la m¨¢s absurda irracionalidad inmolaron ayer en el coraz¨®n de una barriada popular madrile?a la vida de unas personas humildes y sencillas, queriendo as¨ª, en estas significativas fechas, hacer una crudel¨ªsima ofrenda de sangre y odio al pueblo", clam¨® el sacerdote.

Aunque en un extremo del patio un extempor¨¢neo cartel anunciaba la proximidad de las fiestas navide?as, el evangelio y los seis ataudes, alineados frente al improvisado altar, recordaban la pasi¨®n y el martirio de los inocentes. "Yo no lo entiendo, necesito una explicaci¨®n. Que me expliquen: esta Nochebuena ?qui¨¦n va a traer a mi padre? ?Qui¨¦n lo va a devolver?", declar¨® a una emisora de radio Santiago Esteban, uno de los 28 hu¨¦rfanos que ha dejado el ¨²ltimo coche bomba de ETA.

Monse?or Estepa transmiti¨® a los desconsolados familiares un mensaje del Papa, expresando su tristeza y "en¨¦rgica reprobaci¨®n" por el "execrable atentado", que no tiene "ninguna justificaci¨®n posible". Poco m¨¢s pudo hacer por aliviarles, salvo condenar a los "desgraciados autores, encubridores y apologistas" de este crimen y alertar contra la tentaci¨®n, "que a todos acecha, de responder inadecuadamente a los violentos".

La tensi¨®n, a duras penas contenida durante la misa c¨®rpore insepulto, se desbord¨® al t¨¦rmino de la ceremonia religiosa. Aunque aislados, proliferaron los gritos contra ETA, contra el Gobierno y en favor de la pena de muerte. E incluso los v¨ªtores a los GAL. "?Hay que matar a los criminales! ?Sois todos basura!", vocifer¨® un joven junto a las filas de pol¨ªticos. "Mientras mi marido seguro que est¨¢ en el cielo, vosotros vais a ir al infierno", se encar¨® ante la tribuna de prensa una doliente viuda.

La mayor¨ªa, sin embargo, se limit¨® a aplaudir cuando se leyeron los nombres de los seis difuntos, a, los que se impuso con car¨¢cter p¨®stumo la Cruz del M¨¦rito Naval con distintivo amarillo. El ministro de Defensa, Gustavo Su¨¢rez Pertierra, opt¨® por retirarse a un discreto segundo plano tras comprobar que los familiares de las v¨ªctimas, a los que deb¨ªa entregar las banderas de Espa?a que hab¨ªan cubierto los f¨¦retros y las correspondientes condecoraciones, se adelantaban sin esperarle para recogerlas.

Junto al ministro, adem¨¢s de la c¨²pula de su departamento, se encontraban los directores generales de la Polic¨ªa, ?ngel Olivares; de la Guardia Civil, Ferran Cardenal, y del servicio secreto Cesid, F¨¦lix Miranda; as¨ª como el Defensor del Pueblo, Fernando ?lvarez de Miranda, y el jefe del Gabinete de Presidencia del Gobierno, Jos¨¦ Enrique Serrano. Olivares fue el ¨²nico que hizo declaraciones a la prensa y pidi¨® la colaboraci¨®n ciudadana para capturar a los asesinos.

Tras la ceremonia religiosa las seis v¨ªctimas fueron traslada das a los cementerios donde recibieron sepultura. Manuel Carrasco Almansa y F¨¦lix Ramos Bail¨®n, en Carabanchel; Florentino L¨®pez del Castillo, en Aravaca; Jos¨¦ Ram¨®n Intriago, en La Almudena; y Santiago Este ban Junquer, en Colmenar Viejo; todos en la provincia de Madrid. Por su parte, Mart¨ªn Rosa Valero fue inhumado en su localidad natal, Mancha Real (Ja¨¦n).